Corría el año de 1992, el republicano George H. W. Bush regía en Estados Unidos y la población negra superaba los 30 millones de habitantes en la Unión Americana, siendo el 13 por ciento de los ciudadanos registrados.
Podría pensarse que la justicia se impartiría de manera eficiente para los de piel diferente a los caucásicos, podría haberse dicho que el país del Tío Sam ya había aprendido de sus lecciones represoras del pasado y pocos hubieran vaticinado que dos décadas después la nación tendría a su primer presidente de raza negra (Barack Obama).
Y aun así, en la década de los ‘90 se seguían cometiendo crímenes impunes de supremacía blanca sobre los afroamericanos.
El documental “Strong Island” explora la vida al interior de la familia Ford y cómo es que el repentino asesinato del hijo mayor, William (de 24 años de edad), les cambió por completo.
Estrenado y galardonado en el Festival de Sundance con el Premio Especial del Jurado, nominado al Teddy en la Berlinale pasada, este testimonial llegará a Netflix el 15 de septiembre, justo en un momento tenso por el racismo en dicho país actualmente, bajo la presidencia de Donald Trump.
Sin cargo ni culpa
Long Island, Nueva York, sería el territorio en donde ocurriría el crimen el 7 de abril de 1992, pero antes de la muerte de William Ford Jr., la tensión entre los negros y blancos era notoria.
Semanas previas la hermana de William, Lauren, fue embestida junto con un amigo mientras conducían regreso a casa, cuando el mecánico Mark Reilly les acosó con la grúa que manejaba sin luces.
Los Ford escaparon de Brooklyn para tener una vida tranquila y sin problemas con la comunidad blanca, pero se toparon con el puño de la segregación de Long Island.
Días después William acudió a la tienda de Reilly tras enterarse del acoso a su hermana y de un insulto a su madre. Salió herido de bala y murió en el hospital.
El mecánico resultó sin cargos y fue absuelto, dando carpetazo al homicidio.
Retratos de familia
A casi dos décadas de que este delito quedó impune Yance Ford, la menor de los hermanos de William, tuvo el valor de convertir este suceso en un documental, en el que recopila el testimonio de ella misma y su madre, para hacer conciencia sobre el racismo en Estados Unidos.
A través de fotografías familiares, las mujeres hacen un recuento de la vida de los Ford, de cómo es que su hermano William estaba por convertirse en un elemento de la policía neoyorquina y a pesar de esto no se esclareció jamás su caso de homicidio.
Yance aprovecha el cuadro fílmico para también exponerse vulnerable ya que además de ser negra, está luchando por ser transgénero actualmente y busca que haya igualdad de oportunidades, tanto para ella que ahora quiere ser un hombre negro, como para los que han sido víctimas de la ira de los blancos y cobraron la vida de inocentes a mano propia.