El místico penacho de Moctezuma, decorado con plumas de quetzal e incrustaciones de oro, plata y cobre, volvió a cobrar relevancia este lunes, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en que el gobierno de Austria debería entregar la pieza histórica.
Por medio de redes sociales, el mandatario dijo que le recomendó a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, que insistiera en el tema durante su visita a territorio austriaco.
Con la misma intención de obtener piezas históricas y arqueológicas de México para ser exhibidas en nuestro país durante el Bicentenario de la Independencia, visitó Beatriz al presidente de Austria, Alexander Van der Bellen. pic.twitter.com/w3dUxR0Kl3
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) October 12, 2020
La polémica en torno a la pertenencia de Moctezuma Xocoyotzin o Moctezuma II, quien fue tlatoani de los mexicas en el periodo 1502-1520, ha estado presente desde hace varios años.
México ha tratado de recuperar el penacho, incluso presentó la petición ante las Naciones Unidas.
Desde 1991, el Gobierno mexicano exigió a Austria devolver la pieza, que se conserva en el Museo de Etnología de Viena, pero no obtuvo una respuesta.
Fue hasta 2011, cuando la diplomacia mexicana matizó su petición y ofreció un intercambio temporal del penacho a cambio de la carroza dorada del emperador Maximiliano de Habsburgo que se exhibe en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, en la capital del país.
Se cree que Cortés le envió la reliquia al rey Carlos I de España; aunque no está claro cómo acabó en Austria. Una versión señala que el penacho fue trasladado en barco a España pero este fue asaltado por piratas.
Lo que sí se sabe es que el rey era un miembro de la familia Habsburgo, proveniente de ese país y que permaneció 200 años en el Palacio de Ambras, en Innsbruck.
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Penacho de Moctezuma
El penacho de Moctezuma es un tocado con más de 500 años de historia, compuesto por plumas verdes de quetzal, rojas del pájaro espátula y otras de color café, turquesas y azules claras de aves no identificadas, con una dimensión de 178 por 130 centímetros.
De acuerdo con expertos, para su elaboración se utilizaron 222 plumas de cuatro especies de aves: macho de cotinga azulejo, espátula plateada rosada, pájaro ardilla y quetzal. Las plumas se montaron sobre dos redes tejidas con fibras de maguey y algodón, que le daban la posibilidad de doblarse o enrollarse. Otras plumas se pegaron con tzauhtli, un adhesivo natural hecho con extractos de orquídeas.
Fue creado en el siglo XVI por los amantecas, que eran los maestros especializados en arte plumario.
Según la leyenda, el Penacho era propiedad de Moctezuma II Xocoyotzin, emperador azteca cuando Hernán Cortés llegó a México en 1519. Sin embargo, algunos expertos austriacos dicen que la corona de plumas no pertenecía a Moctezuma, sino que era un adorno utilizado por los sacerdotes.
La pieza apareció a finales del siglo XVI en la colección personal del archiduque Fernando de Tirol y ha permanecido en Austria desde entonces.
Lamentablemente, el penacho de Moctezuma no puede ser trasladado desde Austria hasta México, al menos hasta que exista la tecnología suficiente para lograr un impacto cero de vibraciones en la pieza durante el viaje.
Investigadores concluyeron que el penacho no puede ser movido vía aérea, marítima o terrestre, debido a que las vibraciones podrían causar daños graves e irreparables a sus materiales orgánicos.
El penacho ha permanecido en el museo desde 1947, después de su último viaje a Zurich, Suiza, para la exposición, Obras Maestras de Austria, que se realizó justo después del término de la Segunda Guerra Mundial