Ciencia ‘a la Drácula’

La ciencia está dando pasos agigantados para poder revertir los efectos del envejecimiento y con ello, evitar el deterioro físico y cognitivo del ser humano.

Un ejemplo son las transfusiones de sangre “joven” que, de acuerdo a diversas investigaciones, ha podido convertirse en la posible “fuente de la juventud” para el cerebro y el cuerpo.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Expertos temen que al estimular el crecimiento de células (con la sangre nueva), aumente el riesgo de cáncer
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La ciencia está dando pasos agigantados para poder revertir los efectos del envejecimiento y con ello, evitar el deterioro físico y cognitivo del ser humano.

Un ejemplo son las transfusiones de sangre “joven” que, de acuerdo a diversas investigaciones, ha podido convertirse en la posible “fuente de la juventud” para el cerebro y el cuerpo.

Uno de los estudios de esta índole fue publicado en la revista científica Society for Neuroscience e indica que la transfusión de sangre joven a ratones adultos o de edad avanzada, logró que cambiaran casi 300 genes y proteínas relacionadas con funciones neuronales importantes.

Y es que la sangre “nueva” aumentó la fuerza y la cantidad de conexiones entre las neuronas en una parte del cerebro en la que ya no es posible que crezcan células nuevas. Estos resultados no se manifestaron cuando se hicieron transfusiones con sangre “vieja” (de ratones adultos o viejos).

También mejoró la memoria de los ratones de laboratorio gracias a las transfusiones, debido a que estas actuaron directamente sobre el área que activa el hipocampo en el cerebro.

Y según dijo a USA Today Tony Wyss-Coray, autor de otra investigación que recientemente probó los efectos de la sangre nueva, aún es prematuro probarlo en humanos, pero la ciencia está cada vez más cerca de poder invertir los efectos del envejecimiento, y de mejorar los tratamientos para las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas.

De acuerdo a Los Angeles Times y Slate, “los investigadores creen que hay una proteína específica que es clave para este rejuvenecimiento, y es una proteína que también se encuentra en la sangre humana”, por ello la ciencia y la medicina tienen la esperanza de que en los próximos años, se comience a experimentar con seres humanos.

Revirtiendo la edad

El estudio de Tony Wyss-Coray fue publicado este domingo en Nature y entre sus conclusiones demostró que en efecto mejoraron las aptitudes de aprendizaje y memoria en ratones de 18 meses de edad. Se les inyectó en repetidas ocasiones sangre de un ratón de tres meses.

Tony, quien forma parte de la Universidad de Stanford, subrayó que inclusive se manifestaron mejorías físicas en los ratones, “su piel se veía mejor, se acicalaron mejor, al parecer mejoraron en general”.

Según el estudio de Wyss-Coray, la sangre de un ratón joven combatió “la degeneración progresiva de la función cognitiva y las alteraciones en la estructura cerebral que sufrieron los ratones envejecidos y que está asociada con la edad”.

Para lograr estos resultados, los expertos calentaron la sangre joven antes de suministrársela a los ratones mayores, con el fin de alterar la estructura de proteínas, “lo que permitió frenar los efectos perjudiciales de la edad en el nivel estructural, molecular y funcional de su cerebro”, publicó The Guardian.

“Nuestros datos indican que la exposición de ratones envejecidos a sangre joven al final de su vida es capaz de rejuvenecer su plasticidad sináptica y mejorar sus funciones cognitivas”, agregó el experto.

Las investigaciones realizadas con sangre “joven”, y los resultados de las mismas, demuestran que ese tipo de métodos podría ser utilizado para tratar enfermedades relacionadas con el envejecimiento y los estragos de la edad, entre ellas Alzheimer.

Aunque no hay detalles sobre los efectos negativos que podrían tener este tipo de tratamientos, la revista Time señaló que algunos expertos temen que al estimular el crecimiento acelerado de las células podría conducir a aumentar el riesgo de padecer cáncer.

Facial ‘vampiro’

En marzo del 2013, la socialité y reality star Kim Kardashian causó controversia al publicar una imagen en la que aparecía con el rostro ensangrentado. Las redes sociales la compararon con un vampiro y la mayoría quedó impresionada ante el tratamiento al que fue sometida.

Lo cierto es que, al igual que el uso de sangre nueva para revertir los efectos que causa la edad en algunas funciones cerebrales, este también puede aplicarse como un procedimiento estético.

El llamado “facial vampiro” o “facial de sangre”, al que se sometió Kardashian, forma parte de las tendencias innovadoras de la dermatología cosmética y consiste en tomar muestras de sangre del brazo de la persona, separar los componentes de los glóbulos rojos e introducir la sangre en el rostro mediante inyecciones de plasma sanguíneo.

Estas inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP), actúan como regenerador celular,  estimulando el crecimiento de colágeno en la piel. 

A partir de la imagen de Kim Kardashian con su facial vampiro, miles de vanidosas han optado por someterse a ese tratamiento pero, según dijo a Popular Science la reconocida dermatóloga y experta en rejuvenecimiento facial Patricia Farris, “nadie sabe si funciona realmente (…) creo que se trata de un procedimiento del que no se sabe mucho. Me parece que necesitamos buenos estudios para ver si este es un uso adecuado para este material”.

Julio Gallo, quien le realizó el tratamiento cosmético a Kim, dijo a CBS Miami que no es una panacea para el envejecimiento, ni un sustituto a la cirugía de estiramiento facial, pero que “sí es un buen tratamiento para verse fresco y joven”.

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