El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó la existencia de una cámara de 15 metros de diámetro ubicada bajo la Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, así como de un túnel que desemboca hacia el sur de la Plaza de la Luna. Mediante un comunicado, informó que la oquedad, localizada a ocho metros de profundidad, pudiera haber sido un espacio con fines rituales.
“En las exploraciones efectuadas a finales de los años ochenta del siglo pasado, a través de túneles excavados en el cuerpo de la pirámide, los arqueólogos Rubén Cabrera y Saburo Sugiyama encontraron esqueletos de individuos con deformación craneal, como en el área maya, y diversos objetos de piedra verde (collares, figuras antropomorfas hechas con mosaicos), por lo que no es difícil pensar que algo similar se podría encontrar en el subsuelo”, precisó la doctora Verónica Ortega, directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna.
La experta informó que la investigación, más que estar enfocada en encontrar una cámara funeraria, gira en torno al espacio ritual vinculado con el inframundo que le dio el nivel de sacralizado a la antigua urbe… “Estos grandes complejos ofrendatorios constituyen el núcleo sagrado de la ciudad de Teotihuacán, por lo que toda la gente la consideraba la meca de la civilización, de ahí que lo que se pueda hallar en su interior podrá ayudar a desentrañar las relaciones que tuvo esta antigua metrópoli con otras regiones de Mesoamérica”.
La Pirámide de la Luna es la única edificación de Teotihuacán que tiene enfrente la Calzada de los Muertos, además se trata de una estructura que se trabajó de manera constante por sus habitantes, quienes la agrandaron en siete ocasiones y esta relacionada con los rituales que se realizaban en la Plaza de la Luna.
La experta resaltó que no se ha realizado una exploración completa de los núcleos ni el subsuelo de las dos grandes pirámides símbolos de Teotihuacán, la del Sol y la de la Luna, por lo que en la actualidad se sabe muy poco sobre su origen, la época en que fueron trazadas, así como sus distintos usos.
Desde 2015, la doctora Ortega lleva a cabo el Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, el cual inició con un trabajo de prospección con georradar en la superficie y el subsuelo de la plaza, donde se encontraron grandes fosas en el tepetate y, en su interior, cantos de río y estelas de piedra verde que representan un código simbólico y unen la parte subterránea (el inframundo) con el plano celeste.