El amor de un autor
Antonio Malpica se encariña con sus personajes de igual manera que los lectores con los mismos, logrando creaciones entrañables. En entrevista habla sobre ‘Principio y Fin’, la quinta y última entrega de su saga ‘El Libro de los Héroes’
María Alesandra PámanesAntonio Malpica es un emblema de la literatura juvenil y considera que, aunque difícil de complacer, este público es “el más cariñoso que existe, es aquel que espera un libro tuyo durante año y medio o dos años y lo devora en tres días (…) es un juego bien bonito, es un juego de complicidades que cuando ya estás dentro es estupendo y terrible a la vez, porque tienes que cumplir una expectativa”.
Malpica protege, procura y quiere a sus personajes de manera que les es fiel y empático, lo que da como resultado sagas como “El Libro de los Héroes”, cuya quinta y última entrega lleva por título “Principio y Fin”, la cual se ha vuelto de las publicaciones preferidas por el delicado pero inigualable público juvenil.
Y es que en el universo de las letras infantiles y juveniles, “(como autor) puedes ser muy honesto, muy tú mismo, escribir para alguien al que casi le tienes confianza, le quieres y que además podías hacer aparecer conejos de un sombrero y nadie se iba a espantar, al contrario, los niños hasta lo piden (…) de pronto cuando empiezan los elementos fantástico el adulto dice ‘esto ya se tiró al pitorreo’, en cambio el niño dice ‘¡wow! Ya habló el perro, ¿no?’”, señala el ganador del Premio Iberoamericano SM Literatura Infantil y Juvenil 2015 en entrevista para Reporte Indigo.
Sin embargo, como pocos, Antonio Malpica cumple con uno de los mandamientos fundamentales de la narrativa y ese es que los textos deben ser universales, libres, para todos.
“El hecho de que a los niños les guste más la pizza, no significa que a los adultos no nos pueda gustar”, comenta Malpica. Y de igual manera sucede con la literatura –independientemente del género.
Al ser una de las plumas consentidas de la ciencia ficción en México, dice que no sabe si escribe para niños o para los adultos e indica que no porque el protagonista sea un jovencito significa que la historia es exclusivamente para los pequeños (aunque sea el público al que indirectamente va dirigido).
Esta saga es un “híbrido interesante porque ha gustado con los jóvenes, pero también tiene bastante público adulto”, subraya, por ello la prosa fue evolucionando de una publicación a otra, aunado a un nivel “de exigencia casi imperceptible, que va aumentando”.
“Así como Sergio Mendhoza creció, Antonio Malpica crece un poquito en el estilo, en la prosa (…)”, dice el autor nacido en la Ciudad de México, el 8 de marzo de 1967.
La saga completa
Este año, con la publicación de la quinta entrega –‘Principio y Fin’– culmina la saga de ciencia ficción que capturó a chicos y grandes:
>> ‘Siete Esqueletos Decapitados’
(2009)
>> ‘Nocturno Belfegor’
(2011)
>> ‘El Llamado de la Estirpe’
(2013)
>> ‘El Destino y la Espada’
(2016)
>> ‘Principio y Fin’
(2017)
Personaje: divino tesoro
Además de cuidar la trama y la narrativa, Malpica es un artista en el cuidado, la construcción, el desarrollo y la esencia de los personajes, a quienes les demuestra un amor paternal y creativo como ninguno.
Antonio quiere, respeta y procura a sus personajes de manera que éstos se vuelven casi “de carne y hueso”, en complicidad con los lectores.
En “Principio y Fin”, el ingeniero de profesión y escritor por convicción deja a Sergio, su protagonista, siendo un adolescente de 15 años, preparado para vivir la vida, tal como un padre deja volar a su hijo, para descubrir la vida por sí mismo. “De hecho los chicos (personajes) crecen poco cronológicamente (en la saga), pero emocional e intelectualmente bastante. El Sergio de ‘Principio y Fin’ está bastante alejado de ‘Siete Esqueletos Decapitados’ por todo lo que vive”, dice Malpica.
Y lo mismo sucede con los lectores que se han enfrentado a los cinco libros que conforman esta saga, se identificaron, crecieron y maduraron a la par de Sergio Mendhoza, Brianda y Jop.
Y es que Sergio es de esos héroes sin capa literarios que caen como anillo al dedo a las nuevas generaciones de ávidos lectores, sobre todo en un país como México. No tiene superpoderes, aunque se podría decir que “el único superpoder de Sergio es ser incapaz de hacer lo incorrecto, porque se da cuenta de que no podría vivir con eso (…) y no es un superpoder inalcanzable, al contrario, yo creo que muchos niños y adolescentes lo tienen (…)”, agrega Antonio.
Así, a través de la literatura también se puede sembrar la semilla del bien sobre el mal, “si hay una aportación mínima de Antonio Malpica al mundo de los héroes o de los personajes universales es Sergio Mendhoza, en ese sentido (…), en este mundo –en este país– de repente parece un ser humano o un personaje imposible y si lo piensas tantito todos los niños pueden ser un Sergio”, dice.
“Hay gente que me ha dado las gracias por inspirarlos a seguir cuando sienten que lo más fácil es renunciar (…), la verdadera magia de las sagas son los personajes y el efecto que tienen en el lector”, comparte Malpica, y fanáticos ven en Sergio un ejemplo a seguir cuando se presentan adversidades.
Contador de historias
>> Antonio Malpica tiene 50 años de edad y es una de plumas más variadas, que van desde el cuento hasta el teatro.
>> Nacido en la Ciudad de México el 4 de marzo de 1967, Malpica fue el primer mexicano en obtener el Premio Iberoamericano SM Literatura Infantil y Juvenil.
>> Tras una década (desde que comenzó a escribir la saga “El Libro de los Héroes), Malpica se siente agradecido con el público y satisfecho con el resultado de este recorrido literario.
>> Aunque Malpica estudió ingeniería, lo que más disfruta hacer es “contar historias”.