Los creadores de la serie The Big Bang Theory (La Teoría del Big Bang) supieron manejar a la perfección a su audiencia. A través de la vida de un grupo de amigos (dos físicos, un astrofísico y un ingeniero) amantes de los cómics, las películas espaciales y de los superhéroes, inundaron a la gente con teorías científicas y personajes que impulsaron a la ciencia en los últimos años.
El doctor Mario Zaragoza Ramírez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que si se está hablando de ciencia, por supuesto que la televisión es un gran auxiliar, en comparación con otros medios para difundirla, pero enfatiza que ésta no es garantía de que la gente se acerque más o menos a ella; sin embargo, sostiene que la serie estadounidense hizo un gran papel al respecto.
Además, el doctor recalca que el proyecto, nominado a 52 Emmy´s, puede manejarse como utensilio de primer paso para demostrarle a la gente, que no está interesada en estos campos, que la ciencia no es algo difícil, sino que incluso es divertida, algo con lo que, resalta, siempre se ha estado luchando.
“En México, por ejemplo, se intenta llegar a este objetivo a través de TvUNAM o de la revista ¿Cómo ves?, tratando de mostrar que la ciencia no es exclusiva de los especialista ni que se encuentra sólo dentro de los laboratorios”, comenta.
El académico de la UNAM explica que cuando se idea un programa para que difunda la ciencia, se piensa en uno que tenga contenido muy entretenido, con especialista que manejen un lenguaje o un discurso menos elaborado, y que pueda llegar a públicos más amplios, comunicando los temas de relevancia y de interés para este campo, algo con lo que se tiene que ser muy cuidadoso porque, según el especialista, un movimiento mal ejecutado puede alterar el resultado. Éste no fue el caso de The Big Bang Theory.
Durante 12 años, los personajes tocaron temas científicos, pero siempre con un hilo fuerte que lo llevaba a la comedia, convirtiéndolo como algo atractivo para el público. Los secretos de la genética, el efecto Doppler, la Teoría de Cuerdas, el acelerador de partículas y paradojas temporales entraban en los diálogos del físico teórico Sheldon Cooper, el astrofísico Leonard Hofstadter, el ingeniero aeroespacial Howard Wolowitz y el astrofísico Rajesh Koothrappali.
“Podemos hacer todos los esfuerzos para llevar la ciencia a través de muchos canales, pero siempre se necesitará más, quela personas estén interesadas por los debates que se manejen”, comparte Mario Zaragoza.
Luego de que el próximo 16 de mayo se transmita la temporada final, la serie del grupo de científicos se convertirá en el programa con público en vivo que realizó más episodios jamás registrada, con 279.
Según datos de Nielsen, un conglomerado de medios, la antepenúltima temporada de la serie, manejada para un púbico de entre los 18 y los 49 años, obtuvo 15 millones de espectadores a la semana, una cifra elevada para la televisora que transmite el show cada jueves por la noche.
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El poco interés por la ciencia
La ciencia, aunque es apreciada por algunos, no lo es tanto para otros. Los que no son amantes de ella, dicen que la manera en que algunos medios transmiten el conocimiento de ésta es poco interesante, debido a que el lenguaje que se utilizan no es común.
Al respecto, la maestra Francisca Navarro, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, agrega que incluso las imágenes que se pueden llegar a utilizar para transmitir el conocimiento de cualquier tipo de ciencia son poco interesantes.
“Para ellos, el mejor modo de aprender es riéndose, que a través de una historia les contemos lo que la ciencia tiene para mostrar (…) Lamentablemente la mayoría de los materiales por los que aprenden se manejan en tiempos muy lentos, poco color y un lenguaje complicado, que, aunque nosotros les explicamos, cuesta trabajo entender”, argumenta la profesora.
Zaragoza coincide con Navarro, y asegura que es complicado hacer que algunas personas estén atentas ante los materiales escolares que hablan de ciencia, pero que, gracias a series como The Big Bang Theory, los académicos tienen un colchón de ayuda, para demostra que no se le tiene por qué tener miedo.