El cantante Chetes asegura que ya basta de las irrupciones tecnológicas en la música, del glamour de los grandes estudios, de cualquier tipo de manipulación de audio digital y de las disqueras; pide volver a lo análogo, a lo “clásico”, para regresar la humanidad a la música, bajo esas ideas nace su más reciente obra Odisea Magnética.
El álbum, que el músico promociona, cuenta con 10 temas grabados totalmente “en análogo” en su pequeño estudio de Monterrey con una máquina de carrete de 16 canales “para abrazar las limitaciones del formato y regresar la humanidad a la música”. Entre las canciones destacan los sencillos “Perdí la cabeza”, “Aullando a la Luna” y “Será”.
“Busqué grabar en cinta magnética, involucrándome en la composición, ejecución y hasta el financiamiento del álbum en una especie de ‘arriesgue’ que al final detonó en Odisea Magnética, una obra de arte en la que la técnica se conjugó a la perfección con mi música”, comenta.
Entrevistado por Reporte Índigo, Chetes confiesa que la grabación en cintas magnéticas a la antigua usanza, paradójicamente, puede “lucir muy bien” en las plataformas modernas de streaming, a pesar de la comprensión que supone subirlo a las mismas y del proceso de grabación análogo.
Luis Gerardo Garza Cisneros, ‘Chetes’, cuenta que desde 2010 se mantiene en la independencia, lo que le da el control sobre sus discos, apoyado siempre por una plataforma llamada Altafonte que es la que colabora con él en la distribución, lo que hace más “transparente” todo el proceso de difusión.
“Puedo tener el control sobre mi música, sobre mi creación y para mí ya no hay vuelta atrás; aunque las disqueras aún existen, este proceso de independencia me deja dormir más tranquilo, puedo elegir dónde tocar, en dónde mostrar mi música”, narra el cantante.
Una odisea magnética
Para el también compositor, en tiempos convulsos, como los que se están viviendo, su más reciente obra discográfica está llena de buena vibra, de un mensaje positivo, aunque las letras estén basadas en cuestiones de la vida cotidiana que le ocurren.
“Me puedo inspirar, de repente, en cosas que me pasan, en mi andar, en una película que veo, en un libro que leo. En general, el disco fue pensado en elaborar un trabajo que me gustara, sin tratar de ser excelso, sin actuaciones ni modas. Es un disco que me gustaría escuchar a mí como fan, realicé canciones que me gustaría escuchar, más apegadas a los ritmos que siempre me han encantado, aquellos de los años 60 o 70”, cuenta Chetes.
“Para mí, el papel de la música en este momento es meramente lúdico, de entretenimiento. Tiendo a componer para escaparme de la realidad, busco hacer cosas que inspiren algo bueno, no ser tan directo, sino positivo, sin caer en mensajes de superación personal. Quiero dejar algo que saque a los escuchas, por un momento, de lo que están viviendo o pasando en el mundo actual; es un escape”, señala Chetes.
¿Reguetón o no reguetón?, Chetes responde
Sobre el llamado género urbano o reguetón, ritmo que acapara los oídos de jóvenes y que recientemente fue segregado de los Grammy Latino, premios a los que Chetes ha estado nominado en un par de ocasiones, el músico menciona, sin meterse en líos, que a él le gusta la música de los 60 y 70, más clásica y no tan moderna.
“Me gusta una buena canción, nunca he sido una persona que busca los géneros que están de moda, no me sumo a las tendencias que están en boga. No me interesa adentrarme en el reguetón, me es indiferente lo que está en número uno en las listas de popularidad. Hay gente para todo y creo que los géneros mainstreams eclosionan en cierto momento; aunque, hay que decirlo, algunos más regresan también”, expresa.
Chetes recalca que su nuevo material está grabado en análogo, en un proceso que busca regresar lo humano a la música, en el cual, como en sus anteriores producciones, puso todo el corazón esperando, en sus redes sociales, los comentarios de sus fans y uno que otro aguerrido melómano en busca de nuevas experiencias.