Des-pa-ci-to

“Pasito a pasito” como dice la canción de Luis Fonsi que ha dado al mundo, “Despacito”, así ha ido México avanzando en el sector educativo, pues aún le faltan años de esfuerzo, inversión y trabajo para estar a la par de otras naciones.

De hecho, se dice que México podría estar rezagado hasta 30 años respecto a otras economías, en cuestión de educación.

Así lo determinó el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), que además indicó que hay una correlación entre las condiciones socioeconómicas de la población y las de las escuelas.

Estados como Oaxaca y Chiapas no solamente están sumamente afectados por la inseguridad y la pobreza, también por la deficiente escolaridad de sus habitantes.

Y es que a pesar de invertir en este sector, el dinero no ha sido suficiente para aumentar los niveles de escolaridad de los mexicanos y tampoco para que las escuelas tengan mejores condiciones e infraestructura.

De los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México tiene el peor desempeño en el aprendizaje de lectura, matemáticas y ciencias.

Como dice Alberto Nájar de BBC Mundo, “son deficiencias que pretendían erradicarse con la Reforma Educativa promulgada en 2013. Sin embargo, cuatro años y miles de millones de pesos después, el país sigue en el último lugar en la evaluación educativa de la OCDE”.

Nájar subraya que el dinero tampoco ha alcanzado para enfrentar problemas como la falta de capacitación de los maestros, “el control de la disidencia sindical en los instituciones educativas en cuatro estados y la exclusión que padecen miles de alumnos que no pueden concluir sus estudios”.

Tal como señaló en BBC Mundo el presidente ejecutivo de la organización Mexicanos Primero, David Calderón, “el dinero no va a bastar, nos vamos a engañar si pensamos que mucho cemento produce mejor aprendizaje. Apenas se crean las condiciones mínimas de convivencia, seguridad y resguardo de los niños. Es una deuda de justicia”.

Por si fuera poco, México es el país de la OCDE con el promedio más alto de estudiantes por cada maestro. En 2013 había alrededor de 32 alumnos por cada profesor, una cifra que es más del doble del promedio del resto de los países que forman parte del mencionado organismo.

Sin embargo, el país se ha ido lento pero seguro para mejorar el sistema educativo (a pesar de que el cambio no se ve en la mayoría de las entidades). Y como parte de su esfuerzo, algunas escuelas ya están implementado tendencias para que los niños y jóvenes tengan un desarrollo integral.

Lento pero seguro

Un ejemplo de los programas y tendencias que ha ido adoptando México es GROW, un programa integral de desarrollo rumano que se enfoca en estudiantes de secundaria y preparatoria.

GROW llega en el momento perfecto, pues de acuerdo a una investigación del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), en la República Mexicana solo cuatro de cada 100 personas que nacen en el 20 por ciento más pobre de la población logra llegar al nivel más rico.

En el país, ocho de cada 10 pesos se designan a sueldos de los maestros y el 2.5 por ciento del presupuesto asignado al rubro educativo se destina a la infraestructura.

El estudio “Panorama de la Educación 2015” de la OCDE reveló que México “destina un mayor porcentaje de su gasto anual en educación a la remuneración de docentes que ningún otro país de la OCDE. En 2012, casi el 81 por ciento del gasto actual de los niveles de primaria y secundaria se usó para pagar a los maestros”.

A la par, “las escuelas se han enfocado mucho hacia la parte de la educación formal. Todavía es mucho de matemáticas, física y química y si no eres bueno en eso entonces hay algo mal contigo”, dijo Anna Adoue, presidenta de GROW México.

Por lo que, al igual que China o Japón, México está implementando programas que proporcionen a los niños aprendizaje dependiendo de sus habilidades. Esto también aumentará sus ventajas competitivas cuando llegue la hora de que se enfrenten al campo laboral, argumentan quienes defienden este modelo de educación.

Este 2017, GROW México pretende ayudar a mil jóvenes en México y para ello cuenta con 40 mentores de distintas partes del mundo que trabajarán con ellos.

Adoue dijo a Forbes que “GROW México funciona con escuelas que han decidido ser sede del programa y en esta segunda edición participan la Unitec y el Colegio México”.

El costo para entrar a GROW México es de mil 500 pesos por cuatro meses y solo se necesita que el estudiante sepa hablar inglés.

“El programa GROW México tiene valor curricular ya que al final del programa se les entrega un diploma”, agregó Adoue en Forbes.

Un problema global

El problema educativo no es exclusivo de México y prueba de ello es que 58 millones de niños en edad de educación primaria y 63 millones de jóvenes que deberían estar en secundaria no están matriculados en ninguna institución, de acuerdo a datos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Y aunado a ello, la UNESCO también reveló que no hay suficiente inversión para la educación, a nivel internacional.

En el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) de la UNESCO se dio a conocer que la ayuda total para la educación es de 12 mil millones de dólares, lo que equivale a 4 por ciento menos que en el año 2010. Mientras que para el desarrollo se destinó 24 por ciento más presupuesto en el mismo lapso de tiempo.

Aprender con GROW

El programa rumano GROW tiene cinco ejes principales:

>> Autoconocimiento

El joven reconoce sus capacidades y habilidades, para así determinar sus fortalezas y trabajar en base a ellas.

>>Autoestima

Cuando se reconocen los objetivos que se tienen en la vida, los niños y jóvenes se sienten importantes, por lo que dan lo mejor de sí.

>> Relaciones

Conocer a alumnos de otras partes del mundo –y de otros niveles socioeconómicos– les dará un panorama más amplio y tendrán más contactos.

>> Información

Entre más conocimiento e información tengan, más seguridad obtendrán para enfrentar el mundo.

>> Guía

Un maestro funge como guía para que puedan contestar sus dudas e inquietudes, y para que tomen las decisiones trascendentales en la vida.