Nómada debido al trabajo de su padre, quien era vendedor ambulante por todos los rincones de Estados Unidos, Gus Van Sant supo apreciar los distintos parajes del país norteamericano, desde su natal Louisville, Kentucky, hasta Darien, Connecticut, pasando por Portland, Oregón.
Desde joven tomó la cámara fotográfica familiar para experimentar con la imagen fija, para después pasar a realizar filmes experimentales, en 1968, cuando apenas tenía 16 años.
“Me sentí influenciado parcialmente por la escena neoyorquina underground de filmación, en la que mayoritariamente había pintores y empecé a dibujar y jugar con el filme e hice piezas experimentales hasta que fui a la escuela de arte para pintar y así decidí trabajar en filmar”, dijo el director, en una entrevista del Musée de l’Elysée, en julio pasado.
Después de estar matriculado en la Escuela de Diseño de Rhode Island, en 1970, vagó un tiempo por Europa; seis años después se estableció en Los Ángeles, donde lejos de estar embelesado con las grandes marquesinas y luminarias, se metió en el submundo de la urbe.
Aunque logró el reconocimiento de la prensa —ya que ganó el Premio de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles— prefirió regresar a Portland y desde ahí seguir gestando sus proyectos, ya que Universal Studios le coqueteó con unirlo a sus filas, pero rechazaron sus próximos filmes.
Van Sant siguió el camino del cine independiente, catapultando más contrastes del Estados Unidos que no refleja el sueño americano, ahí vendría Drugstore Cowboy, que hasta la fecha tiene un rating impecable del 100 por ciento en RottenTomatoes.com.
Después de más de 35 años de trayectoria activa en el séptimo arte, Van Sant se ha convertido en un cineasta de culto; hoy estrena No te preocupes, no irá lejos, cinta que se basa en la vida de John Callahan, que quedó paralítico después de un accidente automovilístico y tras esa catástrofe comenzó a dibujar cartones cómicos.
Talento para todo
Modesto ante su gracia para el arte, Van Sant no se considera fotógrafo, aunque sus imágenes hayan llegado a exhibirse en París, Madrid y Nueva York, además de que publicó en 1993 el libro 108 Portraits, donde se encuentra parte del registro visual.
Su primera novela, Pink, salió en 1997, en ella cuenta la vida de Spunky Davis, un realizador de infomerciales que espera terminar un guión de ciencia ficción para llevarlo a Hollywood y alcanzar la gloria.
El mismo año sacó un disco homónimo como solista y en 1998 llegó 18 Songs About Golf, ambos del género rock, aunque previamente ya había colaborado con el escritor William S. Burroughs en The Elvis Of Letters (1985) y Millions Of Images (1990); también hizo un EP en 1992, Lost words.
Cercano al rock
Van Sant ha dirigido videoclips de distintos artistas a lo largo de su carrera, teniendo bajo su lente a personalidades como David Bowie, Elton John, Chris Isaak, Stone Temple Pilots, Red Hot Chili Peppers y Hanson, entre otros.
Trayectoria de éxito
El realizador de culto ha cosechado triunfos tanto en la industria comercial como en el cine independiente, aunque algunas de sus películas no han sido respaldadas en taquilla ni por la opinión cinéfila ni de la prensa:
Mala noche (1986)
Un joven poeta está terriblemente enamorado de un inmigrante mexicano, por lo que la barrera del lenguaje se antepone entre ellos. El director filmó la película con una cámara de 16mm en blanco y negro en Portland, Oregón.
Drugstore Cowboy (1989)
Bob Hughes junto a sus amigos son un grupo de adictos que viajan por la costa del pacífico estadounidense robando farmacias y hospitales para sustentar su vicio. El filme relanzó la carrera de Matt Dillon al circuito comercial.
Idaho: El camino de mis sueños (1991)
Mike y Scott son dos amigos indigentes de Portland que comienzan una travesía para encontrar a la madre del primero. Van Sant se basó en las obras de Shakespeare, Henry IV y Henry V, para el guión de este filme.
Todo por un sueño (1995)
Una mujer obsesionada con aparecer en televisión arriesga lo impensable por alcanzar el éxito que desea. Esta fue la primera producción realizada por el director para un estudio hollywoodense. Contó con 20 millones de dólares (MDD).
Mente indomable (1997)
La historia de un joven genio matemático que se resiste a ir a terapia psicológica, es el hito de Van Sant, ya que el filme realizado con 10 MDD recaudó más de 220 MDD, además de ganar dos premios Oscar.
Psicosis (1998)
Van Sant hizo una nueva versión del clásico de Hitchcock, reproduciendo los encuadres uno a uno a la perfección y a color, fue un completo fracaso en audiencia y crítica que ni siquiera logró recuperar su inversión.
Descubriendo a Forrester (2000)
Un joven afroamericano entabla una amistad con un escritor recluido en su domicilio y este le enseña de literatura. Sean Connery interpreta al hombre solitario y dijo basar el personaje en el autor J.D. Salinger
Elephant (2003)
El director tomó la masacre de Columbine para retratarla en la ficción, Van Sant ganó la Palma de Oro en Cannes, además de las preseas a Mejor Director y el Premio de Cine del sistema educativo nacional francés.
Last days (2005)
Con la especulación de que pudo haber ocurrido en los últimos días de la vida de Kurt Cobain, el cineasta ideó en la cinta el retrato del cantante de Nirvana, para evitar controversias usó otros nombres en sus personajes.
Milk (2008)
Abiertamente gay, Van Sant apostó por llevar la vida del político Harvey Milk, quien vio por los derechos LGBT en San Francisco, California. Sean Penn, quien encarnó al legislador, ganó el Oscar por Mejor Actor Estelar