Ely Guerra celebra 30 años de carrera musical recordando sus inicios, desde cómo fue abrirse camino entre los prejuicios de la industria

Ely Guerra: “Soy una gran ladrona de experiencias”

Ely Guerra celebra 30 años de carrera musical recordando sus inicios, desde cómo fue abrirse camino entre los prejuicios de la industria, hasta el momento de independizarse y luchar por sus ideales y convicciones

Entre la pequeña Ely Guerra y la adulta hay un hilo conductor que no se ha roto a pesar del paso de los años, al contrario, las une, es una especie de guía que la orienta al momento de componer sus canciones.

La cantante considera que pese a que ha vivido muchos cambios, pues en cada década de su vida ha sentido, reflexionado y vivido cosas distintas que hoy le permiten seguir escribiendo, al final, siempre confía en ese instinto y voz que la siguen desde niña.

“Tengo la fortuna de ir segura, porque voy cantando canciones que nunca mintieron, que explican un momento de mi vida, una emoción personal, que son el espejo para otras personas y me permite construir mi canto y no salir con vergüenza”, relata Ely Guerra a Reporte Índigo.

“Quiero verte” fue la primera canción que escribió a los 12 años de edad, y que lanzó de manera profesional posteriormente.

Luego de 30 años de carrera artística, entiende esa madurez que tuvo para plasmar desde su infancia, de manera inocente, un sentimiento muy profundo, lo cual le agradece a su espiritualidad y convicción.

“Tengo 50 años, escucho esas canciones y sí traía un equipaje que ni yo misma entendía. Para escribir, a veces, no se trata de uno, eres el instrumento y para eso hay que aplicarse, ser humilde y dispuesto a aprender, ser observador, y decir que no, y yo digo mucho que no habiendo estudiado, siendo reflexiva, honesta y objetiva”, considera.

“Siento que sigo en pañales, empezando de nuevo, como que hemos edificado cimientos, pero que nuestra carrera no ha despegado”
Ely GuerraCantante y compositora

Para Ely Guerra, las personas tienen un destino y un propósito, aunque quizá al inicio no es fácil entenderlo, al contrario, puede resultar complejo.

Y, pese a que en su familia no había ningún músico, desde pequeña supo que su destino era cantar, y todo se trató de perseguir sus sueños.

“Mis papás son personajes maravillosos, mis hermanas; conocer a gente, colegas, me han enseñado, incluso exnovios musicales, he podido ser observadora y hurto todo, soy una gran ladrona de experiencias y eso hace que uno pueda proyectar otras cosas, he aprendido mucho de mi entorno, más mi valentía, si se puede decir, salí de casa a los 15 años en busca de este sueño”, relata.

El camino de la independencia para Ely Guerra

Tras decidir ser independiente, estar fuera del mainstream, y pasar por una pandemia, Ely Guerra define este tiempo como un nuevo inicio, pues considera que los años le ayudaron a formar los cimientos para seguir construyendo su proyecto musical, por lo que está consciente que aún hay mucho trabajo que tiene que realizar.

“El músico independiente tiene mucho por qué luchar, honestamente no es momento para sentirse consentido, ni que son tiempos sencillos, todo lo contrario. Ha sido una lucha extenuante, un nado contracorriente que merece sus breaks, salirte de la foto y mirar eso que has construido y darle sentido para continuar”, explica.

La autora de “Quiéreme mucho” recuerda que en su generación le tocó, junto a Julieta Venegas, abrir el espacio para las músicas roqueras, antecedidas de, por ejemplo, Rita Guerrero, Rosa Adame y Cecilia Toussaint, quienes fueron parte del cambio.

“Fue dificultoso, habían muchas cosas obviadas, que nadie quería aceptar, sí, las mujeres cantantes, las que escribimos, tocamos, podemos hacer todo lo que pueden hacer los hombres, había un espacio negado y nos tocó agarrar el machete y abrir esa maleza, hoy hay un camino pavimentado. Fue cansado, y yo sabía que no podía hacer esta lucha desde el mainstream.

“Me exigían ser distinta, porque me encontraban atractiva, con una voz distinta, me decían ‘no hagas tus canciones, has cualquier otra cosa que pegue, de paso explotamos tu físico’; era el juego, para mí no había manera de defender algo así”, platica.

Guerra confiesa que el tránsito por este camino musical fue complicado, y lo sigue siendo, porque hasta el día de hoy existen muchos prejuicios.

“¿Por qué tendría que justificar subirme a un escenario y ser intensa? Ni siquiera lo sé explicar. En el 94, cuando empezamos a hacer cosas para una disquera, uno de sus mayores representantes me decía que yo era muy sexual en el escenario, tengo la fortuna de ser fría de cabeza, es decir, puedo recibir cierta información y responder y le dije, ‘creo que el problema eres tú, tendrías que checarte, yo no’, ahí acabó”, comparte.

Por eso la cantante explica sus cambios de looks, fueron una forma de expresar que no estaba cómoda con lo que ocurría en la industria musical. Guerra recuerda que el primero consistió en raparse, pues estaba cansada de las preguntas superficiales que le hacían. Algo que, incluso, a su disquera y a su familia les generó un shock.

Pero todo fue parte de su estrategia para que se dejara de hablar de su físico y profundizara en su música y sus letras. Desde entonces, la música ha sido su trinchera de lucha y de ejercer su feminismo, con ella ha logrado trascender a sus temores, dudas y comprender que el arte cura hasta la herida más profunda.

“Cuando tenía afro me lo hice porque estaba en la década de los 30 y sentía que había una voluptuosidad alrededor mío, inclusive hormonalmente estaba en mi mejor etapa físicamente, escribía canciones sensuales, divertidas y, ahora, enfilada a un quinto piso, estás en otras condiciones y me parece que una artista debe escribir lo que está viviendo”, aclara.

Aunque durante la pandemia no ha podido escribir, Ely Guerra siente el compromiso de seguir adelante con su música, refugio y espacio seguro con el que ha obtenido enseñanzas a lo largo de sus 50 años de vida.

“Después de escribir canciones por más de 40 años, agradezco todo. En cuestión de feminismo, las mujeres estamos en la posibilidad de exigir, siempre lo hemos tenido, pero hay un camino que se está abriendo; yo no me casé, ni tuve hijos, me alejé de mi propia familia para defender esta carrera, que le debo quien soy, porque ha traído familia nueva.

“Me ha permitido entenderme como mujer, ser humano y transmitir ideales, fortaleza y humildad en un medio bastante arrogante, donde el glamour importa más que el arte. Estoy ansiosa por escribir, no es el momento, porque en algún momento pensé que ya no iba a cantar, que era el final de mi carrera, ahora no pienso así, más bien esto es un aprendizaje, habrá proyectos novedosos y distintos”, puntualiza.

En el Chilean Wey

La cantante se presentará el 4 de junio en el Festival Chilean Wey en el Pepsi Center, espacio donde interpretará de manera acústica gran parte de su repertorio.

“Es un honor, cuando nos llamaron  nos hicieron sentir bienvenidos en el festival, celebramos, porque además aunque no esté La Ley, fue una de mis colaboraciones más importantes, sino la primera que abrió paso para que la gente dijera’ quiero colaborar con Ely’”, platica.

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