En septiembre de 1954, el Che Guevara llegó a México, estancia que fue determinante para su vida: trabajó como fotógrafo para sobrevivir, orquestó con los hermanos Fidel y Raúl Castro la revolución cubana y viajó a Tepotzotlán, Estado de México, para casarse.
El médico Guevara de la Serna escribió –días después de entrar a México– una carta a su tía Beatriz para notificarle que había “llegado al país de la mordida”.
El principal deseo del argentino era llegar a Europa y Asia, sin embargo se vio frustrado luego de participar en la defensa civil en Guatemala y ser acusado de comunista por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).
Llegó a nuestro país bajo el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines y según el libro Che Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo, de Pierre Kalfón, su primer trabajo lo tuvo en Chapultepec.
Recorría el bosque junto a Julio Roberto Cáceres para buscar clientes y tomarles un fotografía, la cual vendían en un peso.
En 1955 fue contratado como editor y fotógrafo de la agencia Latina, durante los Juegos Panamericanos que se llevaban a cabo en México.
El primer encuentro entre El Che y Fidel Castro se dio en el número 49 de la calle José Emparán, en la colonia Tabacalera, Ciudad de México, en julio de 1955.
“Charlé con Fidel toda una noche y al amanecer ya era el médico de su futura expedición”, escribiría más tarde en sus memorias.
Posteriormente, los revolucionarios sostuvieron algunas reuniones en el café La Habana, en la colonia Juárez.
Habían pasado algunos meses de su llegada, cuando la peruana Hilda Gadea también llegó a México.
adea era una economista y dirigente peruana del APRA que el conoció en Guatemala
El 18 de agosto 1955, Ernesto e Hilda viajaron a Tepotzotlán, Estado de México, y decidieron casarse, evento que se llevó a cabo en la iglesia de san Francisco Javier y al que asistieron Raúl Castro y algunos cubanos.
Su primera hija nació en 1956, la llamaron Hilda Beatriz y vivieron en un departamento de la calle Nápoles, en la colonia Juárez.
Luego de la revolución y su divorcio en 1959, Hilda ocupó altos cargos en Cuba y escribió un libro sobre el argentino Che Guevara: los años decisivos.