La cueva sin fin
Un equipo de exploradores dice haber descubierto la cueva subacuática más profunda de todo el planeta -hasta ahora-, a una profundidad de 404 metros (1,325 pies) bajo una grieta de caliza en la República Checa.
Indigo Staff
Un equipo de exploradores dice haber descubierto la cueva subacuática más profunda de todo el planeta -hasta ahora-, a una profundidad de 404 metros (1,325 pies) bajo una grieta de caliza en la República Checa.
El explorador de origen polaco Krzysztof Starnawski, líder del equipo de exploración, comentó a AP que se sintió “como un Cristóbal Colón del siglo XXI” al hacer el descubrimiento cerca de la ciudad checa de Hranice.
Starnawski, de 48 años, determinó que el inundado Hranicka Propast, que ha sido explorado por buzos durante decenios, tiene al menos 400 metros de profundidad. Él se sumergió hasta una grieta estrecha a 200 metros de profundidad y entonces envió un robot operado por control remoto, que llegó hasta 404 metros —la longitud de su cable— sin parecer tocar fondo.
En busca del fondo
En el 2015, el propio Starnawski pasó por la grieta y bajó a una profundidad de 265 metros sin tocar fondo. Después de esa inmersión, Starnawski tuvo que pasar seis horas en una cámara de descompresión.
Starnawski comentó que el descubrimiento hace del Hranice Propast la cueva subacuática más profunda que se conoce, superando al Pozzo del Merro, en Italia, por 12 metros.
La Sociedad Espeleológica Checa dijo que piensa que la cueva es aún más profunda y arrojará más récords. Cuando el robot estaba a 404 metros de profundidad “era todo lo que alcanzaba su soga y aun así no tocaba fondo”, dijo la sociedad en una declaración.
“Pero es el único precio por este descubrimiento y vale la pena”, comentó el buzo a AP con respecto a bucear en la cueva ya que es difícil, debido a aguas turbias, a una temperatura de 15 grados centígrados (59 grados Fahrenheit) y a una composición mineral del agua que daña el equipo y la piel expuesta. —AP
Próxima inmersión
Starnawski planea bucear de nuevo 200 metros para volver a enviar el robot por el estrecho. El aparato fue creado específicamente para la expedición y es operado por la firma polaca GRALmarine.