De nueva cuenta y a 32 años cumplidos del terremoto de 1985, los ciudadanos tomaron a los afectados del temblor entre sus manos.
Con proyectos sin fines de lucro y ante las necesidades de los damnificados, los mexicanos comenzaron a organizarse para apoyar y no dejar desamparadas a las personas más afectadas por los sismos pasados, los cuales azotaron diferentes estados de la República Mexicana.
Uno de los principales retos es brindarle un nuevo techo a quienes lo perdieron todo.
Después de una semana del segundo temblor que golpeó con fuerza a Morelos, Puebla y Ciudad de México, fue el martes 26 de septiembre cuando se puso en marcha el plan para la reconstrucción de los estados damnificados.
Dicha estrategia, liderada por el Gobierno Federal y el sector privado, calculó por el momento que el costo total de los daños rondaría cerca a los 40 mil millones de pesos, una cifra que podría aumentar al concluir los censos.
Ante la falta de reacción de las autoridades después de ocurrido el primer sismo que afectó mayormente a los estados de Oaxaca y Chiapas, arquitectos, ingenieros y diversos voluntarios crearon proyectos que pudieran no dar sólo un apoyo temporal a los damnificados, sino también un techo que, aunque pudiera ser provisional, les pudiera permitir regresar a su actividad laboral y vida normal.
VIEM MX
“Viviendas Emergentes” (VIEM MX) es un proyecto queretano nacido de la necesidad de las personas que perdieron su patrimonio a raíz del primer sismo en Oaxaca y Chiapas, que pretende construir a base de botellas de plástico rellenas de tierra y adheridas con cemento, hogares sustentables que aseguren a las personas afectadas regresar a sus actividades cotidianas.
El proyecto emprendido por David García, Vanessa Rendón y Christopher Franco se ha extendido a todo el país, sumando miembros como Sahori Gamez, quienes desean contribuir a la reconstrucción de viviendas de los estados más afectados del país.
“Cuando me enteré de VIEM MX empecé como voluntario independiente a hacer colectas. Me comprometí tanto con la iniciativa que pronto comencé a aportar algunas ideas y termine siendo parte de este gran proyecto”, platica Sahori Gamez, estudiante de ingeniería.
La iniciativa se encuentra en la primera etapa que corresponde a la recolección, sin embargo, los jóvenes ya se encuentran estudiando el diseño de viviendas más sustentables donde puedan existir tecnologías como la captación de agua, la utilización de bio-gas, calentadores solares, entre otras.
El primer reto de ellos es la reconstrucción de casas para los afectados de Chiapas, Oaxaca, Morelos y Xochimilco, en Ciudad de México.
“VIEM MX es un proyecto altruista, sin embargo, se recibe todo tipo de apoyo… Hasta el momento hemos recibido donativos en especie de personas y empresas, desde la prestación de bodegas, recolección de botellas hasta el apoyo de voluntarios”, comenta Gamez.
Solidarios sin nombre
Jonathan Hernández, Luis Eduardo Turriza y otros miembros de su equipo iniciaron un proyecto de recolección de fondos para reconstruir las viviendas que fueron afectadas en Huecahuaxco, Morelos.
“En Huecahuaxco no hubo pérdidas humanas a raíz del temblor del 19 de septiembre, sin embargo, las viviendas de sus habitantes quedaron sumamente afectadas. Al no existir una cifra de muertos, el municipio no fue considerado como una prioridad para recibir algún tipo de apoyo”, comenta el regiomontano Luis Eduardo, quien radica desde hace más de 10 años en Ciudad de México.
Turriza sintió la necesidad de colaborar y solicitó apoyo de sus familiares, amigos y conocidos para comprar materiales a los brigadistas voluntarios.
“Me di cuenta de que muchos de los que llegábamos a las zonas de desastre en Ciudad de México llegábamos con ganas pero sin saber qué elementos de seguridad requeríamos para poder ayudar. Fue entonces que decidí hacer una colecta para brindar todo lo necesario a quienes querían ayudar.
Pronto comenzaron a caerme más donativos y pensé que podía hacer algo más grande con ello, entonces, cuando alguien necesitaba un equipo más caro para ayudar colaboraba en la compra con los donativos, por lo que tomaba una foto a lo que compraba y subía el ticket para que los que ayudaban con su dinero se dieran cuenta de que todo era real.
Personas que no conocía hacían donativos cada vez más y me preocupe porque llegó un punto en que no sabía qué más podía hacer y ellos habían puesto en mí una confianza. Poco después conocí a Jonathan, quien al enterarse del desastre salió con su pala y cinco hombres de Cancún para ayudar”, cuenta Luis.
Cuando Jonathan llegó a Ciudad de México le dijeron que los voluntarios ya eran demasiados y retornó a Morelos, encontrando en su camino a Huecahuaxco, uno de los lugares más afectados, pero no de los prioritarios.
Juntos destinaron los fondos a la reconstrucción de viviendas con lámina y otros materiales.
“Nos propusimos reconstruir 50 viviendas en ese municipio. Gracias a Jonathan, su equipo, ingenieros y arquitectos voluntarios y los donativos de todos los que sin conocernos han creído en el proyecto logramos dar un techo a 16 familias afectadas de ese lugar”, platica.
Debido a la inmediatez con la que se creó el proyecto, solo cuenta con página de Facebook.