En el año 1500, los olmecas molían las habas de cacao con agua y esa bebida la consideraban un regalo de los dioses. Sin embargo, debieron pasar más de 500 años para que la semilla prehispánica dejara de tener ese valor.
Hoy día, son pocos los mexicanos que reconocen el verdadero sabor que una semilla de cacao posee, pues la transformación comercial ha dirigido este producto a algo mercantil, combinándolo con altos niveles de azúcar y saborizantes.
Por ello, la Dirección de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU), a través del Programa Las Semillas que nos dieron Patria, y la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares, A.C. (ASCHOCO), crearon un concurso a nivel nacional, “Cuéntame una de cacao. Historias de chocolate”, con el propósito de revalorizar los nutrientes y el significado cultural de la semilla.
Tihui Campos, directora del programa de Cultura Alimentaria, de la DGCPIU, comenta que aunque el cacao protagoniza actualmente muchas incógnitas, como en qué país fue que se encontró primero, si en Ecuador o en México, ahora se enfocan en una solamente: ¿Por qué el mexicano fue perdiéndole el respeto que los originarios le tenían?
El concurso “Cuéntame una de cacao. Historias de chocolate” invita a que los niños de 6 a 12 años que residen en la República Mexicana realicen un dibujo en el cual representen por qué el cacao es importante para ellos, a través de una experiencia que hayan tenido con el producto.
Para los mayores de 18 años, les proponen realizar un relato sobre el cacao en el que hablen de su producción, su vínculo con la comunidad y su importancia económica, cultural y social.
Aunque se estableció que la convocatoria cerraría el 10 de noviembre, el equipo involucrado acordó extender las fechas de entrega para finales de enero con el propósito de que más trabajos participen.
“Imagínate a un niño de Tabasco, de los chontales, mostrando la significancia que tiene para él y su familia esta semilla, a través del dibujo que mandó y que se logró publicar en el libro, eso se va a quedar ahí, van a pasar los años y va a tener hijos a los que les va a decir ‘cuando tenía seis años me publicaron un libro’”.
De acuerdo con Tihui Campos, el libro terminará de realizarse en mayo próximo; para luego comenzar a hacer trabajos semejantes con el maíz y el frijol.
Cambiar las costumbres con Cuéntame una de cacao
Para la directora del programa de Cultura Alimentaria, Tihui Campos, México es uno de los países más ricos en alimentos originarios, pero a pesar de eso, dice, la gente no sabe en realidad qué está consumiendo, pues aunque puede sentarse tres veces al día a comer productos como el maíz, el chile, el cacao o el frijol, no los conoce.
Es con “Cuéntame una de cacao. Historias de chocolate” que pretenden inculcarle a los mexicanos la curiosidad en sus alimentos, de dónde vienen, cómo los comen en otros estados o cómo se producen. “Sería bueno que como mexicanos supiéramos que antes de la llegada de los españoles a Mesoamérica el cacao sólo era usado para convocar a los dioses y que sólo era tomado con agua, que fue gracias a los españoles que la receta se cambió”.
Campos añade que una de sus metas con proyectos como este es que la familia elija mejor sus alimentos a la hora de ir al mercado, que se decidan por cocinar con productos locales y se alejen un poco más de los extranjeros o con procesos químicos.
“No es que digamos ‘a partir de hoy todos deben consumir cacao puro u otros productos orgánicos’, no, hay que educar poco a poco el paladar. Es una tarea muy importante que debe realizarse entre gobierno, familia y las nuevas generaciones, y no necesariamente esta administración, también las que siguen. Tenemos la responsabilidad de cambiar la forma de ver el mundo”, señala Campos.
De acuerdo con la directora, el mexicano ha crecido con una diversidad tan grande de semillas que merecen la pena ser estudiadas y analizadas, con el fin de que crezca la nutrición y el conocimiento respecto a ellas.
Conoce más sobre el concurso
Para la entrega de los trabajos y obtener mayor información sobre la convocatoria “Cuéntame una de cacao. Historias de chocolate” se deberá acudir a los siguientes lugares:
Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas: Paseo de la Reforma 175, piso 12, colonia Cuauhtémoc. Unidades Estatales y Regionales