El astrónomo independiente y creador de un software para monitorear objetos cercanos a la Tierra, Bill Gray, rastreó un cohete que de acuerdo con su trayectoria, se estrellará con la Luna próximamente.
Según los cálculos de Gray, será exactamente el 4 de marzo cuando este objeto colisione con la Luna, ocasionando un cráter de 20 metros en su superficie.
Al igual que la caída en el Mar Índico de los restos del cohete chino Long March-5B Y2, también conocido como CZ-5B, el impacto de este cohete reabrió el debate en torno a la basura espacial.
Entonces, el administrador de la NASA, Bill Nelson, criticó a China por la caída de los restos del cohete chino Larga Marcha-5B Y2 y señaló que el país “no cumple con las normas de responsabilidad” en relación con sus desechos espaciales.
“Las naciones que realizan actividades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes en la Tierra de los reingresos de objetos espaciales y maximizar la transparencia en relación con esas operaciones”, denunció indignado.
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¿Qué cohete es y a quién pertenece el objeto que se estrellará en la luna?
De acuerdo con las primeras observaciones de Gray, el cohete que se estrellará en la luna el próximo 4 de marzo, es una de las dos etapas del cohete Falcon 9, propiedad de SpaceX.
Este material fue lanzado al espacio en febrero de 2015, para poner en órbita un satélite, propiedad de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, para observar el clima.
Gray tenía la hipótesis de que después de vagar erráticamente por siete años, los restos del Falcon 9 se alejaron suficientemente de la Tierra para ser atraídos por la Luna.
Sin embargo, tras recibir una serie de observaciones por parte de Jon Giorgini del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL-NASA), Gray se retractó aseguró que los restos no corresponden al cohete de SpaceX, sino que es el material restante de un Long March 3C, un cohete chino que se encargó de lanzar la misión lunar no tripulada Chang’e 5-T1 de la Administración Espacial Nacional China (CNSA).
Ante estas afirmaciones, Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, negó que se tratara de la etapa de un cohete lanzado por la CNSA.
De acuerdo con las autoridades chinas, las políticas de exploración espacial del país se ajustaban a los tratados internacionales, de modo que los restos del Long March 3C se habían monitoreado desde su lanzamiento en octubre de 2014, por lo que sabían que estos habían regresado a la Tierra sin mayor problema.
A rocket stage expected to impact the moon is still most likely to belong to China’s 2014 moon mission, despite a denial from the country’s Ministry of Foreign Affairs.
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Aunque de momento no se conozca al emisor del material, el choque con la Luna de este cohete mantiene una indignación creciente en torno a la basura espacial.
La “basura espacial” y la contaminación lunar
Según un artículo de Adam Mann en Science, la Luna posee alrededor de 200 piezas grandes de basura espacial orbitando a su alrededor.
Este cálculo, estimado, se basa en la imposibilidad de rastrear con precisión los restos de satélites y otros desechos que orbitan alrededor de nuestro satélite natural.
Otra de las situaciones que causan molestia en torno a la basura que está alrededor de la Luna, es que mientras los restos de cohetes y satélites que regresan a la Tierra arden, los objetos que se aproximan a la delgada atmósfera lunar impactan contra ella de forma íntegra.
Estos choques levantan el regalito lunar, capa de materiales no consolidados que descansan sobre la roca lunar.
Por ello, los expertos prevén un aumento en la contaminación lunar, ante la falta de un mecanismo de vigilancia que permita seguir la trayectoria de la basura espacial y el creciente número de misiones que tendrán la Luna como objetivo.