Si nos remontamos a la época antigua de la cacería y el trueque, podríamos determinar que las cosas no han cambiado por completo en nuestra sociedad. A diferencia de otros tiempos, ahora formamos parte de una cadena en la que para las empresas somos los recolectores, los cazados y los cazadores.
“Los seres humanos nos hemos desarrollado emocionalmente a partir de la dimensión laboral, entonces, sabemos que al igual que en la antigüedad, dentro de las ventas hay cazadores y recolectores”, comenta Richard Díaz, autor del libro “Neuroventas”.
De acuerdo con la lectura del también investigador peruano, se refiere a alguien con el nombre de “recolector” cuando posee la habilidad de mirar muy de cerca el producto, de tocarlo y con esos darse cuenta de su estado. En pocas palabras, una habilidad que requiere de una observación minuciosa y una planeación sobre su utilidad.
Para poder mostrar con más claridad el término “recolector”, Richard Diaz lo ejemplifica y compara con las amas de casa. “Cuando una mujer que se encuentra haciendo las compras de los alimentos, es lo suficientemente hábil para fijarse en su color, textura y olor para saber que lo que lleva a casa será un buen alimento o que durará el tiempo necesario para que ella lo pueda volver a utilizar, estamos viendo en acción a un ‘recolector’”, explica el licenciado de la Universidad de San Martín de Porres.
Ser “recolector” no está asociado con el género, sin embargo, suelen ser las mujeres quienes desarrollan mejor esta habilidad.
Cuando se logre diferenciar entre las cualidades y las capacidades de un consumidor, será el momento de llevar el estudio al ámbito de la comercialización.
“Aprovechar la forma de comprar de las personas es construir nuestra propuesta de marketing. Notar sus emociones ante la experiencia y la sensación de un producto es neuromarketing”, cuenta.
Para Richard Díaz, el neuromarketing y el tema de las ciencias neurológicas surge a partir de la invención médica para detectar enfermedades relacionadas con el cerebro, invenciones, que posteriormente serían llevadas a estudiar el proceso de una compra y sus reacciones psicológicas inconscientes.
El desarrollo del concepto neuromarketing y el surgimiento del fenómeno son diferentes. “El fenómeno del neuromarketing es tan antiguo como la comercialización misma”, comenta.
Pequeñas y medianas empresas
Para el Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porras, en Perú, todas las empresas que han tenido un alto rendimiento económico han entrado al juego con el neuromarketing.
“El mérito más grande del neuromarketing no es que las grandes industrias lo utilicen, sino que las pequeñas y medianas empresas desarrollen esta estrategia para posicionarse y expandirse comercialmente”, expone Richard Díaz.
Para el escritor, tener en cuenta estos principios, ayudará a todos los sectores empresariales a participar en el gran destello de empresas latinoamericanas que tienen presencia a nivel mundial.
Tan antiguo como el comercio, el ‘neuromarketing’ va cobrando relevancia gracias a su nuevo contexto audiovisual.
Aunque hay un relevante numero de mujeres que son recolectoras y de hombres cazadores, el investigador Richard Díaz, enfatiza en que el papel que se juega no es una cuestión de género.