En la actualidad, aunque se vive en un mundo donde casi toda la información requerida está en la palma de la mano, gracias al desarrollo tecnológico, aún no se tiene lo deseado, como saber a detalle los movimientos exactos de una ciudad, el cupo que posee cualquier restaurante o la cantidad de lugares disponibles en un estacionamiento, datos que ciudades inteligentes sí tendrían.
“Imagínate salir de tu casa y saber cuánto tiempo te va llevar el traslado a tu destino, y si necesitas estacionamiento, tener la disponibilidad de lugares, conocer la vacante de mesas en un restaurante. Poder hacer una programación de tu fin de semana basándote en información de una plataforma que te esté proporcionando la ciudad”, comenta Gunter Barajas, especialista en ciudades inteligentes y vicepresidente de Dessault Systèmes, empresa de software europea.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México cuenta con un total de 129,2 millones de habitantes, entre los cuales 8 mil 855 millones se encuentran en la Ciudad de México (CDMX), poniendo a sus funcionarios en la mira para saber cómo pueden tener control de la situación.
Al respecto, en el informe Ciudades inteligentes, que la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) publicó en noviembre de 2017, se resalta que son estas urbes las que, con el uso de la tecnología, hacen más eficiente su funcionamiento y facilita el trabajo diario de los funcionarios, visualizando una infraestructura urbana que conecta a las personas con el entorno, pero también a las personas con las personas.
Para que una urbe como la CDMX pueda convertirse de cero en una ciudad inteligente, el especialista Gunter Barajas asegura que es necesario que cada establecimiento, institución y personal vaya acumulado sus datos correspondientes para formar un registro con el fin de que la gente pueda empezar a tomar mejores decisiones en su vida diaria.
“La información obtenida permite reducir los consumos de energía, haciendo los flujos de personas y bienes más rápidos y eficientes e incrementando la calidad de vida de los habitantes, ofreciéndoles una ciudad con menos incertidumbres”, destaca en su informe la CONUEE.
Para la gente de gobierno, por otra parte, el aprobar la inversión para una ciudad inteligente le brindará la información de dónde se está concentrando la población, dónde debe mejorar vialidades para incrementar la seguridad y, finalmente, si ocurriera una catástrofe, poder tomar decisiones de cómo movilizar mejor a las unidades de auxilio para poder llegar más rápido al punto de destino.
Propuestas aisladas para generar ciudades inteligentes
En entrevista con Reporte Índigo, Gunter Barajas señala que para una metrópoli como la CDMX, que integra uno de los países más poblados del mundo, han sido vastas las opciones y propuestas que el gobierno ha recibido para invertir en una ciudad inteligente; sin embargo, no todas son lo bastante óptimas para alcanzar buenos resultados.
Una opción aislada a la meta es aquella que no busca una conectividad de información, así como tampoco el beneficio del público y los integrantes de los restaurantes y edificios que participan en el proyecto tecnológico.
Singapur es un ejemplo de nación que decidió optar por convertirse en una ciudad inteligente, y para lograrlo no sólo digitalizó la información de toda una ciudad, sino que también se enfocó en la conectividad directa entre edificios, personas y comercios para tener un inventario de todos sus activos.
“(En Singapur) se invirtieron unos 30 millones de dólares en una primera fase”, menciona Barajas, enfatizando que México necesitaría convencerse de que requiere invertir una alta cantidad de montos económicos si es que planea que sus ciudadanos vivan una experiencia permanente de una vida ejemplar.