Dos equipos, un mismo objetivo. El proyecto One Web y la compañía SpaceX desean conectar al mundo, llevando el acceso a Internet a todos los lugares de la Tierra.
¿Cómo? Utilizando satélites que reciban y transmitan los datos desde el cosmos.
One Web, al igual que SpaceX (compañía de Elon Musk), pretende lanzar satélites al espacio para llevar Internet y servicio telefónico de alta velocidad a lugares del mundo en los que las personas no tengan conexión.
Todo esto con la ayuda de compañías como Virgin Galactic, Airbus, Qualcomm, Coca-Cola, entre otras. Y con una inversión de 500 millones de dólares.
Tanto SpaceX como el conglomerado de empresas tienen el mismo método: lanzar centenares de satélites.
De igual manera, ambos “bandos” se enfrentarán con un mismo problema. Y ese es lograr que los satélites reciban y envíen información de forma rápida, pues actualmente la conexión en el espacio es lenta, comparable con la que se tenía en los años 90.
Y es que los astronautas tuvieron acceso a Internet apenas hace cinco años. Fue gracias a un paso que dio la NASA para mejorar la calidad de vida de los astronautas y para ayudar a que se sintieron menos aislados.
Los satélites de SpaceX y de One Web orbitarían cerca de mil 200 kilómetros encima de la superficie del planeta, es decir, más cerca que los satélites actuales.
Esto ayudaría a que el Internet llegara más rápido, pues los rayos de luz serán más compactos. El problema que surge con esta “metodología” es que habría una menor cobertura, razón por la que ambas iniciativas planean enviar cientos o miles de satélites.
Un proceso lento
Mientras que gigantes como Coca-Cola y Virgin Galactic (al igual que SpaceX), pretenden llevar conexión a lugares recónditos del mundo, en el cosmos yacen astronautas como Scott Kelly con una deficiente conexión a la Red, de hecho se dice que es tan lenta como cuando todos tratábamos de que no se descolgara un teléfono para no interferir con la Red.
Y es que en el espacio, a bordo de las estaciones, tienen “laptops, incluyendo las computadoras que tienen en sus cuartos, y que usan con acceso Web limitado –para e-mails, tuitear y ver noticias”, dijo a The Atlantic David Steitz, un vocero de la NASA. “También tienen tablets (…) para hacer videoconferencias con sus familiares y amigos en la Tierra”.
¿Por qué es tan lento el Internet en el espacio? La respuesta sencilla es la distancia que tienen que viajar los datos. “Cuando un astronauta da click en la liga de un sitio Web, estando en el espacio, esa solicitud viaja 22 mil millas de distancia de la Tierra”, explica Adrienne Lafrance de The Atlantic, “y llegan a una red de satélites geoestacionarios que están mucho más lejos que la estación relativamente cercana”.
Después los satélites envían la señal a un receptor abajo (en la Tierra), que procesa al solicitud antes de mandar la respuesta por el mismo camino. Un proceso sencillo, pero lento.
Por ello, los satélites que pretenden lanzar One Web y SpaceX a la constelación alrededor del planeta deberán lograr que los datos viajen de manera rápida y eficaz.
Todos vs. Elon
La verdadera batalla es ganarle a Elon Musk y su SpaceX en la carrera del Internet espacial. Cada uno de estos gigantes ayudará con “su granito de arena” para que One Web logre proveer Internet desde el espacio, en 2019.
En el caso específico de Airbus, la empresa ya diseña –y construye– 900 microsatélites para que sean lanzados al cosmos alrededor de la Tierra. Por su parte, Virgin Galactic lanzará esos satélites con su avión LauncherOne.
Y para extender la cobertura de la Red, Qualcomm proveerá su conocimiento de celulares y radios Wi-Fi.
Este proyecto “ayudará a estimular el desarrollo económico local en donde la gente está en gran necesidad, a la vez que ayudará a nuestro negocio al mejorar el acceso en tiempo real a las áreas más remotas del mundo en donde ya somos activos ayudando a proveer oportunidades para emprendedores”, dijo Bea Pérez, jefa de sustentabilidad de Coca-Cola.
Sin embargo, One Web debe tomar en cuenta que SpaceX no esperará hasta 2019 para su plan, pues lo pondrá en práctica en 2016, y cuenta con patrocinadores como Google y Fidelity, los cuales donaron mil millones de dólares para este proyecto.