Elvis Presley fue domesticado y reprimido por un ambicioso coronel; su manager Tom Parker, un hombre de negocios que lo llevó a lo más alto del estrellato, pero que con el paso del tiempo lo redujo a un artista cuadrado, conservador y políticamente correcto.
El nacido en Tupelo, Misisipi, no era un gran músico, tampoco destacaba por sus composiciones, pero tenía los elementos suficientes para triunfar; era un gran interprete, con fuerte presencia sobre el escenario, físicamente atractivo para las jóvenes y, lo más importante, era blanco.
Parker tomó la carrera de Elvis cuando éste era aún una promesa en el mundo de la música, un joven que acababa de salir de un barrio afroamericano en Memphis, Tennessee, no tenía gran idea sobre el mundo de la música y los negocios; era la presa perfecta para el Coronel.
A veces, Parker colocaba a Elvis solo en el escenario con una pequeña guitarra acústica en la mano, mientras la banda conformada por el guitarrista Scotty Moore y el contrabajista Bill Black, quienes dieron el sonido característico a la música del Rey, quedaban detrás de una cortina.
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Elvis acaparó las estaciones de radio y los programas de televisión con sus interpretaciones de piezas de algunos cantantes de la época, tales como Carl Perkins, Ray Charles y Robert Blackwell, entre otros. De hecho, Elvis sólo intervino en la composición de un par de sus canciones.
Parker y su muchacho iban viento en popa, por lo que el Coronel organizó una serie de presentaciones en Las Vegas. La música de Elvis tuvo una recepción mediana en una ciudad con gente adinerada y de mediana edad que no sentía mucha simpática por el rock and roll.
Fue entonces que Parker tuvo una especie de epifanía. Elvis había conquistado a los jóvenes, pero los adultos, los poseedores del dinero, lo seguían viendo como un rebelde sin causa que pervertía a la juventud; la solución de Parker fue enlistar al músico en el ejército.
Bajo la influencia del Coronel, Elvis, el icono de la rebeldía juvenil, se enlistó en 1958, donde sufrió lo que algunos han definido como una castración simbólica, cuando la maquina de rasurar terminó con el famoso copete del Rey.
El Coronel estaba convencido que el hecho de servir en el ejército, y que las personas lo vieran enfundado en un uniforme militar, le daría a Elvis mayor aceptación en el público adulto. Y así fue, una vez que Elvis concluyó su servicio en 1960 comenzó a tener más cercanía con ese sector.
En la música, Parker convenció al Rey para que interpretara más baladas. No es casualidad que piezas como Can’t Help Falling in Love, In the Ghetto, Suspicius Minds y Always on My Mind, entre otras, correspondan a su periodo después del ejército.
Parker convirtió a Elvis en una estrella de Hollywood. El rostro y la música del Rey se convirtieron en elementos característicos de comedias románticas en la década de los 60, mientras el Coronel reprimía cualquier intención de Elvis por hacer un cine de corte más serio.
Elvis nunca dejó de ser un fenómeno de ventas, sin embargo, la nueva generación de jóvenes volteó hacia la invasión británica encabezada por The Beatles, mientras que el Rey conservó un público mucho más adulto que igual gustaba de Elvis como de Frank Sinatra.
“¿Por qué haces en estos tiempos esas películas de baladas suaves? ¿Qué pasó con aquel buen rock and roll de los viejos tiempos?”, le preguntó John Lennon durante la reunión que mantuvieron The Beatles con el Rey en 1965, según Tony Barrow, vocero del cuarteto de Liverpool.
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Elvis siempre tuvo público que lo siguiera, sin embargo, quería tocar fuera de Estados Unidos, buscaba probar las mieles de los conciertos masivos en el extranjero; pero el Coronel lo convenció que todo eso era una mala idea y no había escenarios dignos para él.
En diciembre de 1970, Elvis pasó formalmente al lado conservador al reunirse con el presidente Richard Nixon. Según fuentes oficiales de la Casa Blanca, en la reunión se habló del problema de las drogas, el hipismo y la liberación sexual que encabezaban algunas bandas de rock.
Sin embargo, la prueba más clara de que Elvis había sido completamente domesticado es que para finales de los 60, el Rey regresó con gran éxito a Las Vegas, la ciudad que lo había rechazado años antes por su imagen de rebelde sin causa.
Parker y Elvis firmaron contratos con varios hoteles para que se presentara varias veces al año en Las Vegas. El Rey se había convertido en una de atracción más de la ciudad que nunca duerme, donde el dinero corre y las ambiciones vuelan; un terreno perfecto para Parker.
Aunque Elvis criticó el uso de las drogas de algunos rockeros, él consumía fuertes cantidades de narcóticos controlados, al mismo tiempo que comenzó a subir de peso por su mala alimentación. El Rey dejó las giras y regresó a Graceland, donde el 16 de agosto de 1977 perdió la vida a los 42 años.
Aún muerto Presley, Parker continúo explotando su imagen, a tal grado que hoy en día es uno de los artistas que aún después de su muerte siguen generando millones de dólares. En pocas palabras, el Coronel se encargó de convertir al Rey en una gran maquina de dinero, que hoy sigue funcionando.