Luego de su exilio en Colombia, Antonio López de Santa Anna volvió a México, y tan sólo unos meses después de haber asumido el poder –a petición del partido conservador– se hizo llamar su Alteza Serenísima. Sin embargo, para entonces ya había cedido más de la mitad del territorio mexicano a los Estados Unidos.
El 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América’.
Con este acuerdo, el cual fue ratificado el 30 de mayo de 1848, Santa Anna perdió dos millones de kilómetros cuadrados; estados que hoy comprenden California, Texas, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y partes de Colorado y Wyoming.
El documento daba fin a la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848), y pie a uno de los tratados más injustos de la historia mexicana.
Para entonces, la realidad que vivían los Estados Unidos y México era muy contraste: la superioridad económica y militar del país de las barras y las estrellas respecto al nuestro era considerable.
El plan expansionista de Estados Unidos fue otros de los factores determinantes. El país del norte ya había conseguido para ese momento comprar Lusiana a Napoleón Banaparte, e incluso logró que España le cediera la península de Florida.
Entre los acuerdos a los que llegaron ambas naciones son: que se estableciera la nueva frontera en los ríos Gila y Bravo, así como la evacuación de las tropas de ocupación que invadían a gran parte del territorio mexicano.
También EU daría a México una compensación monetaria por la pérdida del territorio de 15 millones de dólares; se desbloquearían los puertos mexicanos; y que “cada república (podría) fortificar su frontera”.
SU ALTEZA SERENÍSIMA
Luego de su exilio en Colombia, el partido conservador en México, que en ese momento gobernaba la mayor parte de los estados del país, escribieron en 1853 a Santa Anna para que volviera.
En ese momento, se vivía en el país una crisis política y social que orillaron la dimisión del Presidente Mariano Arista.
La consigna era que Antonio López reorganizara el ejército, defendiese la religión católica y suprimiera el federalismo.
Santa Anna aceptó y consiguió inicialmente buenos resultados, pero luego de la muerte de su principal colaborador, Lucas Alamán, su gobierno comenzó a tener tintes dictatoriales.
Sin embargo, a pesar de la crisis económica y de la pérdida del gran parte del territorio, el 16 de diciembre de 1853 Santa Anna se hizo llamar Su Altezas Serenísima.
Incluso, en ese mismo año vendió a los Estados Unicos un parte más del territorio mexicano: La Mesilla, una región de 75 mil 845 kilómetros cuadrados del actual sur de Arizona y el suroeste de Nuevo México.
El autoproclamado “defensor de la patria” dejó la presidencia por última vez en 1855, tras el triunfo del Plan de Ayutla.
Viajo a Cuba, Estados Unidos, Colombia, y más tarde a la isla de Santo Tomás en las Islas Vírgenes.
Finalmente volvería a México en 1874, donde más tarde perdería la vida, enfermo y en el olvido, en la Ciudad de México.
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