Dave Lombardo: la historia del baterista cubano que conquistó el metal
El baterista alcanzó la cima del género con su doble bombo y su brutal estilo de tocar, sin embargo, nada de eso hubiese sido posible sin sus raíces cubanas
Roberto TrejoPocos nombres en la comunidad del metal generan tanto respeto, admiración y consenso como el de Dave Lombardo, el baterista cubano que, junto con Slayer, llevó el sonido del thrash metal a nuevos niveles cargados de brutalidad y gran técnica musical.
Cuba es mundialmente conocida por sus grandes percusionistas, ya sea detrás de los timbales, bongos o cualquier clase de tambor, nadie se les compara; Lombardo es uno de esos grandes maestros de la percusión, pero lo suyo no es la música tropical, sino el salvaje ritmo del metal.
Sin embargo, la relación de Lombardo con su patria, al igual que la de miles de cubanos, estuvo marcada por la migración y el exilio en los Estados Unidos. El músico dejó la isla cuando apenas tenía dos años y regresó hasta hace poco; primero como turista y luego con sus compañeros de Suicidal Tendecies para dar un par de shows de metal en el mismísimo corazón de la rumba.
El padre de Dave era un importante comerciante cubano, dueño de tres carnicerías y una linda casa, sin embargo, tras la llegada de Fidel Castro al poder en 1959 sufrió un proceso de expropiación; también llegó a sus oídos el rumor que el gobierno cubano reclutaría jóvenes para entrenarlos en el arte de la guerra, por lo que resolvió que su familia debía mudarse.
Dicha operación, coordinada por la CIA y la iglesia, permitía a los padres cubanos enviar a sus hijos a hogares católicos en los Estados Unidos y meses después los alcanzaban; entonces desertaban. El padre de Lombardo movió a dos de sus hijos por medio de este plan; él y su esposa, quien estaba embarazada de Dave, los alcanzarían meses después.
Pero las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos se congelaron por completo, principalmente por la llamada Crisis de los Misiles. Lo que serían tres meses de espera se convirtieron en cinco años. Dave nació el 16 de febrero de 1965, pero fue hasta finales de 1966 que sus padres y él pudieron alcanzar a sus hermanos en los Estados Unidos.
La familia de Dave obtuvo la nacionalidad estadounidense, su padre consiguió un empleo como carnicero y sus hermanos comenzaron a acercarse al rock, sin embargo, la música cubana siempre sonaba en la radio de la casa, al igual que no faltaban el arroz, los frijoles y la carne de puerco sobre la mesa; además, la madre de Lombardo se encargó que sus hijos no descuidarán su español.
Desde muy pequeño, Dave mostró que su destino estaba detrás de tambores y platillos, primero practicó con lápices y una caja de cartón, luego con los sartenes y ollas de la casa, paso siguiente con unas viejas congas y música de Carlos Santana; por lo que su padre decidió comprarle su primer batería a los 10 años de edad.
Durante la adolescencia, Lombardo comenzó a ser conocido como ‘Dave El Baterista’, sin embargo, el tiempo que le dedicaba al instrumento provocó que sus notas escolares cayeran; su madre desesperada le dijo que podía seguir tocando, siempre y cuando se graduará de la preparatoria. El músico cumplió su palabra y luego comenzó a trabajar como repartidor de pizza.
Con sus ahorros como repartidor, Dave compró su primera batería profesional. En una de sus entregas de rutina, alguien le comentó sobre un guitarrista que vivía a unas calles de su casa; su nombre era Kerry King. Lombardo decidió visitarlo y descubrió que ambos compartían afición por Led Zeppelin, Cream, Black Sabbath y Jimi Hendrix, entre otros.
Por aquel entonces, King estaba buscando un baterista para completar su banda de metal, por lo que invitó a Lombardo. Junto con el guitarrista Jeff Hanneman y el vocalista Tom ‘Voz de Trueno’ Araya, los músicos fundaron un grupo llamado Slayer; el cual se convertiría en uno de los cuatro grandes del thrash metal, junto con Metallica, Megadeth y Anthrax.
Lombardo quedó inmortalizado como el mejor baterista del metal gracias al tercer disco de la banda, Reign in Blood; una producción de menos de 30 minutos en la que Dave toca la batería de manera frenética y veloz, pero con una técnica simplemente perfecta. El álbum le ganó ser considerado el “Padrino del doble bombo”.
Dave es brutal con las manos, pero su habilidad con los pies y los bombos es lo que lo ha llevado a la cima del género; basta con escuchar canciones como Angel of Death, Altar of Sacrifice y Raining Blood para presenciar su gran técnica. Su estilo ha influenciado en las nuevas generaciones de bateristas, quienes han tomado la música de Lombardo como el estándar a seguir.
Tras constantes problemas económicos con King, Dave dejó la banda en 1992. Lombardo regresó a Slayer en 2002, pero las tensiones económicas provocaron nuevamente su salida en 2013. Slayer ha podido continuar sin Lombardo, pero es evidente que la banda adquiere otra dimensión con él en la batería.
Además de Slayer, Dave ha contribuido en numerosos proyectos, dos de ellos con el vocalista de Faith No More, Mike Patton. Actualmente, Lombardo es baterista de Suicidal Tendecies, Dead Cross y Misfits.
Hace poco, Dave pudo viajar finalmente a Cuba, acompañado de su madre y su prometida. Durante el viaje visitó las derruidas carnicerías de su padre, su antigua casa y las calles que alguna vez fueron el hogar de su familia.
Puede que Lombardo haya vivido menos de dos años en Cuba, pero el ADN de gran percusionista lo ha llevado a ser el mejor baterista de metal de la actualidad; la percusión corre por su sangre.