El día que Santa Anna silenció (por ley) a la prensa opositora
Durante los últimos años de su dictadura, Santa Anna encontró la forma de silenciar a la prensa opositora con una ley, meses antes de que se hiciera llamar Su Alteza Serenísima
Indigo StaffEl 25 de abril de 1853 se promulgó en México la Ley Lares, que impedía a la prensa opositora criticar al gobierno de Antonio López de Santa Anna.
Corría el último periodo de Santa Anna en el poder –ocupó la presidencia en seis ocasiones, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México– cuando decidió acallar a los periódicos.
Para conseguirlo, el dictador promulgó la Ley de Imprenta (Ley Lares), a tan sólo cuatro días de haber asumido el poder.
Santa Anna se apoyó de los conservadores de la época, entonces encabezados por Lucas Alamán .
En las filas del conservadurismo también se encontraba Teodosio Lares, que era el ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública y crearía la citada Ley Lares.
A partir de ese momento, los escritos subversivos, sediciosos, inmorales, injuriosos y calumniosos eran considerados abusos de imprenta.
Asimismo, todos los impresos que estuvieran en contra del catolicismo y del “Supremo Gobierno” fueron considerados subversivos.
También se calificaban de injuriosos y calumniosos, aunque intentaran ocultarse detrás de las sátiras, invectivas, alusiones, alegorías, caricaturas, anagramas o nombres.
Incluso, Santa Anna podía cerrar –como medida de “seguridad general”–cualquier periódico, por el sólo hecho de ser el presidente.
De acuerdo con datos del Gobierno Mexicano, a raíz de la promulgación de esta ley, dejaron de existir El Monitor Republicano, El Instructor del Pueblo y El Telégrafo.
Hasta el periódico conservador El Siglo XIX se limitó a publicar disposiciones oficiales y noticias generales porque también fue multado y censurado.
Esta ley pudo ser derogada hasta que la Revolución de Ayutla –lidereada por Florencio Villareal, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort– derrocó a Santa Anna.
El Plan desconocía a “su alteza serenísima”, estaba en contra de la venta de la Mesilla y convocaba a la elección de un congreso constituyente.