Ted Bundy: durmiendo con el asesino; extremadamente…¿mala?

Ted Bundy: durmiendo con el asesino retrata la perspectiva de Elizabeth Kloepfer, Liz, en su relación amorosa con uno de los asesinos más crueles y carismáticos de la historia

Su rostro es muy parecido y tiene el mismo auto del sospechoso, pensó al principio. Es posible que sea él, pero no estoy segura. Elizabeth Kloepfer había visto ese retrato hablado en las noticias que era la viva imagen, casi, de su novio actual, Ted Bundy.

La policía buscaba a un joven bien parecido de cejas anchas y ojos azulados. Había cometido ya varios asesinatos en distintas partes de los Estados Unidos.

Más tarde, Elizabeth, o Liz, confesaría en su libro El príncipe fantasma: mi vida con Ted Bundy que, al principio, sentiría culpa por haber llamado a la policía para decirles que su novio concordaba con la descripción de los noticiarios.

A modo de ficción, Ted Bundy: durmiendo con el asesino (Extremely wicked, shocking evil and vile en su título original) retrata la perspectiva de Elizabeth Kloepfer, Liz, en su relación amorosa con uno de los asesinos más crueles y carismáticos de la historia: Ted Bundy.

Como una reinterpretación más que adaptación, el cineasta Joe Berlinger (Paradise lost) toma la estructura del libro de Liz, El príncipe fantasma: mi vida con Ted Bundy, para hilar los episodios más conocidos de Ted Bundy.

Lo mejor: actuaciones y diseño

No faltaron las críticas, y escepticismos, hacia Zac Efron cuando fue anunciado para interpretar a Bundy. Sus papeles previos no representaban un reto para su profesión y contrastaban con el de un asesino serial.

Sin embargo, el propio Efron derrumba las probabilidades de fracaso y consigue acentuar la imagen, gestos y actitudes de Bundy, así como su dualidad de carisma y crueldad.

De la misma forma, Lily Collins muestra en su personaje un desgaste progresivo en su relación con Ted. Y ambos mantienen una química que funciona regularmente.

Aunado a ello, la paleta de colores que Berlinger utiliza, amarillo pálido, café y azul turquesa, resalta la época de los 70. Incluso, le ayudan a canalizar varias de las emociones que se expresan en las escenas.

Por ejemplo, tonalidades de amarillo y luces a tope cuando se deslumbra a un Ted Bundy inocente.

Lo peor: diferencias cruciales

Pese a que Berlinger trabajó en uno de los mejores documentales sobre crímenes, Las cintas de Ted Bundy, sorprende la forma en cómo falla en esta película.

Se tratan de diferencias entre la realidad, el libro y el filme que llegan a confundir al público y a disgustar a los conocedores.

Una de los más evidentes es la romantización excesiva de la relación entre Ted y Liz para otorgar dramatismo a la película. No obstante, en su libro, Liz señaló que, aunque Ted nunca la agredió físicamente, en varias ocasiones le gritaba y amenazaba. En una de ellas le advirtió que le rompería el cuello.

Por esta razón, aunque dudó al principio, Liz denunció a Bundy como uno de los sospechosos. Y no como una coincidencia.

Asimismo, la omisión de otros datos cruciales, como que Bundy fungió como su propio abogado, llega a convertir el filme como un desapego casi total.

Con esto, la cinta está casi saturada de ficción, dramatismo y romanticismo más que realismo, lo que socava su calidad en gran manera y llega a ser confusa para el público.

EXTREMADAMENTE MALA

La frase que da título a la película pertenece al juez Edwart D. Cowart quien dictó la pena de muerte. “Las muertes que usted realizó fueron atroces y crueles. Fue extremadamente perverso y sorprendentemente malvado y cruel”. 

Para una maldad de ese grado, este filme queda muy por debajo de otras similares de su género basadas en hechos reales: To Catch a Killer (1992), Zodiac (2007) y Helter Skelter (2004).

Mientras que en cuanto a películas de asesinos seriales basadas en mera ficción, esta película queda totalmente fuera de las mejores: Seven (1995), El silencio de los inocentes (1991) y La masacre de Texas (1974).

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