Durante su niñez en Alemania, a su lado siempre hubo piezas de Lego para imaginar y jugar; en su adolescencia, el teclado se volvió su pasión musical, y en su adultez la ingeniería computacional lo llevó a la industria ferroviaria. Esta es la vida que ha tenido Christoph Ruge, quien este año logró que su modelo de Lego de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) fuera producido por la marca de juguetes danesa.
Y aunque Christoph Ruge trabajó arduamente para que su prototipo fuera reconocido, tuvieron que pasar cinco años para que Lego le diera el visto bueno. Su modelo pasó por distintos tamaños y modificaciones para después ser presentado en el sitio Lego Ideas, donde alcanzó los 10 mil votos, lo que lo llevó a ser sujeto a revisión y consideración por la empresa de bloques de plástico.
Reporte Índigo conversó con Christoph Ruge vía videollamada desde Alemania, para platicar de su pasión por crear con los bloques de colores, pero además de su desarrollo en el ámbito musical y su actual trabajo en la ingeniería de trenes.
“Se siente como fuera de este mundo. Cuando pensé que todo se había terminado, de pronto de la nada ellos me buscaron con una votación especial, fue un momento muy emocionante porque me di cuenta que todo era posible”, comenta el creativo sobre la producción de su modelo de la ISS.
Este 2020 se cumplen dos décadas de que la ISS se encuentra habitada y funcional, por ello es que Lego decidió darle la oportunidad al prototipo de Ruge, el cual ya está disponible en cualquier parte del mundo. De acuerdo con Christoph, él permaneció como un consultor externo, y por su aporte comenzó a recibir regalías que le retribuyen el esfuerzo hecho durante años.
Luego de haber vivido esta aventura, Christoph Ruge se atreve a alentar a más creadores a que continúen por el camino de la imaginación, a explorar su talento y a sobresalir en cualquier campo. A los soñadores del futuro, les invita a que persigan con esfuerzo sus ideas, así como él logró ser músico, ingeniero y constructor de Lego.
“Si están interesados en crear cosas, en hacer una ingeniería, háganlo, si les gusta tocar música con instrumentos y sienten que eso les llena y son buenos, continúen. Solo hay que tener pasión y darlo todo. Hay que soñarlo e ir por ello”, platica.
A pesar de que Christoph Ruge terminó el prototipo de ISS con muchas satisfacciones, para él su trabajo con Lego no acabó ahí, sigue adelante con otros modelos a escala en su domicilio en Alemania, teniendo incluso un mapa mundial hecho solo de estas piezas, y que decora parte de una de las paredes de su hogar.
Fue desde hace dos años que el también músico comenzó a invertir su tiempo en desarrollar la versión miniatura del órgano musical de estilo barroco; este se construye a través de módulos (como lo hacía Schnitger), comenzando por la maquinaria y los pedales, los cuales se ensamblaron de manera que tienen movimiento, como uno real. Este prototipo pesa alrededor de tres kilos y cuenta con más de cinco mil piezas.
“Ensamblar estos módulos es como jugar con legos, para el modelo que subí a Lego Ideas me deshice de la parte baja del órgano y me concentré solo en la parte de en medio y en hacer nuevos pedales posteriores (…) Como puedes ver, tenemos un poco de todo aquí, música, Lego y algo de ingeniería”, agrega mientras muestra su modelo a escala en videollamada.
Christoph Ruge Conjugando las pasiones
Con el paso de los años, Ruge ha “ensamblado” su vida de manera orgánica a sus tres gustos principales: la ingeniería, la música y el diseño con legos. Y si él tuviera que escoger una sola disciplina, dice que no podría porque cada una de ellas es parte fundamental de su personalidad.
“Me veo a mí mismo principalmente como compositor, en el sentido original de lo que significa literalmente la palabra, que es ‘poner todo junto’. Es decir, para mí componer es poner diferentes notas e instrumentos juntos y crear algo más grande que solo un violín, y trabajar con Lego es unir los bloques, que como ingeniero hago lo mismo”, reflexiona.
Desde el ámbito musical, el alemán ha sacado dos discos de manera independiente, Three sides of life, en 2008, e In between, en 2013. Estos proyectos discográficos son de música electrónica instrumental, que Christoph Ruge.
logró realizar con su sintetizador y una programación en computadora. Ruge prevé que para antes de que termine el año, podría tener un nuevo álbum disponible.
“He hecho la composición yo mismo, no es que lo haga todo la computadora, la uso para grabar los diferentes instrumentos que ocupo. Y aunque vengo de una familia musical y mi nuevo disco está por venir, ahora me gusta más hacer legos, como puedes ver”, puntualiza.