Después de haberse empapado de decenas de podcasts en inglés en su natal Monterrey, Diego Barrazas comenzó a tener la idea de desarrollar su propia producción auditiva, sobre todo, porque de esas cápsulas obtenía un aprendizaje que no le ofrecía ninguna otra herramienta de Internet.
El primer incentivo para Diego Barrazas fue el terreno fértil que ofrecía el mercado en español; además de que no todo el público está ávido de oír una conversación en inglés y menos prestarle atención. De ahí partió el regiomontano con su creatividad en 2014 para ingeniar su propio podcast.
En noviembre de 2016, al fin Diego Barrazas comenzó su trayectoria auditiva. El proyecto se denominó Dementes, porque puso la mira en invitados que rompieran el molde por completo; así comenzó este programa de entrevista, con la conversación de Edgar Barroso, director del Laboratorio de Emprendimiento del EGAP del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
“No hay invitado que no sea referencia en su industria. No me interesa tener la conversación con el abogado o abogada más fregón o fregona de México, pero que su papá y abuelo eran abogados, son puras personas que independientemente de su industria o profesión, no se fueron por el camino que la vida les tenía pintado”, comenta Barrazas, en llamada con Reporte Índigo.
Desde entonces, el joven podcaster ha platicado con personalidades como el expresidente Felipe Calderón; el músico Jonaz González, de Plastilina Mosh; el escritor Guillermo Arriaga e, incluso, con el fundador de esta casa editorial, Ramón Alberto Garza. Diego Barrazas tiene más de 100 episodios en audio y ahora también en video, que comparte en plataformas como YouTube, Spotify y Apple Podcasts.
Además, el también fundador Unschool, plataforma educativa hermana de Dementes, revela que durante 2020 la audiencia creció al buscar contenidos distintos a su entorno. También, dice, hubo una democratización de producciones audiovisuales, campo en el que Barrazas ha emprendido al subir sus podcasts a YouTube.
“Mucha gente nos descubrió en pandemia, porque ya no estaban las opciones normales de consumir, hasta cierto punto el campo se igualó para todos, y ya veías programas de televisión con llamadas de Zoom, ese nivel de producción se hizo un poco más accesible, nosotros hicimos ahora en pandemia varios episodios en videollamada y si lo ves en YouTube notas que no sólo era eso, los hacíamos con varias cámaras”
Dementes puede escucharse y verse de manera gratuita en esta plataforma de Google, además de que también se encuentra en Spotify, Apple Podcasts y en dementes.mx. Barrazas, incluso, ya planea una gira en el extranjero a futuro para acercarse al público que lo ha escuchado fuera de México.
Guillermo Arriaga: el cuate del podcast
El regiomontano lleva más de 100 entrevistas en su podcast, desde artistas, comediantes, empresarios, capitanes de industria, autores y emprendedores de negocios, pero, confiesa, que la que más le ha marcado hasta el momento, por la experiencia que significó y la cercanía que mostró, fue la del escritor Guillermo Arriaga.
“Por ahí sale en el video donde él dice ‘si todas las entrevistas fueran como ésta, sería el hombre más feliz del mundo’, y me dice después de eso, ‘por favor, hay que ser cuates, apúntame tu WhatsApp, y a quien quieras te puedo sentar, neta, chingón lo que haces, Diego, felicidades’ y que alguien así, que justo acababa de ganar el Premio Alfaguara, te diga eso. Se me quedó muy grabado”, narra el joven emprendedor.
A pesar de que lleva ya un lustro casi ininterrumpido haciendo entrevistas, Diego Barrazas comenta que todavía siente nervio cuando está frente a frente o vía remota frente a una persona que va a cuestionar, y le ha pasado todo tipo de reacciones, sorpresas e incluso estar casi al borde de las lágrimas con sus invitados.
“Uno como entrevistador, o como host, siempre está pensando en si es que te va a salir bien o dudas si es que te preparaste lo suficiente o qué va pensar de ti la persona o si va a estar aburrida con las preguntas. Siempre estoy nervioso al entrevistar”, dice con cierta emoción.
