[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_laxv67fo” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] El duelo que punza, la indignación que causa vergüenza y el suceso que transformó a México, a partir del 2 de octubre de 1968 por la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas, siguen presentes en las historias de catedráticos y de estudiantes que vivieron en carne propia la tragedia que las autoridades se empeñaron en ocultar.
Medio siglo ha pasado del hecho y todavía huele a pólvora, o al menos así lo muestra Un extraño enemigo, serie que dramatiza lo ocurrido en Tlatelolco, producto de una inestabilidad política y social que devino en un luto nacional, justo con la llegada de las olimpiadas que se tiñeron de sangre.
México sigue viviendo tiempos convulsos. Está por venir un cambio presidencial hacia la izquierda, los movimientos estudiantiles están vigentes y el reclamo social para detener la violencia es parte latente del sentir de los ciudadanos.
Ante esto, el reparto de la serie, coproducida por Televisa y Amazon, y el director Gabriel Ripstein, aseguran, en entrevista con Reporte Índigo, que en el país se percibe la desconfianza y es el Estado quien debe garantizar la seguridad nacional.
“Una realidad cercana, tenemos una ciudad, un país inseguro, que se ataca. Si a mí me preguntas, a nivel ciudadano, ¿qué es lo que más me quita el sueño de vivir en esta ciudad? Te diría que el miedo”, comenta Ripstein.
Hernán Del Riego y Antonio de la Vega, que interpretan al presidente Gustavo Díaz Ordaz y al secretario de gobernación Luis Echeverría, concuerdan en que se debe exigir no sólo al próximo gobierno federal, sino al Estado que haya tranquilidad en México.
“Habría que exigirle a este y a cualquier gobierno, no nada más al entrante, sino al gobierno, al Estado. Ejercicios como Un extraño enemigo nos permiten o a mí me ha permitido darme cuenta de cómo crecí sin considerar que era una obligación del Estado mi bienestar”, enfatiza Del Riego.
“Además de nuestro gobierno, hay organismos internacionales que tienen la autoridad y tienen la obligación de decirle a los gobiernos que no están actuando debidamente, que hagan las cosas bien. Tenemos que tirar hacia allá, hacia exigir esa justicia, que se hagan las cosas como deben de ser”, agrega De la Vega.
Un extraño enemigo llegará al servicio de Amazon Prime Video el 2 de octubre con una temporada de ocho episodios, en donde el peso recae en el comandante Fernando Barrientos (Daniel Giménez Cacho) —inspirado en el capitán Fernando Gutiérrez Barrios— quien es el jefe de la Dirección Nacional de Seguridad y se encarga de llevar los manejos sucios que provocaron el incidente del 68.
Aprender de la verdad histórica
México vivió la represión estudiantil del 2 de octubre y a cinco décadas de distancia, ahora se exige seguridad al interior de la UNAM, ¿qué queda por resarcir y estudiar de este pasado histórico?
A Ripstein le queda claro que hay una herencia que trasciende el tiempo, aunque las demandas del alumnado sean distintas, hay una similitud en el reclamo social y esto no se debe dejar pasar.
“Hay cosas de este país que han cambiado radicalmente y hay cosas que no, en efecto hay gente en la calle protestando por cosas que son diferentes hoy en día a lo que fueron hace 50 años. Los estudiantes de la UNAM salían a gritar ‘Libertad’ hace 50 años y hoy los estudiantes de la UNAM salen a gritar ‘Seguridad’, testamento de cómo ha cambiado este país, un país que se puso violento”, dice el realizador.
Construir el pasado político
Durante un año y medio, Ripstein y sus colaboradores estuvieron haciendo trabajo de mesa para escribir el guión de lo que es la serie, la preproducción fue un trabajo de seis meses y su rodaje se prolongó durante 13 semanas, para después meterse a la sala de edición y postproducir por cuatro meses. Según el director, nunca se planeó estrenar a 50 años de lo sucedido en Tlatelolco.
“Pensábamos que íbamos a estrenar esta serie hace un año, pero la escritura fue complicada y ya que la teníamos, de repente teníamos ocho guiones y decíamos ‘¿ahora cómo hacemos esto?’, porque es una serie ambiciosa y complicada”, aclara el cineasta.
Ripstein fue contactado por Televisa para sumarse al proyecto, confiesa que ésta no fue su idea original y además la intención tampoco era que el México de final de la década de 1960 acaparara la atención.
“Televisa me invita porque quiere hablar sobre esa época, querían hacer una serie y me parecía interesante la aproximación que me plantearon, que fue hablar de ese momento, del 68, desde la óptica de la clase política o sea, la lucha por el poder (…) yo quería hacer una serie de época en la que la época no fuera la protagonista, no todo el tiempo le estamos gritando al espectador ‘mira esto es del 68’, yo buscaba que de alguna manera la época se desvaneciera”, expresa el director.
El peso estudiantil
Retratar al movimiento estudiantil y la inconformidad que ellos tenían contra el gobierno, fue una construcción que se logró en parte por el acercamiento con la verdad y el resto fue producto de la imaginación de los realizadores. El actor Kristyan Ferrer, que interpreta a Beto, joven perteneciente al Consejo Nacional de Huelga, se empapó del tema.
“Me conozco muy bien la historia, leí muchísimo acerca del movimiento y aparte vi ciertos documentales, por ejemplo, El grito, entonces me parecía mucho más interesante abordarlo desde la especulación, porque no sabemos si existió realmente”, cuenta el histrión.
Para Azuela, las causas de reclamo por parte de los estudiantes seguirán existiendo a futuro y lo percibe como un impulso a favor para motivar la discusión.
“Los movimientos estudiantiles no van a dejar de existir, una de las cualidades de los jóvenes es la necesidad de expresión”.
La opinión del padre
Teniendo la sangre del séptimo arte en sus venas, Gabriel acercó a su padre, Arturo Ripstein, al set de grabación del programa histórico, revelando que le dio el papel del Presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage, y que además ya vio parte de la serie.
“Mi papá es actor en la serie, muy buen actor, muy buen colega, muy buen compañero de trabajo. Yo agradezco muchísimo mis raíces (…) Mi papá vio algunos capítulos de esta serie, le gusta mucho, pero bueno es mi papá, yo no sé si creerle (risas), pero la experiencia que tuvimos de trabajar juntos la agradezco muchísimo y estoy seguro que no será la última vez que lo invite a actuar, ojalá y quiera repetir”, manifiesta con orgullo el hombre de 46 años.
Vistiendo al presidente
A cuadro, Hernán Del Riego transmite la furia del poder ejecutivo encarnado en Gustavo Díaz Ordaz, porta la figura presidencial del priista que se deslindó de la masacre y en la serie se dá por hecho que el presidente pedía a sus subordinados una “solución” al movimiento estudiantil.
“Hubo mucha información en un momento, que en mi caso así fue. Una vez que ya era un hecho que íbamos a hacerlo y antes de empezar a trabajar con Gabriel, yo traté de nutrirme lo más posible y oír, oír, oír, las inflexiones (de Díaz Ordaz)”, recuerda Del Riego.
Su versión del ejecutivo también fue tuvo cosecha por parte de Ripstein, quien impuso un rigor narrativo en el guión y además dio libertad creativa a Del Riego para que propusiera parte del carácter en el set, de cómo se ve Díaz Ordaz en la serie.
El secretario Echeverría
Mantenido a la sombra presidencial, pero cobijado como el sucesor que vendría con el clásico “dedazo priista”, así es como está presente el secretario de gobernación, Luis Echeverría, en Un extraño enemigo, que fue enfundado por Antonio de la Vega y que también siguió la instrucción del material de archivo que existe del hombre.
“Sirve mucho para estos personajes históricos tener algún registro en video, en audio, en lo personal yo si me fijé mucho en su historia, en su biografía, tratar de entender la clase de persona que era con base en su profesión, a las circunstancias de su vida, dónde nació, si era conservador o no, entender la época, su físico y fui descubriendo cosas bien interesantes”, enuncia el actor mexicano.
De la Vega se sumergió por completo en tratar de descifrar al político desde los primeros trabajos de mesa con el guión, encontrando distintas aristas que quiso agregarle al personaje de Echeverría, así como la interacción que hubiera podido tener a puerta cerrada con el personaje de Díaz Ordaz.