La novela “Corazón Sicario” cambió la visión de lo que convencionalmente se entiende por literatura juvenil al llevar al lector la vida de un joven que sigue el falso canto de las sirenas hacia el narcotráfico y tiene un destino peor que la muerte.
Editorial Planeta y la Universidad Nacional Autónoma de México lanzaron en febrero pasado el primer concurso Primer Premio Juvenil Universo de Letras con el fin de incentivar la creación lietraria entre jóvenes y en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su 30 edición, se llevó a cabo la premiación y presentación del libro.
El jurado, formado por Rosa Montero, Benito Taibo y Antonio Ortuño no tardó en coincidir en que la primer novela —en realidad es la segunda porque la ópera prima la perdió el autor en unha USB— de Víctor Gibrán Valle Alarcón merecía ganar.
Ortuño confesó no ser fan de la novela sicaresca ni de la narconovela, pero no tuvo sombra de duda. Así que después de 26 llamadas entre los miembros del jurado, cada uno en un lugar del mundo diferente, la última decisión no tardó más de seis minutos, después de haber leido los trabajos.
“¿Qué es novela juveni?”, dijo Benito Taibo, “después de todo, la adolescencia es un trago muy duro”.
En la voz de Montero, Valle Alarcón logró una tremenda modernidad y refleja la vida misma, donde hay una historia de amor homosexual “bestial de bonita”.
Confesó que detesta a Hemmingway, pero le reconoce la frase: “Escribe lo más verdadero que conozcas” (Write the truest thing you know)
El joven profesor de literatura de la UNAM explicó que origen de su novela fue un cuento de ocho cuartillas que escribió para pasar una materia y obtuvo un 10.
De la realidad, tomó sus recuerdos de una invitación que le hicieron a un rosario a la Santa Muerte en el barrio de Tepito, en la Ciudad de México. Y apunta a que la televisión no creó los sicarios, por lo que es absurdo que ahora surjan iniciativas de legisladores que pretenden prohibir las narcoseries, pues es como querer tapar el sol con un dedo.
“Víctor nos está llevando de la mano a ese mundo oscuro, pero nos hace ver el infierno y no es algo que promueva que se hagan sicarios”, explica Taibo a pregunta expresa de una mujer del público.
Nadie se convierte en un narcotraficante por leer un libro, agregó Ortuño, es más probable que un narcotraficante deje de serlo si lee un libro.
Pero Víctor regresó a la reflexión de qué es una novela juvenil. Como integrante de la generación Harry Potter, confiesa los libros son como su música.
“Le lanzaba todos los maleficios a todo el mundo y mi corazón se partía cuando no funcionaban”, dice.
“No entiendo qué es novela juvenil, una fantasiosa como Harry Potter, lo mismo que leemos “El Perfume” o a Edgar Allan Poe. Literatura juvenil es todo”, defiende Valle Alarcón.
Y la realidad durante la presentación del libro se manifestó de nuevo cuando otro joven de la audiencia dijo que su hermano menor murió en 2012 por meterse al mundo del narco y su padre migrante regresó de Estados Unidos para enterralo.