Cuando Itzel Arcos se sube a un escenario, toma un micrófono y se para frente al público, sabe que tiene dos propósitos que cumplir en cuanto empieza a hablar: hacer reír y reflexionar a los presentes.
Desde 2016, ella empezó a incursionar en el stand up, un género de la comedia que, en comparación con sus colegas, Itzel Arcos supo desarrollar de la mano del feminismo, un movimiento que cada día cobra mayor relevancia.
A inicios de su carrera, cuando se presentaba arriba de las tablas como feminista y sus rutinas iban en torno a lo que ella vivía y veía en la sociedad como mujer, parte del público se retiraba, pero otros aplaudían, animándola a no parar.
Actualmente, además de seguir haciendo shows de comedia feminista, también lo enseña. Desde hace tres años ha intentado transmitir sus conocimientos de escritora, actriz y activista egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM a todas las interesadas a través de cursos.
A partir de hoy, por ejemplo, empieza Stand up Feminista, un taller del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) que impartirá hasta noviembre, y en él citará a sus participantes dos días a la semana a través de Zoom.
Para Itzel Arcos, hablar de un tema tan delicado y coyuntural como lo es el feminismo en el campo de la comedia es como tener un refugio, un espacio en el que se puede exponer la realidad y ésta es recibida de una manera aceptable y digerible.
De acuerdo con ella, otra de las virtudes que tiene la comedia, específicamente el stand up que imparte, es que llega a transformar a las personas que participan, como a las mujeres que acuden a sus talleres, donde terminan desenvolviéndose y conmoviendo a Itzel.
En una ocasión, por ejemplo, cuando Arcos estaba llevando a cabo otro curso de Stand up Feminista, una participante “muy brillante y música importante”, cambió casi completamente, dejando de lado su ansiedad y empezando a convivir con otras.
“(En los cursos) hay algo que se repite, y es que van mujeres que les cuesta mucho hablar en público, son casos de mujeres que tienen pánico escénico, y es que hablar de lo que tú crees es muy difícil, no es lo mismo que si tomas un texto general y te lo echas, estás hablando de ti, te estás desnudando”, asegura la también actriz.
En el curso que impartirá para el MUAC, Arcos abarcará tres rubros: un conversatorio, que es el análisis del discurso; la parte literaria, donde se generan ejercicios que tienen que ver con la tradición cómica desde el género literario; y la parte escénica, donde ayuda desenvolver a las participantes.
Para que cada asistente logre crear sus propias rutinas a partir de su postura política particular, Itzel asegura que como docente debe enfrentar algunos retos, entre ellos, que todas logren tener un conocimiento parejo, que estén en el mismo plano.
En el desarrollo de Stand up Feminista, a la comendiante y activista le interesa aplicar un aprendizaje signficativo, es decir, no sólo entender el conocimiento a nivel intelectual, sino en todos los niveles, desde el emocional hasta el espiritual.
“Pienso que el conocimiento y la transmisión del conocimiento tiene mucho que ver con la empatía, con la conexión, con integrar todo lo que nos configura como sujetas, sujetos políticos, sociales, culturales”, puntualiza.
México, sin comedia feminista
Itzel Arcos se ha dedicado a impartir cursos de Stand up Feminista desde 2017 en diferentes instituciones, empresas y colectivos, y en el tiempo que lleva ejerciendo la docencia se ha dado cuenta que aún hace falta mucho trabajo para que en México haya más comedia feminista.
En entrevista, menciona que para lograr que esa comedia con posturas políticas y sociales esté en plataformas como Netflix, por ejemplo, y haya buen recibimiento, aún falta que se abran más espacios, grupos y movimientos.
Por lo pronto, ella se dice agradecida por estar siendo parte de este cambio desde la comedia, un campo en el que, dice, se pueden profundizar más en conceptos como el feminismo, de lo absurdo de las críticas o del machismo.
Ella, por ejemplo, saca material para sus rutinas de los colectivos, de las noticias, de su propia vida, pero también de la vida de las demás, del entender la incongruencia propia y del entorno.
“De pronto hay como una demanda sobre todo con el feminismo, como que se exige una perfección medio utópica, digo, en todos los movimientos e ideologías se exige, pero en el feminismo lo veo mucho más duro y entonces a mí me genera mucha gracia y libertad. Me libera y trato de transmitirles eso a otras mujeres, hablar de la incongruencia y de las contradicciones”, asegura.
Finalmente, Itzel recomienda escuchar las discusiones que se siguen dando en torno al feminismo, pero siempre de la mano de la escucha y la empatía para que haya una mayor comprensión.