La ciencia ficción ya no es una fantasía que solo se puede ver en el cine. Cada vez son más los proyectos que pretenden llevar al mundo a una era de tecnología sin igual.
La NASA anunció recientemente que planean abastecer con energía solar a la Tierra… desde el espacio.
La iniciativa llamada Solar Power Satellite via Arbitrarily Large Phased Array (SPS-ALPHA, por sus siglas en inglés), sería posible gracias a la colaboración entre la NASA y la empresa Artemis.
La mente detrás de esta innovadora propuesta es John Mankins, un veterano de la NASA.
De acuerdo a un video publicado en Mashable, la forma del satélite que transmitiría la energía solar se asemeja a la de una copa de vidrio en la que se sirven margaritas.
Este satélite tendría celdas solares o espejos que funcionarían como lo hacen las flores para capturar la luz del sol.
Aunque todavía está en desarrollo, con SPS-ALPHA se podría revolucionar la manera de abastecimiento de energía en el planeta y el campo del uso sustentable de la energía que proviene del sol.
De ponerse en práctica, el proceso constaría de un satélite que captaría los rayos solares con paneles capaces de transmisión de microondas y los convertiría en la energía que llegaría a la Tierra, a través de ondas de radio.
Para captar esas ondas, se instalarían en la Tierra receptores con mallas de diodos tejidos, los cuales “se podrían colocar en cualquier parte del planeta”, dice Mashable.
Mankins señala en entrevista para la revista Vice que “los transmisores de microondas de baja intensidad abarcarían entre 6 y 8 kilómetros de diámetro”. Y se ubicarían a unos cinco o 10 metros sobre el suelo.
Esta propuesta cambiaría radicalmente la agricultura a nivel global, y podría llevar energía a las zonas más remotas y/o a los sitios devastados por un desastre. Inclusive a los lugares en los que se requiere energía, pero no hay infraestructura, ni recursos suficientes, tal como en los países menos desarrollados.
Y es que el proyecto SPS-ALPHA podría solucionar los problemas de abastecimiento y recursos energéticos ante la demanda que crece a la par de la población.
Además, es una vía libre y sustentable, ya que se eliminaría o reduciría la emisión de combustibles fósiles.
Se planea poner en práctica un prototipo y si funciona, elaborar su producción a gran escala.