Eusebio Ruvalcaba, escritor epistolar

En un homenaje por su segundo aniversario luctuoso, el INBAL recordó a este autor jalisciense y a las cartas que escribía para Beethoven a nombre de otros músicos; el artista redactó un texto para el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador

Una de las particularidades de la ficción de Eusebio Ruvalcaba consistía en escribir cartas. A dos años de su muerte, las epístolas que redactó siguen siendo atractivas al lector, quien imagina, a través de su prosa, cómo se dirigirían músicos como John Lenon, Franz Schubert, Silvestre Revueltas y Johannes Brahms a Beethoven.

Incluso, en el blog que dejó como legado, Nadie se baña dos veces en el mismo Eusebio, hay una carta que el escritor jalisciense dedicó al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, el 15 de julio de 2012.

“Pensemos en Eusebio”, como su libro Pensemos en Beethoven, fue el homenaje póstumo que el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) realizó este domingo en su memoria

Entre recuerdos y anécdotas, ahora con sonrisas y sin las lágrimas de aquel 7 de febrero de 2017, su esposa Coral González Rendón, hijos, familiares, amigos, discípulos y lectores se dieron cita al medio día en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

“Este va a ser un homenaje emotivo, pero no triste, porque Eusebio no se lo merece. Pensamos que en esta ocasión, en lugar de hablar de su obra, sería mejor hablar de su pasión que siempre lo acompañó: la música, esa que él supo transmitir a sus devotos”, mencionó el poeta Vicente Quirarte, quien fungió como moderador.

El uruguayo Jorge Risci y la mexicana Silvia Navarrete interpretaron La primavera, una sonata de Beethoven, músico a quien Ruvalcaba escuchaba, incluso antes de nacer, gracias a sus progenitores. Su padre, Higinio Ruvalcaba, fue violinista; su madre, Carmela Castillo, tocaba el piano.

“Después de leer ese libro, tocó diferente a Beethoven. No sé si mejor o peor, pero sí influyó, y eso es lo que importa, permea y lleva a la gente a ser diferente”, dijo su amigo Risci, quien tocó su instrumento con un arco que Eusebio le regaló.

El propio Ruvalcaba se autodefinía como melomaniaco más que melómano; estaba loco por las melodías. Siempre dijo que vino al mundo a escuchar música, a hablar y a escribir sobre ella. Se sentía muy orgulloso de ser un gran conocedor y un gran transmisor

“Tengo 63 años y me acerco a la recta final. Decidí emprender la confección de este libro no sólo por la proximidad de la muerte, sino porque tenía la deuda de expresar lo que la vida y la obra de Beethoven me produce”
Eusebio RuvalcabaEscritor

En Pensemos en Beethoven, el beatle John Lenon le cuenta al compositor, director de orquesta y pianista alemán que tiene su colección completa de discos. También le muestra, mediante esta carta, su gratitud por la herencia de sus sinfonías e inspiración musical.

En Carta de Schubert a Beethoven, el compositor austriaco confiesa que espiaba al músico que padecía de sordera. Le platica de los brindis en su honor y, además, le dice que él cargó su féretro por cariño y admiración.

El modernista mexicano Silvestre Revueltas también dirige una carta a Beethoven para platicarle que lo escuchaba desde la infancia y que sus sonatas representan un bálsamo para el corazón.

Goethe, autor de Fausto, en su respectiva carta, se dirige a Beethoven como un señor de la música; Ignaz Schuppanzigh expresa el amor que le tiene al trabajo de su amigo; el pianista del romanticismo Johannes Brahms se pone a los pies del director de orquesta de Viena, a quien califica como un inolvidable maestro.

Todo lo anterior es a través de cartas que ideó Eusebio Ruvalcaba para poner a dialogar a músicos con Beethoven, para conjuntar a la literatura con su otra pasión, para desarrollar las letras y las notas musicales en una correspondencia ficticia.

Una carta a AMLO

Un blog de WordPress es el legado más inmediato al que los seguidores de Eusebio Ruvalcaba tienen acceso.

En este espacio nutrido de aforismos, artículos, cuentos, crónicas, ensayos y poemas, hay una Carta a AMLO.

El autor de Un hilito de sangre se disculpa por hablarle de tú al ahora presidente de la República, pero asegura que se trata de una muestra de confianza y no de una falta de respeto; de hecho, en más de un párrafo enlista sus virtudes

La entrada tiene fecha del 15 de julio de 2012, es decir, fue publicada a tan sólo unos días de la contienda presidencial en la que resultó ganador el priista Enrique Peña Nieto.

“Déjame decirte que nunca había visto tantas caras tristes como me tocó el lunes 2 de julio”, le dice el escritor al tabasqueño.

El jalisciense le confiesa el dolor que él también sintió a pesar de no ser proclive de la política ni de participar en las marchas que convocó. Pero afirma que dio seguimiento a los debates.

“Te oía hablar, echarle carroña a EPN, y me decía que todo eso era una pérdida de tiempo. Eso no sé quién lo decide. Si tú o tus asesores. Pero yo dije que ‘está equivocando la puntería’. Toda esa batería descargada sobre Peña Nieto está mal encausada”
Eusebio RuvalcabaEscritor

Ruvalcaba se despide del fundador del partido Morena con un fuerte abrazo. Tres años antes de haber escrito Pensemos en Beethoven, ya aseguraba que no le iba a tocar un gobierno de izquierda, ni siquiera otro sexenio. En efecto, el escritor murió en la administración de Peña Nieto, pero dejó un mensaje al morenista para la siguiente contienda, que fue este 1 de julio de 2018.

“Los jóvenes son tuyos. Y eso cuenta para la próxima. Te allegaste cantidades espectaculares de seguidores; algunos refrendaron su posición, otros se lanzaron a muerte tras de tus principios”, escribió quien en más de una ocasión dedicó consejos a los “chavos”. Los adolescentes fueron sus más fieles lectores.

Y también lanzó una advertencia al “estimado Andrés”.

“Lo que tú decidas es muy importante, porque una decisión tuya no es personal; hay cientos de miles que te siguen, y que son capaces de actuar a ojos cerrados si tú así lo decides. Ojo con eso”, afirmó.

Ruvalcaba era tan disciplinado que abrió su blog en 2012 para compilar su obra. La última entrada tiene fecha del 16 de diciembre de 2016. Para enero fue internado en el hospital y en febrero falleció, pero quedaron sus cartas: a una mujer imaginaria, a una pintora y a un compositor desconocido.

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