¿Subiste una foto a Instagram y esperas que tus seguidores reaccionen inmediatamente? ¿Interrumpes una conversación con alguien a tu lado por contestar rápidamente WhatsApp? ¿Eres de los que interactúa constantemente con las publicaciones de Facebook de tus amigos? Cuidado, porque podrías ser adicto a las redes sociales.
Dicha situación es una realidad y, aunque parezca una broma, comienza a ser un problema de conducta, por lo que las opiniones empiezan a polarizarse entre los usuarios a partir de una pregunta: ¿es momento de dejar Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram y demás comunidades virtuales?
Este dilema comenzó desde 2013, cuando llegaron las primeras ventilaciones que hizo Edward Snowden de cómo el gobierno estadounidense manipula y usa la información de las personas en Internet, encendiendo la alerta en los cibernautas sobre su privacidad, pero el verdadero caos llegó un lustro después.
El escándalo de Cambridge Analytica con Facebook trajo la discusión nuevamente, por lo que múltiples expertos en Internet señalaron el daño que causan las redes sociales y cuestionaron su papel en la actualidad.
Otro personaje que manifestó su inconformidad fue Jaron Lanier, filósofo computacional considerado el padre de la realidad virtual. El año pasado publicó el libro Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, exponiendo sus razones para abandonar las comunidades cibernéticas.
“A Jaron casi no se le conoce, porque justamente él borró sus perfiles en todas las redes sociales, pero es uno de los pioneros de Internet de los años 90 y él justamente habla sobre el peligro de las plataformas digitales”, explica Alberto Escorcia, investigador en redes sociales, en entrevista con Reporte Índigo.
Aunque esta tendencia de dejar de utilizar las comunidades virtuales está teniendo un auge en el mundo, México mantiene distancia de esto, ya que al ser un país en subdesarrollo, las redes tienen un mercado cautivo en la mayoría de los estratos poblacionales.
“En México es un poco más marginal, está sólo dentro de la comunidad de activistas de Internet, todavía no evoluciona a un movimiento más grande”, agrega Escorcia.
Recientemente, la plataforma Hootsuite lanzó el Informe del Estado mundial del ámbito digital en 2019, realizado en conjunto con el sitio web We Are Social, sobre el comportamiento de los usuarios en redes sociales en el mundo.
México, aislado del problema
Lejos de verse como una problemática, en México todavía no hay una conciencia real de la adición a las redes sociales, Escorcia comenta que esto se debe a que en la nación se percibe a dichas plataformas como un lugar de interacción y de información entre los usuarios.
“En países emergentes como México y otros que su mayoría de conexiones son de teléfonos, Facebook se está convirtiendo en un medio de comunicación más, es una forma de saber qué está pasando en tu comunidad”, argumenta el investigador.
Escorcia ejemplifica con lo sucedido en la Ciudad de México en torno a las protestas por los intentos de secuestro y acoso anunciadas en redes, y cómo esto movilizó a la ciudadanía para hacer un reclamo que provocó manifestaciones.
“Ahí radica el que no se esté considerando un problema en México, porque es muy útil, es decir, se está convirtiendo en una necesidad de primera mano (…), no es un problema todavía, lo va a ser en el futuro cuando la gente adquiera conciencia, pero hasta ahora la necesidad de usarlo como un medio de comunicación está desplazando la preocupación de qué hacen con tus datos y cómo se están aprovechando”.
La adicción virtual es real
Parece una broma el que una persona pueda catalogarse como adicta a las redes sociales; sin embargo, esto es un problema que ya está afectando.
Existen clínicas de rehabilitación para atender el problema, ejemplo de ello, es la serie documental Follow This, de Netflix, en su capítulo Tech Addict (Adicto a la tecnología) de su segunda temporada.
“En primer lugar los servicios de mensajería, sobre todo WhatsApp, Snapchat y digamos que en tercer lugar Instagram, son los que más se comentan dentro de la gente que ha ido a centros de desintoxicación de redes sociales”, dice Escorcia.
Este gusto impulsivo por las comunidades virtuales se produce por cómo están programadas y ofrecen contenido que nunca termina, esto lo ejemplificó Aza Raskin, quien fundó Humanized Inc. y luego trabajó para Mozilla. Él creó el scroll infinito en las páginas web, lo que evolucionó después en las apps de múltiples redes cibernéticas. Actualmente se encuentra arrepentido de su invención.