¡Tururú! “Próxima estación ‘Salven el agua’, correspondencia con las Líneas 1 y 8″; sí, en lugar de Salto del Agua. “Permita el libre cierre de puertas”, dice la voz del tren en “Utopía”, en vez de Etiopía-Plaza de la Transparencia, de la Línea 3.
El Metro es un espacio público del que los capitalinos se han apropiado. Su ir y venir en las 195 paradas de las 12 líneas es algo ordinario, pero un grupo de poetas visuales lo cambiaron. Se trata de Redretro, un proyecto de arte urbano que cambia temporalmente nombres y narrativas públicas en los sistemas de transporte.
Nació en 2006, en Madrid, una de las ciudades con más intervenciones junto con Berlín, Valencia y la Ciudad de México, desde 2009.
“El anonimato se da naturalmente en este extracto de la tierra aunque inmerso en la automatización de la estructura operativa. Siendo todos parte de un rizoma formamos la red colectiva, pero también tenemos nuestras individualidades. Nosotros, al momento de trabajar, somos una masa de obreros, aunque con nombre e historia, sólo que esta masa labora en el mundo onírico transversal entre la realidad y la imaginación”, responden a Reporte Índigo.
En México, el nombre oficial de este medio de movilidad es Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y lo renombraron como Sistema de Transporte Onírico.
“La palabra Redretro es en sí una subversión semiótica. El Metro de Madrid, donde nace el proyecto, recibe el nombre oficial de “Red de Metro”, así que cambiando una “m” por una “r” surge por primera vez el concepto. Al principio, al escribirlo se separaban las dos palabras; sin embargo, decidimos unificarla en una sola”, afirman.
El proyecto está pensado para 10 años, sin realizar ningún daño permanente o provocar un caos explícito, sino haciendo cartografías conceptuales como lo han logrado en más de 80 estaciones.
“Redretro nació con vocación internacionalista y pretende unir en una Red Onírica Mundial estaciones de Metro”, comentan.
Crítica y poética colectivas
Este proyecto desarrolla intervenciones sutiles de carácter poético y crítico. En un principio los resultados tenían un toque humorístico o dadaísta: la palabra “Popote” en la estación Popotla de la Línea 2 o el cambio de Aragón por “Tragón” en la Línea 5.
“La primera estación que Redretro intervino en México fue Patriotismo. No se cambió la tipografía, se cambió solamente el ícono; una pistola disparaba una bala que atravesaba al águila de la bandera”, dicen los agentes deconstructores.
Entre el 5 y el 7 de octubre de 2018 intervinieron 14 estaciones del STC Metro con el apoyo del Comité Clandestino Movimiento Unión Insólita Dadá Situacionista (CCMUIDS) y el Comando Santa Lucía. Luego se sumó el Proyecto_Ñ en las estaciones de Línea 2.
“Las ideas vienen de todos los lugares, pero sobre todo vienen del subconsciente colectivo, el cual se nos manifiesta en el entorno de lo onírico”, responden.
Después optaron por realizar críticas. Con unas zapatillas rojas protestaron en la estación Barranca del Muerto con la frase “Basta de Muertas”.
“Los zapatos rojos que colocamos en la parte superior del letrero que acompañaban la intervención vinílica jamás fueron considerados por las autoridades; zapatos rojos que ya emblematizaban el vacío de los cuerpos de los desaparecidos en manifestaciones previas y que continúan estando presentes como símbolo de ausencia/presencia, pero también de memoria”, mencionan en Facebook.
En Patriotismo, de la línea café, reemplazaron la imagen de la bandera de México por una matriz con la palabra “Matriotismo”. En Viveros-Derechos Humanos de la Línea 3 pusieron la frase “Desaparecen Humanos”.
Pusieron “Criminal Aérea” en la estación Terminal Aérea de la Línea 5 y colocaron la imagen del Nuevo Aeropuerto Internacional.
“La poesía siempre tiene que picar, escocer o incluso doler; sin crítica no hay paraíso. La poesía es el arma con la que disparamos nuestros proyectiles subversivos, desde la poesía se puede disparar al Estado, señalar un atentado. Si nuestra poesía se vuelve crítica es porque se juntaron una serie de fenómenos múltiples suficientemente fuertes como para jalar nuestro trabajo hacia ahí, es decir, hay una fuerza mayor colectiva que guía nuestro trabajo y nosotros sólo procedemos a la proyección de ese sentir”, comentan los operarios.
Alterar en vez de destruir
El diseñador industrial Lynce Wyman se encargó del logotipo y la tipografía del STC, la iconografía de las líneas y los servicios. Pero en cada creación, Redretro reinventa su trabajo con la consigna de que la mejor subversión es alterar en lugar de destruir.
“Tuvimos que recrear completamente la tipografía para ser lo más fieles posibles al diseño original y así poder configurar su sistema al del ciudadano de a pie”, mencionan los integrantes anónimos del colectivo artístico.
Ahora Wyman será quien diseñe la identidad de las estaciones de la primera línea de Cablebús de la capital y el sistema de movilidad integrada que incluye al Metro, Metrobús, transportes eléctricos como el Tren Ligero y el Trolebús, y ecológicos como la bicicleta.
El diseñador Lynce Wyman también hizo el logotipo del Museo del Metro, un recinto donde Redretro realizó la acción #OpMuseo.
Los operarios colocaron una pieza que también formaba parte de la exposición #NoMeCansaré en el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC), en Ciudad Universitaria, para interconectar ambos espacios.
“Por nuestra parte y ya que teníamos un pie en la institución legal quisimos poner el otro pie en la institución, ilegalmente, con la intención de crear con esa intersección un tercer espacio habitable por el arte contemporáneo, ilegal y amable”, aseguran a este medio.