El origen del miedo
Todos (o casi todos) hemos sentido miedo alguna vez en la vida, en mayor o menor grado, pero es algo que deberíamos poder experimentar porque está predeterminado en alguna parte de nuestro cerebro.
Pero, ¿en dónde se origina?
Una paciente conocida como SM parece ser inmune a esta emoción. Ralph Adolphs, Antonio Damasio y Daniel Tranel de la Universidad de Iowa han estado trabajando con ella por más de una década, lo que les ha permitido entender un poco más el tema.
Rocío AguileraTodos (o casi todos) hemos sentido miedo alguna vez en la vida, en mayor o menor grado, pero es algo que deberíamos poder experimentar porque está predeterminado en alguna parte de nuestro cerebro.
Pero, ¿en dónde se origina?
Una paciente conocida como SM parece ser inmune a esta emoción. Ralph Adolphs, Antonio Damasio y Daniel Tranel de la Universidad de Iowa han estado trabajando con ella por más de una década, lo que les ha permitido entender un poco más el tema.
SM, de 44 años, ha pasado por situaciones que podrían ser aterradoras para cualquiera, pero no para ella. Hace años iba caminando por un parque cerca de la medianoche, cuando fue interceptada por un sujeto con un cuchillo. En vez de correr, intentó hablar con él y cuando la dejó ir se fue caminando como si nada hubiera pasado.
Le han hecho toda clase de pruebas; primero la pusieron a dibujar las emociones básicas, en todas dibujó caras detalladas que expresaban lo que se le pedía, pero al llegar al miedo dibujó un bebé. Al preguntarle por qué, dijo que no sabía cómo lucía una cara asustada.
También la pusieron a ver clips de diferentes tipos de películas y pudo identificar y experimentar drama y comedia, pero cuando le pusieron terror no se asustó, aunque sí reconoció que esas escenas asustarían a otros.
No es que sea muy valiente, no siempre ha sido así. SM recuerda que cuando era niña sí sintió miedo pero solo en una ocasión. En su vida de adulta no puede recordar ninguna ocasión en la que se haya asustado.
La causa podría estar en la enfermedad que padece, Urbach-Wiethe, una rara condición genética que ha provocado que algunas partes de su cerebro se endurezcan y se consuman. Su amígdala cerebral, la encargada de procesar las emociones, está completamente destruida, lo que la hace una de las pocas personas con semejante patrón de daño.
A pesar de todo esto, su coeficiente intelectual es normal, su memoria es buena, así como su lenguaje y sus habilidades de percepción. Debido a esto, los científicos se preguntan si es la amígdala el origen del miedo, pues ningún otro paciente con daños en esta región del cerebro presenta esta peculiar característica.
Justin Feinstein, otro neuropsicólogo de la Universidad de Iowa –quien también se encuentra haciendo estudios a SM– reconoce que la paciente tiene lesiones en otras partes del cerebro que podrían haberse combinado para producir su incapacidad para temer a las cosas.
Siendo un caso único, esto no implica que la amígdala sea el centro del miedo en el cerebro, se tendrían que encontrar pacientes con la misma característica de SM para determinar en dónde empieza esta emoción.