Kultivator es una plataforma para colaboraciones experimentales entre agricultura y artes visuales que se lleva a cabo en distintas granjas abandonadas en la costa sureste de Suecia.
Su objetivo es reunir a las personas y hacerlas entender el paralelismo entre estos dos mundos.
En entrevista con Reporte Indigo, Malin Vrijman, una de las fundadoras, dijo que es “la manera más directa de explicar lo que somos, tenemos una residencia en donde artistas de todos lados son bienvenidos para trabajar en conexión con la granja”.
Vrijman añadió que son curadores del arte y que hacen “exhibiciones de proyectos que están enfocados a preguntas acerca de la producción de alimentos, turismo, propietarios de terreno entre otros temas”.
Y colaboran en función con grupos de artistas que “crean trabajos para exposiciones, artfairs u otros proyectos en los que somos invitados.”
Esta plataforma nació cuando ella y su esposo, Mathieu Vrijman, se mudaron a la granja de Mia Lindmark y Stigeborn Henric. Al trabajar juntos en un mismo espacio, los cuatro vieron la similitud en su trabajo y en la lucha por crecer.
Cualquier forma de expresión es bienvenida y apreciada. Normalmente la gente que entra trabaja con instalaciones y construcciones, pero las puertas permanecen abiertas para la expresión en cine, baile, escritura y pintura.
“El objetivo es apoyar y promover la agricultura sustentable y democrática, así como contribuir a un debate constructivo y creativo en las artes contemporáneas. Personalmente, vivimos una vida buena; cerca de nuestros hijos junto a la naturaleza y con muchas reuniones interesantes aquí en la granja y en otros lugares”, dijo Malin.
Uno de los proyectos más importantes que ha realizado Kultivator fue “Right to farm the land, right to use the land”, en el que distribuyeron una hectárea de tierra a unos inmigrantes recién llegados. En Suecia, la palabra crecer es la misma que la palabra usar y cultivar. La palabra tierra puede referirse al suelo pero también a la nación.
Así que “el uso de la tierra” puede significar cosas diferentes. El proyecto comenzó siendo muy práctico, la gente que realmente quería un pedazo de tierra podía obtenerlo siempre y cuando lo que se empezara en ese pedazo tuviera un significado simbólico. Los resultados fueron mejor de lo que esperaron.
Pero, ¿cómo embonan bien las artes visuales con la agricultura? No es fácil que se mezclen, por ello su meta es que nuestro futuro podría brillar más si se ajustan uno con el otro. Para que la agricultura sea más poética y cultural, y para que el arte reconozca más la creatividad.
“Queremos que los dos se influyan entre sí y con esto crear un equilibrio que ahora no existe”, finalizó.
Arte y agricultura
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