El asesino del siglo 20

"Deja de fumar", "fumar es causa de cáncer", "fumar mata" o "este espacio está libre de humo", lo han repetido hasta el cansancio, incluso en este espacio hemos publicado y aludido a los diferentes daños que causa el cigarro.

Sin embargo, si reflexionamos a profundidad, el cigarro puede considerarse el "asesino" moderno, dado que en el siglo 20 este pequeño tubo de color blanco terminó con la vida de casi 100 millones de personas.

“Deja de fumar”, “fumar es causa de cáncer”, “fumar mata” o “este espacio está libre de humo”, lo han repetido hasta el cansancio, incluso en este espacio hemos publicado y aludido a los diferentes daños que causa el cigarro.

Sin embargo, si reflexionamos a profundidad, el cigarro puede considerarse el “asesino” moderno, dado que en el siglo 20 este pequeño tubo de color blanco terminó con la vida de casi 100 millones de personas.

Aunque suene trillado, “fumar cigarrillos es un factor de riesgo conocido para la muerte cardiaca súbita, pero hasta ahora, no sabíamos cómo afectaba la cantidad y la duración del tabaquismo en el riesgo entre mujeres aparentemente sanas, ni tampoco teníamos un seguimiento a largo plazo”, señaló Roopinder K. Sandhu, electrofisiólogo cardiaco del Instituto del Corazón de la Universidad de Alberta Mazankowski en Edmonton, Canadá.

Y no es exageración brindarle nuevamente un espacio a la eterna discusión que relaciona al tabaquismo, si se toma en cuenta que la semana pasada, la revista de la Asociación Americana del Corazón, Arrhythmia & Electrophysiology, publicó que las mujeres que fuman, ya sea moderado o hasta levemente, tienen mayor propensión a sufrir muerte súbita cardiaca, en comparación con las que no fuman.

En el año 2000, al año, al menos 1.1 millón de personas fallecieron por cáncer de pulmón, siendo el tabaco la causa del 85 por ciento de los casos de cáncer pulmonar.

Robert Proctor, de la Universidad de Stanford, lo calificó como “el más mortífero artefacto en la historia de la civilización humana”.

Por su parte Jordan Goodman, autor de “Tabaco en la historia”,  señala que “la globalización con la que estamos familiarizados a través de McDonalds y Starbucks fue precedida por Duke y el cigarrillo”, (James Buchanan Duke fue el responsable de revolucionar el cigarro –o puro– para producir y distribuir cigarrillos).  

Según la OMS, es probable que 100 millones de personas mueran a causa de enfermedades relacionadas al consumo de tabaco, en los próximos 30 años, “más que de SIDA, tuberculosis, accidentes de tráfico y suicidios combinados”, dice William Kremer de BBC.

Óscar Arrieta, investigador y Coordinador de la Clínica de Cáncer de Pulmón y Cáncer de Tórax del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), señaló que en México se diagnostican al año 10 mil personas con cáncer de pulmón. Y en el mundo, esta enfermedad cobra las vidas de 1.4 millones de personas anualmente.

Muerte en cada inhalación

Aunque no necesariamente tenga que ser súbita, fumar puede ir deteriorando el cerebro lentamente, de hecho, la ciencia y un estudio realizado por expertos de la Universidad King’s College London, aseguran que “literalmente” pudre ese órgano vital.

Fumar afecta el aprendizaje de una persona, su razonamiento, también la memoria, según este estudio publicado recientemente en la revista Age and Ageing, en el que participaron 8 mil 800 personas.

A la par, en noviembre pasado, la juez federal Gladys Kessler, de Estados Unidos, ordenó que las empresas tabacaleras que admitieron públicamente que han engañado al público (en este caso se limitó al estadounidense), durante años acerca de los peligros de fumar.

Kessler dijo que “asegurando que los consumidores saben que (las empresas de tabaco) han engañado al público en el pasado en el tema del fumador pasivo además de poner adelante el hecho de que existe un consenso científico en este tema (…) los acusados serán menos propensos a intentar discutir en el futuro que este consenso no existe”.

Gladys Kessler declaró hace seis años que las empresas de cigarro son las culpables del crimen organizado y ordenó que éstas colocaran advertencias en sus empaques y que recurrieran a otro lenguaje en su publicidad. 

Por esta y otras apelaciones, se hizo, a tu mente podrán venir las imágenes de empaques con fotografías y emblemas explícitos, pero no han sido del todo claros o suficientes.

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