Escandinavia quiere más basura

Se solicita basura en Escandinavia. No, no es un chiste. Luego de décadas de campañas en favor de la gestión responsable de desechos, países como Noruega y Suecia se han quedado sin basura porque la aprovechan al máximo para convertirla en energía eléctrica. 

Alemania y Holanda también han aprendido la lección. La reducción, reutilización y el reciclaje de la basura forma parte de una responsable cultura de sustentabilidad. 

800 mil
toneladas es la cantidad de basura que tendrá que importar Suecia para satisfacer sus necesidades de energía
En Suecia únicamente el 4 por ciento de sus residuos terminan en los vertederos de basura; el resto es utilizado en la generación de energía

Se solicita basura en Escandinavia. No, no es un chiste. Luego de décadas de campañas en favor de la gestión responsable de desechos, países como Noruega y Suecia se han quedado sin basura porque la aprovechan al máximo para convertirla en energía eléctrica. 

Alemania y Holanda también han aprendido la lección. La reducción, reutilización y el reciclaje de la basura forma parte de una responsable cultura de sustentabilidad. 

El caso de Suecia es paradigmático, una nación líder en políticas medioambientales. Para poder cubrir las necesidades de calefacción que exigen sus ciudadanos, tendrán que importar alrededor de 800 mil toneladas de basura, según los cálculos de Catarina Ostlund, asesora de la Agencia de Protección Medioambiental sueca.

Un 20 por ciento del suministro de calor en ese país es producido por la incineración de basura; el impacto se ve reflejado en 810 mil hogares. Con la energía restante, se proporciona electricidad a 250 mil viviendas, según datos de la revista Wired.

El nivel que ha alcanzado la cultura sustentable en Suecia es escalofriante: desde la década de los 40 comenzaron a incinerar basura, lo que ha provocado que únicamente envíen el 4 por ciento de sus residuos a los vertederos. 

Por persona, se incineran 235 Kg. de residuos municipales al año, según un informe de Eurostat. En comparación, en el Reino Unido “solo” se incineran 9 Kg. por persona y en países como Grecia, Turquía o Rumania, ni siquiera operan con plantas de conversión de energía.

El caso noruego

El aprovechamiento de la basura en Noruega no solo es un mérito en pro del medio ambiente, sino de participación y manejo de recursos.

Pero, ¿por qué estos dos países son líderes en las políticas medioambientales? Muy sencillo, su ciudadanía está educada ambientalmente hablando.

De acuerdo a una publicación en la BBC, este cambio se dio en los últimos tres o cuatro años, “a raíz de la proliferación en los países escandinavos de plantas que convierten la basura en electricidad y calefacción”.

Jannicke Gerner Bjerkas, de la gestión de comunicaciones de la agencia Waste-to-Energy de Oslo, dijo a la BBC que “ahora hay demasiadas plantas comparado con la cantidad de desechos que se producen”.

En la capital noruega hay tantas plantas incineradoras de basura que ya han llegado al punto de necesitar residuos de otros lugares como Inglaterra.

Así, la agencia Waste-to-Energy es quien se encarga de buscar y recolectar basura entre las compañías que buscan deshacerse de sus residuos a un bajo costo.

Gerner Bjerkas añadió que más plantas incineradoras de Noruega buscarán basura fuera del Reino Unido, de donde este año obtuvieron 50 mil toneladas de basura.

Y es que, irónicamente, la basura es oro puro, pues su intercambio representa un negocio redondo y un beneficio para la generación de energía.

Por ejemplo, en el Reino Unido, “una tasa impuesta a los ayuntamientos por el uso de vertederos –orientada a promocionar el reciclaje–, hace que pueda acabar resultando más barato” enviar sus deshechos a Noruega. 

“Funciona esencialmente como una puja. Nosotros hacemos una oferta y ellos escogen la compañía que más les convenga”, señala Jannicke.

Hay de basuras a basuras…

El único problema que resalta es que la calidad del aire se daña con la quema de basura y que algunos deshechos tóxicos terminan en el denominado “Tercer Mundo”. Sin embargo, este éxito en la cultura de reciclaje entre los ciudadanos de esos países es un total ejemplo a seguir para otras naciones y futuras generaciones.

Los subproductos de la incineración comprenden desde cenizas, hasta gases de combustión (gasolina y/o petróleo, diesel, carbón y combustibles).

Las plantas que convierten  basura en energía en Noruega han tratado de llevar a cabo este negocio sin dañar al medio ambiente o hacerlo lo menos posible.

Gerner Bjerkas apunta a que la clave está en la clasificación previa de los deshechos, “por ejemplo, en metales, plásticos, basura orgánica, papel, cartón y materiales peligrosos, y de la que se han retirado los materiales reciclables antes del transporte. Eso es mucho mejor para el medio ambiente”.

México sigue contaminado y sin reutilizar

En los países desarrollados se recicla entre el 35 y 60 por ciento de su basura, mientras que en México solo el 12 por ciento se reutiliza.

Eduardo Martínez Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC), precisó en 2011 que nuestro país genera 3.8 millones  de toneladas de basura plástica cada año.

Alrededor de 2.5 millones de toneladas de basura plástica al año van a los vertederos, a nivel nacional.

Anualmente, México deshecha 300 mil toneladas de basura tecnológica, de lo que solo 1 de cada 10 se recicla.

Pero no todo está perdido, hay muchas propuestas emergentes, entre ellas la de TerraCycle, una multinacional que por medio del “upcycling” (súper reciclaje) transforma materiales de difícil reutilización en productos innovadores y/o sustentables.

Tom Szaky, fundador y CEO de TerraCycle, dijo en entrevista para Reporte Indigo en octubre de 2012 que “en México, tenemos 1.2 millones de personas que están recolectando (basura) y cada mes estamos recolectando entre 200 y 400 mil residuos en el país”.

Tan solo en el Distrito Federal se generan ¡12 mil 500 toneladas de residuos diarias!

Héctor Poggi Varaldo, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), dijo que en México se podría abastecer de energía eléctrica a viviendas, oficinas y otros negocios en base a la reutilización de la basura.

De las 12 mil 500 toneladas que genera el D.F., el 40 por ciento lo componen metal, cartón, plástico, PET, vidrio y papel limpio. Es decir, material reciclable.

Y aunque de ahí ya se recicla, eso no sucede con las 8 mil toneladas de residuos orgánicos.

Si México reciclara vidrio, por ejemplo, ahorraría casi el 32 por ciento de la energía necesaria para producir más vidrio.

Nuestro país consume 200 mil botellas de plástico ¡cada hora!, de las cuales, el 95 por ciento de ese plástico es reciclable.

Imitar el trabajo de aprovechamiento, reciclaje y reutilización de deshechos tal como los países europeos podría ser una solución para contrarrestar las cifras en nuestro país.

Y en Holanda… se limpia el océano

No solo forma parte de la lista de países con cultura sustentable, también destaca por sus iniciativas para cuidar y limpiar los mares. Un ejemplo es el del joven de 19 años Boyan Slat, estudiante de ingeniería aeroespacial en la Universidad Tecnológica de Delft, quien creó la Fundación Cleanup Ocean, un proyecto tecnológico y ecológico para ayudar a eliminar las 7 mil 250 toneladas de basura plástica en los océanos. La fundación pretende colocar la Ocean Cleanup Array, una red anclada a plataformas de procesamiento, que dirigiría al plástico para que se filtre, procese y recicle. El sistema, que actualmente está siendo desarrollado por casi 50 ingenieros y estudiantes, se alimenta de la energía de la luz solar y las corrientes marinas. La Ocean Cleanup Array también tiene “brazos” que evitan que los animales queden atrapados en el dispositivo tecnológico.

 

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