Documentar los bosques para salvarlos

Documentar los bosques para salvarlos

Un grupo de investigadores de 14 países iniciaron el proyecto GenTree, con el que comenzarán a recopilar diferentes especies de árboles en Europa; los resultados permitirán saber cómo los bosques a nivel mundial podrán enfrentarán el cambio climático a futuro

Ante la deforestación, el cambio climático, las plagas invasivas y las nuevas enfermedades, muchos árboles alrededor del mundo están en problemas, poniendo a los silvicultores y conservacionistas a luchar para salvarlos; sin embargo, no pueden proteger a todos los bosques.

Para lograrlo se creó el proyecto GenTree, el cual requiere un esfuerzo de cuatro años y 7.7 millones de dólares para documentar la diversidad genética de los bosques en Europa con la ayuda de investigadores de 14 países, quienes medirán y tomarán muestras del ADN de 12 especies de árboles importantes en dicho continente.

Los resultados iniciales del proyecto, informados en una conferencia sobre genética forestal esta semana en Aviñón, Francia, podrían ayudar a los conservacionistas, los mejoradores de árboles, los administradores forestales y los investigadores a comprender cómo los bosques a nivel mundial enfrentarán el cambio climático.

“El conjunto de datos proporcionará una base sólida para una mejor comprensión de los vínculos entre la diversidad genética y una mayor adaptación y resiliencia de los bosques”, menciona el investigador forestal Hernán Serrano-León, quien trabajó en el recientemente disuelto Centro de Bosques Plantados del Instituto Europeo de Bosques.

Para reunir el primer conjunto de datos, los equipos de investigación analizaron alrededor de 20 árboles de cada una de las docenas de especies, que incluían pino marítimo, abeto de Noruega, roble albar, pino de piedra y haya europea. Tomaron muestras de 10 a 25 poblaciones de cada especie, trabajando para incluir individuos de todos los rangos, incluso los que sobrevivieron en lugares con condiciones ambientales extremas, como sequías o heladas tardías.

Los investigadores también midieron rasgos clave como el crecimiento anual, el área de la superficie de la hoja, la tasa de germinación de semillas y la resistencia a las enfermedades, además de que analizaron el grado en que estas características estaban vinculados a variantes genéticas específicas.

“Tales conocimientos genéticos pueden ser muy útiles en la planificación de programas de conservación (…) Ojalá pudiéramos tener un proyecto en América del Norte como ese”, asegura Bruno Fady, genetista forestal del Instituto Nacional de Investigación Agrícola de Francia.

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