Bebés a la carta
La ficción del cine ya nos sobrepasó. “Gattaca” (1997), un filme estadounidense de ciencia ficción y drama, muestra como sería el mundo luego de la manipulación genética, donde a las personas se les preasigna un trabajo u otro por dicha condición.
Fabiola Zurita
La ficción del cine ya nos sobrepasó. “Gattaca” (1997), un filme estadounidense de ciencia ficción y drama, muestra como sería el mundo luego de la manipulación genética, donde a las personas se les preasigna un trabajo u otro por dicha condición.
En la actualidad, las nuevas generaciones de bebés pueden ser modificadas genéticamente si los padres así lo desean. Pero la manipulación genética siempre ha despertado suspicacias, la aparición ahora de nuevas tecnologías que permiten alterar “a la carta” el genoma de embriones humanos, espermatozoides y óvulos ha vuelto a encender las alarmas.
Sin embargo, entre los beneficios de estas “nuevas” técnicas se destaca que se podrán elegir embriones libres de defectos y enfermedades como la anemia de células falciformes, el síndrome de Down, problemas de metástasis, entre muchos otros, así como también con los rasgos estéticos preferidos por los progenitores como por ejemplo: color de ojos, cabello, altura e incluso color de piel y más.
Entre los países que “aprueban” la modificación genética de embriones, óvulos y espermatozoides se encuentran Estados Unidos, China y Reino Unido, este último de forma más estricta.
Sin embargo uno de los mayores problemas que enfrenta esta práctica se divide en varias vertientes, una de ellas es la ética, otra radica en la parte religiosa, una más en que la tecnología aún no avanza tanto como saber qué se oculta tras la modificación de los genes y cómo serán esos futuros seres humanos en realidad.
Oposición científica
Desde hace años una gran parte de la comunidad científica global considera que “sería irresponsable intentar crear bebés genéticamente modificados hasta que la seguridad del concepto pueda ser demostrada y exista un amplio consenso social acerca de si tales medidas son deseables”.
Cada país tiene sus propias normas y el Reino Unido ya cuenta con luz verde para modificar óvulos que desarrollen bebés sin trastornos (ADN de tres padres), aunque muchos médicos sigan en contra de los procedimientos.
Para corregir un gen defectuoso se necesitaría someter a los futuros padres a un tratamiento de reproducción asistida, concebir los embriones y eliminar la mutación que provoca las enfermedades en el embrión antes de implantarlo. El proceso es relativamente sencillo y apto para cualquier clínica de reproducción asistida.
Además de curar graves trastornos, la manipulación permitiría retocar genes con fines menos loables para mejorar al futuro bebé. Si se conocen genes específicos relacionados con el color de ojos, la estatura, la resistencia física o la inteligencia se podrían intentar cambios para traer al mundo “niños a la carta”, lo que también es conocido como “súper humanos”.
Y esto último es lo que más inquieta a algunos científicos.
Aunque los expertos afirman que esto podría ayudar a prevenir los abortos intencionales, en regiones de Asia y África cuando las madres se enteran que darán a luz a una niña, o bien, la muerte de las recién nacidas.
Existen registros de que sólo en India se abortan unas 50 mil niñas al mes. Y con la posibilidad de “pedir” el sexo del bebé se podrían evitar cientos de abortos y muertes de mujeres que se provocan abortos. Pero esto también abre la pregunta de sí es legal elegir indiscriminadamente el sexo del futuro bebé y ponderar a los varones por encima de las niñas.
Ya están entre nosotros
A 19 años de “Gattaca”, los bebés “a la carta” son ya una realidad. En noviembre de 2014 se dio a conocer que un genetista estadounidense, llamado Jacques Cohen, había logrado manipular los genes de 15 embriones, estos niños ahora tienen entre los cuatro y cinco años de edad.
Al parecer, en el Instituto de Medicina Reproductiva y Ciencia de San Bernabé, en Nueva Jersey (Estados Unidos), la modificación genética es cosa de todos los días. Y desde hace años
En una entrevista que se le realizó al profesor Jacques Cohen afirmó que “su experiencia es tal que, clonar un bebé humano representaría solamente una tarde de trabajo para uno de mis estudiantes”.
Y agregó “quince niños han nacido durante los últimos tres años (en ese entonces) como resultado de un programa experimental en San Bernabé (…)”.
Aunque la técnica que usó Cohen fue prohibida, se tienen datos de que, al menos, unas 50 personas en el mundo cuentan con ADN de tres padres, la BBC Mundo documenta que esta práctica se usa desde 1990 por el especialista y su equipo.
‘Gattaca’
El filme es considerado como un culto sobre la manipulación génetica, la historia ha sido descrita como una distopía transhumanista. Estuvo nominada ese año (1997) a un Óscar por Mejor dirección artística.
El título de la película es una secuencia de ADN (Guanina, Adenina, Timina, Timina, Adenina, Citosina, Adenina).
La simbología genética es omnipresente, el principal exponente de esto es la gran escalera espiral del apartamento del protagonista, que si bien se ve de otra forma, es similar a un ADN, o el segundo nombre de Jerome, Eugene (el protagonista) con la misma raíz griega que eugenesia.
Cuestiones religiosas
El Papa recibió a 45 integrantes del Comité Nacional de Bioética italiano y ante ellos denunció esta
experimentación, como parte de lo que él llama la “cultura del descarte”. “Esa cultura tiene muchas expresiones, como tratar a los embriones humanos como material de descarte, al igual que a los ancianos y a las personas que se acercan a la muerte”. Los defensores de las nuevas técnicas replican que se puede abrir la vía para curar muchas enfermedades a día de hoy irreversibles.
El Reino Unido, un país donde el ateísmo está en alza y el cristianismo en retroceso, ha estado siempre en la vanguardia de las modificaciones en laboratorio del origen de la vida.
Por otra parte, la modificación genética de cultivos agrícolas (transgénicos) ha alarmado a muchas asociaciones ecologistas y de agricultores; la modificación de los cultivos afecta no sólo la calidad de los alimentos, sino a otras especies animales y vegetales del ecosistema. ¿Ocurrirá lo mismo con los humanos? ¿Somos capaces de predecir con precisión los efectos secundarios de nuestros experimentos? ¿Estamos dispuestos a correr ese riesgo?
Eugenesia
Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana