Alejandra Frausto comenzó sus funciones como la titular de la Secretaría de Cultura (SC) federal con el lema de “cambiar la cultura del poder, por el poder de la cultura”. Dijo que las artes nunca más volverían a ser accesorios, que estarían en el centro y que sería uno de los ejes de la política de regeneración del tejido social y del bienestar del alma; sin embargo, al parecer, eso no aplicaba para todas las personas que trabajaban dentro de esta dependencia.
A penas han transcurrido dos meses y cinco días y esta institución gubernamental ha estado en varios escándalos. Se le ha señalado por falta de pagos y de múltiples despidos injustificados. De confundir fechas y de no ser clara con su comunicación.
Pero, sin duda, la destitución de Daniel Goldin de la Biblioteca Vasconcelos, el cuarto recinto cultural con más visitantes anuales en el país, ha hecho que la comunidad cultural alce la voz y asegure que se trata de una injusticia.
Aunque la Biblioteca Vasconcelos no tiene rasgos, como mantas o cartulinas, de que personas se hayan manifestado en contra de la presunta destitución de Goldin, las redes sociales han estado inundadas bajo el hashtag #MiBibliotecaVasconcelos, con opiniones respecto a quien fuera director desde 2013.
Martín Solares, editor en Almadía, Océano y Tusquets, fue una de las personas que manifestó su postura respecto al trabajo de Daniel, enfatizando que éste debería seguir al frente de la institución. “¿Quién podría igualar su experiencia como creador de lectores durante más de 30 años?”, compartió el también narrador.
Para el tamaulipeco, la valía de Goldin no tiene comparación en el medio cultural mexicano, pues agregó que con más de 40 años en el mundo editorial y literario, es reconocido entre los editores y grandes creadores extranjeros que participaban en la feria de Bolaño o de Londres. “Mencionar su nombre provocaba de inmediato un gesto de respeto, cuando no de admiración y agradecimiento, cosa excepcional en este medio tan difícil”
El autor de El centro de la ansiedad señaló que cada seis años se pone de manifiesto un grave error de diseño en el gobierno mexicano, el cual, para él, consiste en que quienes llegan al poder prefieren exigir la renuncia de los funcionarios del gobierno anterior, antes que evaluarlos y considerar cuánto pueden beneficiar al país.
“Con ello desdeñan a elementos valiosos y con enorme experiencia, pero todo indica que esto seguirá, pues los mecanismos que existen ahora para evaluar el desempeño de esos funcionarios son tan mediocres que no parecen existir. Deberíamos corregir este grave problema que provoca injusticias simultáneas: para quienes trabajaron incansablemente en sus puestos y de la noche a la mañana se ven en la calle, y para los ciudadanos, que durante meses tendrán que tolerar la curva de aprendizaje de los nuevos servidores públicos, algunos de los cuales, es de temerse, no tendrán una formación adecuada para el puesto en que serán asignados”, mencionó el escritor mexicano.
Perspectiva internacional
Al parecer, Daniel Goldin no sólo dejó una buena imagen en el público mexicano estando al frente de la Biblioteca Vasconcelos, sino también con la comunidad internacional, así lo confirmó a Reporte Índigo Gonzalo Oyarzun, responsable del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas de Chile.
“Con la llegada de Daniel efectivamente hubo un cambio notable, él decidió mirar las buenas experiencias, se juntó y se entrevistó con muchos de nosotros, pero cuando digo muchos, es realmente muchos. A partir de esa experiencia, construyó un modelo que fue el que se plasmó en la Biblioteca Vasconcelos, la llenó de actividades, de acciones, de gente”, dijo Oyarzun.
Cuando Gonzalo dirigía una biblioteca en su país natal, en México se estaba inaugurando la Vasconcelos, un lugar que percibían un tanto frío y con pocos usuarios, pero con el tiempo, Oyarzun se dio cuenta que Daniel fue capaz de crear una comunidad, “algo escaso en el mundo literario. Eso es algo que voy a extrañar”.
Respecto a la próxima administración que dirigirá la Biblioteca, el latinoamericano espera que lo haga mucho mejor, que la Vasconcelos siga creciendo y tomando en cuenta el esfuerzo que hizo Daniel para sacarla adelante.
“Estoy a seis mil 600 kilómetros de la Ciudad de México y eso no me hace ver con claridad la profundidad de los problemas que puedan estar viviendo, pero sí me permite ver la maravillosa Biblioteca que ustedes han logrado después de tanto, y gracias a la gestión no solamente de Daniel, sino de un equipo maravilloso que trabajó, se compenetró, incluso, de gente que entró temporalmente y que sigue hasta el día de hoy”, indicó Oyarzun.
La mirada de una excolaboradora
Nicte Arzaluz fue parte de la Biblioteca Vasconcelos, en el área de voluntariado. La joven cuenta que desde que Daniel Goldin encabezó la institución empezó a notar cambios notables, como los talleres gratuitos que ofrecían.
Un día antes de que renunciara, contó que Marx Arriaga Navarro, actual titular de la Dirección General de Bibliotecas (DGB) tuvo una junta con todo el personal, menos con los de honorarios, en la que dijo que a partir de ese momento Goldin ya no tenía autoridad y que él y sus enlaces iban a dar las indicaciones de la Biblioteca.
Cuando Nicte le preguntó sobre los proyectos de la institución, Arriaga fue muy claro al decir que aún estaban en la parte de diagnóstico, a lo que la ahora excolaboradora lo cuestionó y le dijo que “¿por qué si están en la parte de diagnóstico ya se están tomando decisiones de modificar ciertas cosas, si eso tendría que venir mucho después?”.
Después de eso, Marx se reunió con Daniel en su oficina, momento en el que le pidió su lugar de trabajo y posteriormente se fue reuniendo con los encargados de diferentes áreas de la Biblioteca.
Arzaluz asegura que fue muy clara con Arriaga, enfatizándole que estaba muy bien que quisiera conocer a los trabajadores y cómo realizaban su trabajo, pero que lo importante era enfocarse en la comunidad, en lo que querían de la institución, justo como el trabajo que había realizado Goldin.
Lo que la DGB quiere, de acuerdo con Arzaluz, es llevar a gente de base a la Biblioteca y llenar los puestos que quedaron vacíos. “La solución no es hacer réplica de una receta, no es pensar que con más gente se va a lograr mantener o mejorar el estatus”, opina.
Una petición de todos
Con más de 4 mil firmas, una petición en la plataforma Change.org pide la restitución de Daniel Goldin en la Biblioteca Vasconcelos.
“Hay un amplio malestar entre los lectores, visitantes y participantes en las centenares de actividades culturales (…) por el hostigamiento a su director, que condujo a su renuncia. También entre los expertos en la lectura y las bibliotecas a nivel nacional e internacional, por la manera prepotente en que se ha desplazado al director y su equipo, quienes a lo largo de seis años transformaron la historia de una de las instituciones culturales más importantes de América Latina”, se puede leer en la petición.
Para María de Lourdes Calderón Contreras, usuaria de la Biblioteca Vasconcelos y pormotora de esta petición, en un país como México, donde en los últimos sexenios se ha venido destruyendo el tejido social sin respuestas eficaces del Estado, es necesario cuidar a las instituciones y los equipos de trabajo que han logrado crecer y dar espacio a sectores muy diversos, desde los estudiantes y profesionales hasta personas de todas las clases sociales que no tenían hábitos de lectura o lugares de reunión.
Los otros escándalos
Los movimientos culturales no se detienen, la presunta dimisión de Daniel Goldin de la Biblioteca Vasconcelos es sólo uno de los problemas que se han avecinado en las instituciones como el INBA y el INAH.
“Yo sí creí mucho en este nuevo gobierno, he tratado de tener esa fe y esperanza que el cambio va a suceder y que ahorita están haciendo una limpieza de burocracia, pero me ha tocado vivir en carne propia estos recortes que se han hecho un poco a ciegas, porque no se ha estudiado a las personas a las que se va a recortar”, dijo una trabajadora del INBA, quien pidió no mencionar su nombre.
La empleada sostuvo que de pronto les dicen que va a bajar el presupuesto de la Institución o del personal al 15 por ciento, cuando muchas veces son ellos, los trabajadores eventuales y capítulo 3000 los que llevan las tareas sustantivas en los museos, o por lo menos las del Instituto Nacional de Bellas Artes.
“Nos ha tocado ver muchos casos fuera, como en el INAH, en la Biblioteca Vasconcelos, pero en el INBA la directora Lucina Jiménez prometió que no habría despido masivos; sin embargo, hay casos documentados de gente que trabajó en el área de curaduría e investigación en diferentes museos, principalmente en el Museo Nacional de Arte, y la justificación que le dieron es que los despidos se debían a una reestructuración en el área y no tanto a una cuestión presupuestal. Ahí tratan de confundirnos”, declaró.
Cuando se le preguntó respecto a la labor que ha ejercido Alejandra Frausto en la Secretaría de Cultura, mencionó que todavía es muy pronto para declarar si su administración ha sido buena o mala, pero que hasta el momento no han recibido la atención que les prometió en un inicio.
“Lo que sí hemos tenido nosotros de primera mano es que el equipo de Contrato Digno dirigió un oficio a Alejandra Frausto los primeros días de diciembre para platicar un poco de cuál era nuestra posición con las anteriores autoridades y ella pudiera decirnos el panorama que tenía en mente”, contó la trabajadora.
La respuesta de la funcionaria la recibieron un mes después, ofreciéndoles que se dirigieran al apartado jurídico del INBA si tenían alguna queja, un acto que les pareció un desaire porque ni siquiera respondió el oficio de manera directa, es decir, lo mandó a través del jefe de jurídico de la Institución. “Nos pareció una falta de respeto que ella no se diera tiempo de atender a sus propios trabajadores”.
Al respecto, Eréndida Martínez, del INAH, aseguró que la actitud que ha habido por parte de Alejandra Frausto es ajena, pues hasta el momento no ha mostrado interés en las demandas de todos aquellos que realizaron trabajos sustanciales en el Instituto.
“Ignora totalmente los llamados que le hacemos, ella hace como si no pasara nada y como si el Instituto no estuviera pasando una crisis total, es triste porque se supone que está formado por humanistas; sin embargo, no ha mostrado ninguna empatía hacía la situación de todos los compañeros. Por eso mismo no se ha logrado establecer ninguna mesa de diálogo con ella”.
Aún está por verse la versión oficial del gobierno respecto a los despidos y movimiento que se han registrado en el área cultura, pero las opiniones de algunos de sus trabajadores ya están dichas.
Funcionario en contracción
Marx Arriaga es un personaje poco conocido en el mundo cultural. De él se sabe que es doctor en Filología Hispánica, ha sido investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y que fue lector sinodal de la tesis de doctorado de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es tan poca su información que en Wikipedia se puede leer que el artículo que hace referencia a Arriaga Navarro no tiene “relevancia enciclopédica aparente: el asunto o la redacción hacen pensar que debería borrarse. Por favor, añade argumentos o edita el artículo, basándote en referencias a fuentes fiables e independientes. De no ser así, podría ser borrado en 30 días desde la colocación de este aviso”.