El último rugido de los Stones
¿Qué es un Rolling Stone?
La persona ideal para contestar esto es quien mejor personifica lo que esta banda significa: Keith Richards.
En “Crossfire Hurricane”, el más reciente documental sobre la banda, el guitarrista define a un Rolling Stone como “Alguien que no está establecido en un lugar. Un pirata, un gitano… alguien al que le gusta viajar. Un aventurero”.
Esteban Castro
¿Qué es un Rolling Stone?
La persona ideal para contestar esto es quien mejor personifica lo que esta banda significa: Keith Richards.
En “Crossfire Hurricane”, el más reciente documental sobre la banda, el guitarrista define a un Rolling Stone como “Alguien que no está establecido en un lugar. Un pirata, un gitano… alguien al que le gusta viajar. Un aventurero”.
Tristemente esa aventura está a punto de terminar. Muy probablemente estamos experimentando el último gran empuje comercial de la banda –con inevitable tour incluido a partir del próximo año– en su historia.
Considerando que entre cada tour de los Stones a partir de los 90 pasan cinco años, es poco probable que Charlie Watts aún tenga deseos de estar de gira a los 77 años en el 2018, a pesar de las 18 vidas que tienen Keith Richards y Ron Wood o la fuente de la eterna juventud que posiblemente tiene Jagger escondida en los terrenos de su mansión.
Así que no queda más que disfrutar lo que sea que venga de una banda que hace 25 años dejó de ser eso para convertirse en una institución.
El documental de Beth Morgen es parte de las celebraciones por los 50 años de la banda, que también incluyen cuatro conciertos en Londres y Nueva York y el lanzamiento de “GRRR!”, un nuevo disco recopilatorio para aquellos que aún no tienen “Hot Rocks” o “40 Licks”.
La apocalíptica “Doom and Gloom”, uno de los dos tracks originales que contiene el disco, es un recordatorio de que la magia del sonido de la banda aún reside en ellos. La guitarra de Richards toma el control desde el primer segundo de una vertiginosa canción que es difícil de no disfrutar desde la primera escucha.
“Doom and Gloom” tiene una potencia de blues setentero innegable y es parte esencial del probable último rugido que le queda a esa icónica boca.