Cuando comenzó la crisis sanitaria, Kirén Miret decidió cerrar su heladería, su Casa Morgana. Sin embargo, al día siguiente, mientras daba una vuelta por Chapultepec, se retractó de lo que había hecho.
Regresó a la heladería y decidió reabrir, darle una oportunidad más a este proyecto, al negocio que actualmente vende los helados más característicos de la Ciudad de México.
En Casa Morgana se pueden encontrar helados más allá de los sabores clásicos. Ahí, los que predominan son los de ate de guayaba, pan de muerto, dulce de leche, roles de canela, calabaza, naranja, canela, entre otros.
Además, estos helados están hechos desde cero, sin saborizantes ni colorantes artificiales.
Para volver a venderlos, Kirén decidió repartirlos, por litro y litro y medio, alrededor de la Ciudad de México junto con su socio. El resultado les sorprendió. Estaban vendiendo más de lo que esperaban.
En entrevista con Reporte Índigo, Miret confiesa que realizaban jornadas exhaustivas porque tenían que cumplir su objetivo, la meta de seguir pagando la renta, “porque no nos perdonaron eso”, ni la luz ni el agua, “tuvimos que seguir chambeando”.
En ese sentido, Kirén invita a todos los capitalinos a comprar helados en todos los negocios que, como Casa Morgana, necesitan seguir con su proyecto, pues la situación sigue siendo complicada.
“A los emprendedores, les digo que mi lema en la vida es ‘no aceptar un no como respuesta’, pero también admitir cuándo decir ‘fue suficiente’. Sigan su instinto, pero también sus finanzas. Tengan clarísimo hasta dónde les va a dar el negocio y hasta dónde el negocio se está empezando a volver un sufrimiento”, admite Kirén.