"Si confías en tu intuición te conviertes en alguien poderoso, más fuerte y más feliz"
Abril será el mes en que las pasarelas del mundo digan adiós a la supermodelo del siglo, la mejor pagada por más de una década, la envidia de cualquier ángel de Victoria’s Secret, Gisele Bündchen.
La revista Moda Estadão afirmó que la brasileña de 34 años se retirará en la Semana de la Moda de Sao Paulo durante el desfile de la marca Colcci.
Aunque su agencia IMG no ha hecho declaraciones oficiales, se dice que la esposa del quarterback Tom Brady dirá el adiós en su natal Brasil.
Pero el retiro no se verá reflejado en los bolsillos de la modelo quien, según Forbes, ha ganado más que cualquier otra en el negocio desde 2002.
Los 47 millones de dólares que la publicación asegura que Bündchen acumuló solo entre junio de 2013 y junio de 2014, se deben en gran parte a sus contratos para campañas con H&M, Chanel, Carolina Herrera, entre otras marcas.
“¿Con quién han estado hablando cuando se les ocurren estos números?”, preguntó a The Wall Street Journal (WSJ) en 2013, “no con mi contador, eso es seguro”.
La exorbitante cantidad de 368 millones de dólares que según Forbes Bündchen ha acumulado desde 2001 no le suena bien a la madre de dos. “Soy autoempleada… el modelaje siempre ha sido un negocio”.
Y lo niegue o no, es claro que no le va nada mal en el mercado. Obtiene ganancias de las sandalias que diseña junto con la marca brasileña Grendene, por ser el rostro de Pantene y Oral-B en su país de origen, y por su línea de ropa interior Hope, por nombrar algunas.
“Sus contratos continuarán mucho después de que Bündchen cuelgue sus tacones en abril”, escribe Natalie Robehmed en Forbes, “y puedes apostar que continuará superando en rango a sus compañeras modelos millonarias en la lista Celebrity 100 (celebridades más ricas) de este año”.
Antes y después de Bündchen
La agencia Elite descubrió a la nativa de Três de Maio, Rio Grande do Sul, a sus 14 años de edad. Dos años después, Gisele aparecería en la Semana de la Moda de New York, y se pasearía por la catwalk para Dolce & Gabbana, Giorgio Armani y Alexander McQueen en Milán y París.
En 1999, Vogue la acreditó por terminar con la era de las modelos “heroin chic” y por regresar lo sexy a la moda. El mismo año obtuvo el título de “bobos from Brazil” y poco después aparecería en la portada de Rolling Stone, revista que la nombró “la mujer más hermosa del mundo”.
Se retiró oficialmente de las pasarelas pero volvió después de un breve periodo. Siete años después de haber firmado con Victoria’s Secret, terminó su contrato debido a negociaciones de salario. El paso no fue significativo para la modelo pero sí para la marca, cuyo valor en la bolsa declinó más del 30 por ciento.
A lo largo de su carrera ha aparecido en más de 600 portadas y ha obtenido pequeños roles en películas, aunque su papel de madre y como Embajadora de Buena Voluntad para el Programa del Medio Ambiente de la ONU parecen haber cobrado mayor relevancia.
“Siempre estás tratando de balancear todo (…)”, platicó en WSJ, “a veces cuando eres una excelente mamá, no eres tan buena en tu trabajo. Y cuando eres buena en tu trabajo, no eres tan buena mamá o esposa. Es un baile que nunca termina. Pero es hermoso. Nunca he sido más feliz”.
Gisele, cuya hermana gemela es su mánager, ha donado miles de dólares a diferentes ONGs y en casos de desastres naturales, y cada año selecciona una beneficencia a la cual destinar fondos de las ganancias de su línea de sandalias.
Y si hay algo que la mantiene sana y positiva, es la meditación trascendental que practica dos veces al día por 20 minutos, según la edición brasileña de Glamour.
En la entrevista de WSJ lo había dicho: Es importante para mí hacerme tiempo. Así que una hora del día es mía. Puede que tenga que ser a las 4 de la mañana o cuando los niños estén tomando una siesta o no estén en casa, pero eso está en la agenda.
“Leo un libro. Medito. Hago algo. Necesito nutrirme a mí misma para poder darme a los demás”.
