En la mente del escritor
Uno de los más notables estilistas argentinos, amante de Bob Dylan y parte de una de las generaciones de escritores más icónicos del siglo 21, Rodrigo Fresán presentó su más reciente trabajo “La parte inventada”, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En entrevista con Reporte Indigo, Rodrigo Fresán habló sobre lo que es y “lo que no es” esta obra literaria. Y detalló el paralelismo que tiene su personaje con él mismo.
También profundizó sobre algunas de las cosas que lo empujan a escribir de la forma en que lo hace.
Víctor FernándezUno de los más notables estilistas argentinos, amante de Bob Dylan y parte de una de las generaciones de escritores más icónicos del siglo 21, Rodrigo Fresán presentó su más reciente trabajo “La parte inventada”, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En entrevista con Reporte Indigo, Rodrigo Fresán habló sobre lo que es y “lo que no es” esta obra literaria. Y detalló el paralelismo que tiene su personaje con él mismo.
También profundizó sobre algunas de las cosas que lo empujan a escribir de la forma en que lo hace.
Y es que con esta novela pretende llevar al lector a través de las sinuosas y paradójicas rutas que atraviesan la mente de un escritor. Una cartografía difusa donde el pasado, el presente, lo real y lo inventado cohabitan no siempre de manera armoniosa y se intercalan para formar ese flujo de conciencia que se convierte en cuentos, relatos y novelas.
Reporte Indigo (RI): ¿Cómo surge “La parte inventada”?
Rodrigo Fresán (RF): Surge de varias corrientes contrarias y complementarias al mismo tiempo. Yo por un lado me propuse escribir de una buena vez por todas un libro donde agotaba totalmente la figura del escritor y de la escritura, que está presente en todos mis libros, siempre… voy a escribir mi gran libro sobre eso. El libro viene con una faja puesta por la editorial, por supuesto, donde dice “Fresán ha escrito una novela total”, pero yo creo que tendría que decir en realidad “Fresan ha escrito la novela total de Fresán”. Y luego me interesaba ver si se podía poner por escrito el modo en el que trabaja la cabeza de un escritor, la cabeza de ese escritor que soy yo pero que al mismo tiempo no es el protagonista del libro.
RI: En la novela “el escritor” no sabía como comenzar su novela ¿Usted lo sabía?
RF: Yo no me siento a escribir mis novelas si no tengo el título muy claro, o sea, que yo sí sé cómo comenzarlas porque lo primero que escribo es el título, después, lo que ocurre después del título ya me es más complicado. Pero pongo un cierto cuidado en la selección de epígrafes, como has visto en mis libros tienen muchos epígrafes, siempre. Me gusta mucho el subgénero, epígrafe, como forma de definir un libro y después me gusta divertirme. A mi no me gusta sentarme a escribir con certezas absolutas, o con mapas perfectos, o con estructuras completamente acabadas, creo que hay escritores que lo hacen así, que lo hacen muy bien y sus productos son admirables, pero creo que si yo trabajara más o menos de ese modo no le encontraría mucha gracia al sentarme a escribir. A mi cuando escribo me gusta ser lector también, incluso de mí mismo, preguntarme qué va a pasar después por ejemplo, o qué es inventado y qué no es inventado.
RI: ¿Podríamos decir qué “La parte inventada” es una especie de glosa del mismo escritor sobre su novela?
RF: Sí, sí, yo creo que es una especie de manual de instrucciones pero para desarmarse, no para armarse.
RI: En alguna entrevista dijiste que Nabokov en todas sus novelas trató de reescribir “Ana Karenina” ¿A ti no te pasa lo mismo?
RF: No, hay una cantidad de espejos, influjos y de radiaciones, o sea, toda escritura es reescritura, no creo que nadie estas alturas vaya a inventar algo absolutamente original, uno siempre va a escribir a favor o en contra de algo, incluso a favor o en contra de uno mismo. Pero tampoco lo tengo muy claro, realmente no sé qué es lo que me interesa. Cada libro viene con un set de particularidades diferentes, si bien yo entiendo que todos mis libros se van complementando unos con otros y en el caso de “La parte inventada”, mucha gente dice que es mi libro más autobiográfico pero yo prefiero decir que es mi libro más personal. Hay mucho de mi, pero también hay mucho de alguien que pudo haber sido yo, de haber cometido dos o tres errores graves, como por ejemplo el más grave de todos que es pensar que todo es literatura.
RI: ¿No todo es literatura?
RF: No, yo creo que no.
RI: Entonces ¿Qué otras cosas hay?
RF: Bueno, tus hijos, tus seres queridos, tu mujer, tu comida favorita.
RI: Pero todo eso entra dentro de la literatura.
RF: Todo acaba ahí adentro, pero de la misma forma que si eres médico toda la vida se convierte en una visión medicinal de la vida y si eres panadero tienes una visión panaderística (sic). Hay una frase de Nabokov que es un escritor que siempre me gustó mucho, me gusta cada vez más, donde dice que la realidad está sobrevalorada, donde dice que la realidad no es más que información. En el sentido de que todos convivimos en una especie de realidad común que es como la Suiza de la realidad donde esto es una cámara fotográfica (apunta a la cámara) esto es un teléfono móvil (apunta al celular) esto es una mesa (apunta a la mesa), pero después cada cual ve las cosas a su manera.
RI: ¿Ese podría ser un Leitmotiv en tu obra?
RF: Sí, creo que sí.
RI: ¿Qué peso tiene el estilo en tu prosa?
RF: A mi, cada vez, el estilo me interesa más como factor. Me parece que es el grado cero y el grado más alto, no solo de la escritura sino de la lectura también. A mi ya me cuesta mucho leer libros donde yo no vea una vocación de estilo, aunque se fracase. Yo prefiero el fracaso buscando un estilo que el éxito absoluto desde la tranquilidad de un idioma lineal meramente descriptivo.
RI: ¿Qué disfrutas más del panorama literario actual?
RF: ¿Tengo que disfrutar algo del panorama literario actual? (risas). La idea de un panorama literario actual no me gusta. El panorama es mío, es la biblioteca de mi casa. ¿Cuáles son mis favoritos? Son muchos, son tantos que no serían favoritos, sería la población de un pequeño pueblo. Me gusta mucho leer y me gusta mucho escribir ¿Me tienes que decir cuales son los más importantes? No sé, John Banville, Marcel Proust, John Cheever, Kurt Vonnegut, muchos amigos como Alan Pauls o Guillermo Saccomanno, o Juan Ignacio Boido, Roberto Bolaño, me gusta mucho leer Stephen King.
RI: ¿No te sientes parte de un nuevo canon literario en ciernes?
RF: No, yo no pienso eso. Me parece que además son cosas que te ponen o te sacan de tu sitio y tiempo y muchas veces de una manera muy injusta. Por todos los que ganaron el Premio Nobel de Literatura hay como una lista fantasma de quienes no lo ganaron que es inclusive más respetable en muchos casos. No me preocupa, realmente. Me gustaría eso sí, vivir un poco mejor y trabajar un poco menos si entrar en el cano significa eso no tengo problemas. Pero no estoy buscando medallas, ni bustos, ni bronces, ni pienso en discursos de agradecimiento frente al espejo.
RI: ¿Qué buscas cuando escribes entonces?
RF: Pasarla bien. Y pensar lo justo, no mucho, en la posibilidad de que alguien la está pasando bien, conmigo, leyéndome como yo la pasé bien leyendo a otros. Eso es todo.
RI: ¿Qué es para ti el margen?
RF: Es donde te vas a escribir.