“Me comporté de una manera, y permití que otros se comportaran de una manera realmente poco profesional, y lo siento” fue lo que expresó directamente Casey Affleck al admitir que había incurrido en un hostigamiento sexual en el set de filmación del falso documental “I’m still here” (2010) que protagonizó Joaquin Phoenix.
Cuando se vino el efecto Weinstein a finales del 2017, Affleck fue uno de los apuntados como acosador sexual, en un principio había negado las acusaciones, pero todo recayó ante la justicia cuando dos mujeres del departamento de producción del filme que dirigió en 2010 le demandaron legalmente.
La productora Amanda White y la directora de fotografía Magdalena Gorka, alegaron que fueron sometidas repetidamente a insinuaciones sexuales y avances no deseados por parte de Affleck.
“Fue un ambiente poco profesional. Y contribuí a ese ambiente poco profesional y toleré ese tipo de comportamiento de otras personas y desearía no haberlo hecho, y lamento mucho de eso “, pronunció el actor y director a Associated Press (AP).
El litigio se remonta hasta ocho años atrás, cuando las dos mujeres interpusieron el recurso legal en el que se requería una indemnización superior a los cuatro millones de dólares, pero el problema se resolvió fuera de los tribunales.
Fue justo con la oleada del movimiento #MeToo que esta situación recobró fuerza ya que en ese entonces no había un empoderamiento real hacia la situación de acoso que ahora se vive mundialmente contra el género femenino.
“Nunca antes había tenido quejas como esas sobre mí en mi vida y fue realmente embarazoso, y no sabía cómo manejarlo, y no estaba de acuerdo con todo, la forma en que me describían y la cosas que se dijeron de mí”, agregó el histrión para AP.
