Un grupo de astrónomos realizó las primeras observaciones de una nube de escombros que se produjo luego de que dos cuerpos celestes chocaran, lo que puede dar pistas y esclarecer cómo se forman los planetas.
Lo anterior se debe a que la mayoría de los cuerpos rocosos de nuestro sistema solar se formaron o moldearon por colisiones masivas, ya que al chocar entre sí, pueden acumular más material, aumentar de tamaño o romperse.
De esta forma, los astrónomos habían encontrado evidencia sobre este tipo de colisiones alrededor de estrellas jóvenes donde se están formando planetas rocosos; sin embargo, no se tenían muchos detalles al respecto.
Detectan una gigante nube de escombros
En un nuevo estudio publicado en el ‘Astrophysical Journal’, científicos informaron sobre las primeras observaciones de una nube de escombros de una de estas colisiones, lo cual les permitió determinar el tamaño de los objetos que chocaron y observar la velocidad con la que la nube se dispersó.
Esto resulta relevante debido a que con las otras observaciones de coaliciones únicamente se hacían hipótesis teóricas sobre cómo podría haber sido el evento real y la nube de escombros.
Gracias a datos del ya retirado Telescopio Espacial #Spitzer de la #NASA un equipo de astrónomos ha detectado una nube gigante de escombros creada por el choque de cuerpos celestes. +Info en https://t.co/dFtiJoEVGq pic.twitter.com/E7Eo5urUpE
— NASANET ® (@NASA_EN_ESPANOL) March 20, 2022
Los astrónomos comenzaron a hacer los estudios a partir del 2015 en una estrella de 10 millones de años llamada HD 166191; no obstante, fue hasta mediados del 2018 que la luz infrarroja reveló que ésta se había vuelto considerablemente más brillante, lo cual significa un aumento en los deshechos.
De esta forma, combinaron las diferentes observaciones de telescopios con lo cual el equipo pudo deducir el tamaño y la forma de la nube de escombros. Ésta resultó ser muy alargada y tres veces mayor que la de la estrella.
Así, la NASA explicó que “para producir una nube tan grande, los objetos en la colisión principal deben haber sido del tamaño de planetas enanos, como Vesta en nuestro sistema solar, un objeto de 530 kilómetros”.
La importancia del descubrimiento
Las observaciones de la nube de escombros pueden ayudar a los científicos a probar teorías sobre cómo se forman y crecen los planetas terrestres, según creen los investigadores de la Universidad de Arizona.
“Al observar los discos de escombros polvorientos alrededor de las estrellas jóvenes, esencialmente podemos mirar hacia atrás en el tiempo y ver los procesos que pueden haber dado forma a nuestro propio sistema solar“, comentó Kate Su, quien dirigió el equipo de astrónomos.
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Además, señaló que al aprender qué efectos tienen las colisiones en estos sistemas, “también podemos tener una mejor idea de la frecuencia con la que se forman los planetas rocosos alrededor de otras estrellas “.