Los padres siempre tienden a cuidar lo más posible de sus hijos, y más cuando éstos tienen una discapacidad o trastorno mental. En Special, serie de Netflix, Ryan tiene 28 años, parálisis cerebral y vive con su madre, algo que busca cambiar lo más pronto posible; sin embargo, la conducta de ella, lo hace casi imposible.
—Mamá, ¿cuándo hablaremos de mi mudanza?
—Tengo hambre, ¿quieres algo de comer?
—Claro, me gustaría un sándwich de “dejemos de evitar esto y hablémoslo”.
—Ryan, es sólo que creo que no estás listo para vivir solo.
—Deja de cuidar de todos y consigue tu propia vida —le dice el protagonista de la serie a su madre.
De acuerdo con Emiliano Villavicencio Trejo, jefe de Posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, la sobreprotección de los padres hacia un hijo que tiene alguna enfermedad mental o física, surge de un desconocimiento social, propio y de su progenitor.
En entrevista con Reporte Índigo, el académico explica que cuando a una persona se le diagnostica algún trastorno que impacta directamente sus funciones mentales, comienzan a reflejarse diferentes estigmas, creencias y mitos, todo ello motivado por la enfermedad mental, porque ésta se sigue asociando con una especie de locura que lleva a los padres a ocultarla o a sobreprotegerlo, y eso “es una forma de negar la situación real de su hijo”, sostiene Villavicencio Trejo.
En la serie se refleja que la mamá de Ryan, Karen, es soltera y que está al cuidado de su hijo en un 100 por ciento. Por ello, comienza a descuidar su apariencia y sentimientos hacia otras personas que no sean su hijo. Sin embargo, conoce a alguien que la hace darse cuenta que ella también tiene que cuidarse.
Al respecto, el profesor de La Salle asegura que, efectivamente, la familia se estructura y se organiza en torno a la persona que tiene un padecimiento, pero que, al hacerlo, se comienza a enfermar, porque entonces ya no funciona de una manera natural, sino a partir de una patología.
“Eso no debería suceder. ¿Qué debemos hacer entonces? Educar. Intervenir a nivel familiar para que los integrantes de la familia dejen de girar en torno a la patología y comiencen a mirar a la persona con trastorno como alguien con una condición. La gente tiende a despersonalizar al sujeto y lo comienza a ver solamente desde la patología y no desde la persona”, sostiene Emiliano.
Al inicio de la serie, Ryan aparece rasurándose, pero un movimiento brusco de su mano hace que la navaja le corte la piel; su madre lo ve y coloca un papel en su rostro para detener la sangre; recordándole que se preocupa por él.
—¿No prefieres quedarte en casa conmigo?
—No, no faltaré a mi primer día de trabajo.
—Querrán que hagas cosas difíciles como mandar un fax e imprimir cosas
—Sí, es una fortuna que nadie mande faxes desde los 90. Mamá, es hora de que comience a retarme, a ser más independiente. ¿Y si hubiera muerto con ese accidente? Sólo digo que mi obituario hubiera sido muy aburrido. Tengo 28 años y nunca he hecho nada.
Cuando el miedo es personal
Ryan labora como pasante en una página de Internet, en donde los trabajadores publican historias personales para generar contenido. Él decide escribir sobre un accidente que tuvo, pero miente, porque aunque sólo le lastimó un codo, asegura que eso fue lo que lo dejó con una condición diferente; sintió miedo al decir que tenía parálisis cerebral y por ello lo juzgaran.
En ese sentido, Villavicencio Trejo comenta que para evitar que una persona con una enfermedad mental o física se sienta señalada ante la sociedad por lo mismo, la conducta que tenga la familia con él o ella será esencial para que eso cambie.
“En psicología hay algo que llamamos profecía anticumplidora, y lo que dice este principio es que cuando una persona comienza a hacerse una idea de sí misma, a pesar de que no sea así, terminará comportándose como tal. Si esto pasa, el diagnóstico médico se agrava y comienza a dejar de verse como persona y sólo se enfatiza en mirarse desde el trastorno (…) Es un trabajo que implica muchos mitos y miedos de toda la familia”, enfatiza el también investigador.
En el trabajo, Ryan se encuentra con Kim, quien se convierte en una de sus mejores amigas; esto luego de que ella le demuestra que no debe sentirse diferente a los demás, sino amarse por ser quien es en realidad. “No eres un perdedor. Todos le ponemos más interés a nuestra vida para que parezca mejor de lo que es”, le asegura.
Además, es Kim quien lo anima a salir con los hombres que le atraen, e incluso a entablar su primera relación sexual. Ella fue quien normalizó en Ryan que no estaba mal decir y demostrar quien es, como un hombre homosexual con parálisis cerebral que busca independizarse de su madre.