Con zapatos y canas

Después del Harlem Shake llegó el Ice Bucket Challenge... ahora la tendencia es utilizar cualquier objeto –oficial o amateur– para tomarse las selfies más originales.

Desde el selfie stick (en todas sus variedades), hasta los selfie shoes (o zapatos para selfies).

Y es que tomarse autofotos es toda una ciencia que va más allá de extender el brazo y capturar a un grupo de amigos apretados con el fin de caber en el cuadro.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Después del Harlem Shake llegó el Ice Bucket Challenge… ahora la tendencia es utilizar cualquier objeto –oficial o amateur– para tomarse las selfies más originales.

Desde el selfie stick (en todas sus variedades), hasta los selfie shoes (o zapatos para selfies).

Y es que tomarse autofotos es toda una ciencia que va más allá de extender el brazo y capturar a un grupo de amigos apretados con el fin de caber en el cuadro.

Inclusive ya salió al mercado la “Svakom Gaga Camera Vibrator”, que es un selfie stick apto para entrar en el cuerpo humano, pues se introduce en el conducto vaginal. Contiene una cámara que acopla luces LED a un vibrador.

El favorito actualmente es el selfie shoe, que protagonizó los viajes, tardes de ocio y hasta mañanas de trabajo de los usuarios durante la Semana Santa.

Estos zapatos-cámara fueron creados por la empresa zapatera Miz Mooz, y fueron lanzados el 1 de abril, por lo que muchos creyeron que se trataba de una broma por el April Fools’ Day (el Día de los Inocentes en Estados Unidos).

Pero esta creación es tan real como unos tacones de aguja, y su objetivo es que los usuarios puedan tomarse selfies sin tener que recurrir a las manos (pues cuando se toma con un smartphone, siempre aparece el brazo estirado en la imagen).

Para tomar la fotografía, solo levantas la pierna y utilizas el dedo gordo del pie para captar el momento.

Los creadores del selfie shoe consideran que su invento es idóneo para lugares en donde los selfie sticks ya están prohibidos, entre ellos museos, partidos de futbol y conciertos. Basta esperar a que alguien sufra una caída u otro tipo de accidente para que el uso de estos zapatos-cámara también sea restringido.

Entre más canas, más ganas

Pero tomarse fotos levantando la pierna como si se estuviera bailando ballet o cancán no fue la única tendencia mundial que predominó durante la Semana Santa y el inicio de la primavera. Ya que tanto mujeres como hombres jóvenes han optado por pintarse el cabello de gris. Sí, como si quisieran adelantar el reloj biológico o desearan un look como el de Meryl Streep en “The devil’s wear Prada”, o el de Blair Brown en la serie “Fringe”.

Y es que esta moda comenzó hace aproximadamente tres meses, pero cobró fuerza esta temporada con el hashtag #GrannyHair (o Cabello de Abuela). Algunos jóvenes han combinado su color grisáceo con un poco de rosa o azul, pero la mayoría opta por el peno canoso en su totalidad.

Razones para hacerlo son muchas, y oscilan más allá de imitar una moda cibernética. Muchas usuarias lo hicieron para romper con lo ordinario y callar la boca de personas criticonas, “de todos modos se hará gris en algún momento”, dijo la noruega de 16 años,  Ingvild Aslaksen a The New York Times.

Por su parte, Jasmine Kokoszka, del Garbo Salon and Spa de Austin, señaló que esto también podría alentar a las mujeres mayores a sobrellevar el proceso natural de envejecimiento, ya que no necesariamente significa que la persona esté “cansada” o “vieja”. Y lo mismo aplica para los hombres que, inclusive antes de pisar los 30, pueden tener el pelo repleto de canas pero la actitud y las ganas de vivir de un adolescente.

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