Cuando el príncipe Felipe y la familia real visitaron México y criticaron la contaminación
Entre los destinos del príncipe Felipe estuvieron el municipio de Naucalpan para conocer cómo se fabricaban los cables de acero
Indigo StaffEl príncipe Felipe visitó la Ciudad de México en 1964 durante una bienvenida en su papel de embajador de buena voluntad a nombre de la familia real de Gran Bretaña, la cual fue recibida con alegría por el entonces presidente Adolfo López Mateos.
Sin embargo, lo que resalta en dicha visita fue el recorrido que el duque de Edimburgo realizó en tierras aztecas, el cual también se repetiría en 1975 junto a su esposa, la Reina Isabel II.
Durante su primera visita oficial, en la reseña del viaje consideraron a la Ciudad de México como “una capital moderna inspiradora extremadamente bien planificada, que presenta al mundo occidental”.
De hecho, entre sus destinos estuvieron el municipio de Naucalpan para conocer cómo se fabricaban los cables de acero, así como una visita especial al Instituto Politécnico Nacional (IPN).
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Su visita también fue cronicada por periódicos como El Universal, que siguieron de cerca al príncipe en su visita a Ciudad Universitaria, sede importante en el itinerario del Secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet.
La familia real de Gran Bretaña destacó que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mantuviera la cultura del México antiguo con sus raíces prehispánicas y añadiera en conjunto la enseñanza de la ciencia moderna de la segunda mitad del siglo XX.
Admiraron y reconocieron la exquisita arquitectura de la Catedral, ubicada en el corazón del centro, expresión de la religión católica, que tiene sus raíces en Europa.
No obstante, el asombro fue agridulce a la visita del Centro de la Ciudad de México pues el gran bullicio de los mercados y el comercio de los cientos de personas viajaban a la capital desde las zonas rurales era un gran contraste.
Incluso, la misma Reina Isabel II destacaría durante su visita que: “Los mexicanos son alegres. Me di cuenta por la forma festiva en que actuaban en las vallas, por la música y por el bullicio”.
Sin embargo, de acuerdo con las crónicas publicadas de la época, la Reina criticó la contaminación ambiental de México (que el día de su llegada era muy densa en el centro de la ciudad): “El mismo problema lo hay en Gran Bretaña y se agudiza en la zona industrial de Manchester”, dijo siempre acompañada de su doncella y de la traductora Rosa María Casas.