Después de 12 años de investigación, un grupo internacional formado por 21 científicos de seis países encontró entre las galaxias, en forma de filamentos, la mitad de la llamada “materia ordinaria” del Universo, aquella con la que está hecho todo lo que vemos, incluidos los seres vivos.
“No sabíamos dónde estaba la mitad de la materia ordinaria, no se podía haber desintegrado y tendría que estar en algún lado”, comentó Yair Krongold Herrera, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM y quien participó en este hallazgo científico publicado recientemente en la revista Nature.
Esta investigación fortalece la teoría de la Gran Explosión o Big Bang, que predice cuánta materia ordinaria debió formarse durante el surgimiento del Universo.
Los expertos aseguran que la materia ordinaria representa apenas el cuatro por ciento de la masa del Universo. El 23 por ciento está formado por materia oscura y el 73 por ciento por energía oscura, ambas aún indetectables.
Los astrónomos recurrieron a los telescopios espaciales XMM-Newton, de la Agencia Espacial Europea (ESA), y Hubble, proyecto conjunto de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) y la ESA, así como al terrestre Gran Telescopio Canarias, que opera un consorcio internacional bajo el liderazgo del Instituto de Astrofísica de Canarias, en España, para poder detectar esta materia “perdida”.
Además de Yair Krongold, por parte de México participaron Divakara Mayya y Daniel Rosa González, ambos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
La exploración
La estructura del Universo es una telaraña cósmica formada por muchos hilos de gas muy caliente que se entremezclan y a veces se fusionan para crear galaxias. “Lo que descubrimos fueron dos filamentos en donde se veía material muy caliente y tenue”, explicó el investigador mexicano.
Y agregó que “se detectaron en rayos X y en ultravioleta. A estas dos “miradas” desde el espacio, sumaron una tercera desde la Tierra, con el Gran Telescopio Canarias. Sin embargo, el estudio tiene una sola línea de visión”.
El siguiente paso, adelantó, es observar (con el método ya diseñado y probado) hacia otros lados, y a través de eso podremos entender mejor cómo se han formado las galaxias, cómo han evolucionado y su crecimiento desde el Big Bang.