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La mañana del segundo jueves de octubre, como todos los años, es preciso levantarse temprano para ver qué decidió la Academia Sueca al nombrar el Nobel de Literatura.
En este 2014 Patrick Modiano fue el favorecido, y he de confesar que nunca he tenido el gusto de leerle.
Y con esta noticia de madrugada según la hora de América Latina, ahora estoy sentada frente a famosa página en blanco a la que tantos momentos de lectura debemos, y habría de también confesar que hubiera querido escribir de Milan Kundera.
Ya son muchos años esperando que se le reconozca pero también podemos agradecer, y reconocer, que gracias a Alfred Nobel nos hemos adentrado en las creaciones de narradores del mundo entero que, que si no fuera por él y sus premios, nunca hubiéramos leído.
Ahora le tocó el galardón a un francés que a partir de mañana empezaré a leer en sus traducciones al español que han hecho Anagrama y antes Alfaguara, porque el reconocimiento que hace 113 años creó el inventor de la dinamita, tiene garantía. Nunca decepciona.
El objetivo está cumplido, el mundo conocerá a Patrick Modiano, que aunque no es un ignorado en las listas de los mejores, esta vez no aparecía entre los candidatos favoritos.
Y él ha sido uno de los afortunados, ya que con una producción mundial tan vasta, y tan buena, no es difícil quedarse entre los preferidos en las apuestas.
Así se quedaron Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Virginia Wolf, Marcel Proust, James Joyce, Henrik Ibsen, León Tolstoi, Mark Twain y muchos más que no hubiera sido necesario que lo tuvieran para ser leídos en todo el mundo.
Gracias a Nobel ahora más personas conocerán la obra poco difundida de Modiano, un personaje que según las reseñas de los diarios internacionales, pagaría por no aparecer en público, pocas veces permite entrevistas y se mantiene en las sombras pese a ser considerado como uno de los mejores creadores franceses del siglo 20 y el inicio del 21, ya que a sus 69 años está en plena producción literaria.
Las noticias dicen que el comité del premio no lo ha localizado y es predecible de acuerdo a su personalidad tímida y reacia a la publicidad, lo que por supuesto que no opaca el brillo de su obra que sin embargo, por sus características según dicen los expertos, prefiere la obscuridad de las historias nunca contadas de la resistencia y el colaboracionismo de la Segunda Guerra en Francia.
Su obra
Su obra tiene mucho de biográfica, empezó a publicarse en los 60 y casi siempre está ubicada en París. Es casi historia aunque el autor niega la fidelidad de los hechos y dice que es escritor, no historiador.
Obras breves de una ficción que podría estar ubicada sobre hechos reales de la historia de la Francia ocupada por los nazis mientras una fuerza de resistencia trata de torcer los designios de la historia.
Nacido en 1945, poco después de firmarse la paz en Europa, Modiano no fue testigo de la guerra pero sus padres sí, y esta relación entre un judío de origen italiano y una actriz belga, lo marcaron para tratar de descubrir y recrear un época espinosa.
Él vivió las revueltas del 68, una guerra ideológica que lo decepcionó por su desenlace y que vemos en sus primeras obras publicadas: “Una juventud”, y “En el café de la juventud perdida”.
Modiano, según las crónicas, adopta ya los escenarios lúgubres que vivieron sus padres y los convierte en su tema recurrente.
La ocupación alemana en Francia plasma la oscuridad de esa época en “El lugar de la estrella” y “Los bulevares periféricos” y “La ronda de noche”, las tres traducidas al castellano y reunidas en un volumen de Anagrama que seguramente veremos venderse masivamente.
De fácil lectura, sencillo en la crudeza de su historia, París, sus calles, el Sena que se aparece siempre y sus puentes ancestrales están en todas partes.
Historias que fueron guardadas durante la guerra como secreto, misterios, espionaje, peligro, ideales, ideologías, resistencia, lucha, y sobre todo esto una juventud aún desubicada en el renacimiento dentro de un nuevo orden que advirtió, y que no siempre tuvo un final feliz.
A falta de una entrevista con Patrick, su editor Jorge Herralde dijo a El Mundo el esperado “casi me desmayo”.
El fundador de Anagrama contó que conoció a Modiano por una vieja edición de Alfaguara. Y anunció la próxima publicación en español de Modiano: “Para no perderte en tu barrio”, “Libro de familia” y “Accidente nocturno”, la más reciente y dos más rescatadas de los 80, respectivamente.
Publicado por la persistencia de Herralde, Modiano no era muy leído en español hasta la “Trilogía de la ocupación”: “Está muy obsesionado con esa época, en parte porque su padre estuvo implicado con negocios turbios”, dijo.
Y concluyó: “El premio es el triunfo de la literatura. Cualquier persona que haya leído a Modiano tiene ganas de más. El lector se encuentra con la misma voz, la misma música. Los lectores no se cansan de él”.
Con esto refrendamos la asignatura pendiente: leer a Modiano. Gozar sus escenarios, sus historias oscuras, sencillas en la negrura de una época terrible. Encontrar su narrativa.
Y agradecer a Alfred Nobel que una vez más vería cumplida su intención: llevar la buena literatura a la fama mundial, hacerla conocida.
Favoritos, pero solo candidatos
Este año, la distinción a Modiano fue un poco sorpresiva, ya que la terna estaba reñida dados los candidatos favoritos. La institución recibe, cada año, casi 350 propuestas para el galardón literario más respetado del mundo. Las apuestas giraban en torno a Haruki Murakami, quien en los últimos dos años ha figurado sin éxito entre la lista de posibles ganadores. El escritor japonés de 65 años es de los preferidos de los ávidos lectores actualmente, con obras como “Kafka en la orilla” (2002), “1Q84” (2009), y “Los años de peregrinación del chico sin color” (2013).
Otro de los nombres que sonaron fuerte en apuestas y encuestas es el del músico y poeta Bob Dylan, cuyo nombre real es Robert Zimmerman.
Por otro lado, están Ngugi wa Thiong’o, escritor keniano, Salman Rushdie, cuyo trabajo ha sido comparado con el realismo mágico latinoamericano.
Y qué decir de Milan Kundera o de Philip Roth, ambos encabezaron la lista de los nominados favoritos para llevarse el Nobel de Literatura este año.